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Natasha y tú llevaban dos meses saliendo y, como ambas eran profesionales, no actuaban como una pareja frente al equipo. Pero, cuando estaban en descanso o solas, eran ustedes mismas.
-Hola-, saludó felizmente Wanda y se sentó a tu lado.
Levantaste tu vista de los papeles que te había entregado Fury y le sonreíste. Wanda había sido muy agradable y tú ya la considerabas una amiga.
-¿Necesitas una mano?-, preguntó y tomó algunos de los papeles que sostenías y, a propósito, tocó tus manos -. Si terminamos rápido con esto, ¿Qué te parecería ir a comer algo, nosotras dos?
Natasha, que se encontraba en la sala, aunque apartada, escuchó como Wanda te invitaba a salir y se dio la vuelta, para observarlas. Pero, tú eras muy despistada y no te percataste que Wanda te invitaba con motivos románticos.
-Me parece genial-, dijiste con una gran sonrisa.
Volviste tu mirada a los papeles y no pudiste observar como las mejillas de Wanda se enrojecían. Ella abrió su boca para decir algo más pero la volvió a cerrar cuando Natasha se sentó a tu lado y rodeó tu cintura con su brazo, acercandote a ella.
-¿Sucede algo?-, preguntasté a tu novia, confundida. Después de todo, ella era la primera en decir que el profesionalismo en el trabajo tenía que mantenerse.
-Solo quería decirte que te amo-, te dijo y le dio una rápida mirada de suficiencia a Wanda.
Natasha se acercó y, después de darte un rápido beso sobre los labios, te sonrió.
-Yo también te amo. ¿Te gustaría venir a comer con Wanda y conmigo?-, preguntasté, sin notar la molestia de Wanda.
-Claro.
Sonreíste y volviste tu mirada a los papeles mientras que Wanda y Natasha se estaban fulminando con la mirada.
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