Veintinueve.

1.7K 318 248
                                    

Cuando el asesino por fin decidió llamarlo a las 2 de la madrugada el rubio se encontraba dormido mientras abrazaba una almohada blanca.

El rubio se despertó y no quiso contestar al número desconocido brillando en toda su pantalla, pero no encontraba respuesta de por qué realmente lo había hecho.

—¿Luke?

 El rubio siseo cuando escuchó la voz gruesa al lado de la línea y pensó en golpearse a él mismo cuando empezó a llorar.

 —Oh, Michael. Te voy a golpear tan fuerte cuando te vea otra vez.

El rubio sollozó y el asesino rió.

 —Estoy bien.

—Oh, Michael. Dime dónde estás, iré y-

—No, no por ahora bebé.

—Pero volverás ¿verdad? Por que han pasado muchos días y te he estado extrañando tanto-M-Michael, yo.

—Oh, bebé. Claro que sí. Pero por ahora no.

—Te amo mucho.

—Créeme que yo también.

El asesino escuchó a su rubio llorar y de alguna extraña manera su cuerpo se llenó de vida y su corazón latió muy deprisa. Y por más que alguna vez buscó no había ninguna persona que pudiera hacerlo sentir de la dulce manera en la que el rubio lo hacía sentir.

Iban a estar juntos, ahora quería mandar a la mierda a todos y traerlo junto con él. 

—Me encantaría verte dormir, Lukey.

El rubio sonrió y limpió su rostro suavemente.

—Eres un idiota, Michael Clifford. He estado muy asustado últimamente, no sabía nada de ti.

—Siento mucho eso.

El rubio suspiró y rió.

—Al parecer voy a vivir en Rusia.

—Oh, genial. Amo Rusia.

El asesino rió y deseo pasar sus manos por las mejillas de su rubio.

—Tengo que colgar, te estaré enviando cartas.

—Oh, Michael.

—Adiós, Luke.

Hasta luego, Mikey.

El asesino rió y colgó el celular mientras Bruce sonreía lejos de él y le pasaba otra cerveza.

El rubio tuvo la sonrisa más grande que pudo haber tenido durante su vida entera y se durmió de nuevo con el cuero relajado y una mente soñadora.

Sus sueños eran acerca de ser feliz junto con el asesino -lo cual no era algo tan diferente al futuro- y muchas mascotas. 

Y joder, quería saltar y gritar de la emoción, el asesino estaba bien, y por más que sabía que lo que estaba haciendo era completamente erróneo, la felicidad lo valía ¿no era así?

Nunca se iba a arrepentirse de haberse enamorado de la persona imperfectamente correcta y no le importaba si él era una víctima en un juego muy sucio, él se arriesgaría si el asesino estaba del otro lado del abismo.

Sabía que ninguno se merecía al otro, pero no era algo con lo cuál el luchaba mentalmente.

Era algo que alguna vez pasaría a ser una bonita historia de amor y algo de drama por parte del rubio.

Era tan complejo lo que ellos sentían ero a la vez tan fácil si se resumía en una palabra.

Era un asesino y un rubio.

Tan opuesto y tan iguales.

Era la combinación tan desastrosa pero tan hermosa. 

Era una historia que acababa de contarse o tal vez empezaba. Lo que venía después ya casi no le importaba al rubio, él sólo saber que el asesino había vivido y vivido por él, lo hacía sentirse fuerte, como nunca había sido antes.

Soltó unas pequeñas lágrimas al sentirse de esa manera, y fue algo irónico pero sólo sonrió muy amplio, y se juró que él también esperaría, pero sólo si era por el asesino.

Y si todo esto continuaría, joder, no lo abandonaría. 

Sabía que esta podría ser su última oportunidad y su cuerpo se estremecía.

A la mañana siguiente sólo se encontraba esperando, y la espera era constante.

Luego le llegaban algunas cartas, algunas decían Te amo con un pequeño corazón pintado de negro siempre a la izquierda, otras de decían Te extraño y sólo algunas era Pretende que te envíe una flores azules porque Te extraño

Y era cuando el rubio agarraba su teléfono y hacían videollamadas arruinando el clásico romance que el asesino trataba de enviarle. Y luego reían. 

Al asesino le parecía realmente agradable conversar con su rubio en cualquier momento y ver lo despeinado que se encontraba antes de dormir, y entonces él se iba con las ganas de acariciarle el cabello, a la cama.

Ellos se estaban amando a la distancia y le estaban dando un tiempo al tiempo, no era difícil después de todo, ellos ya habían pasado por demasiado. 

Un asesino y una víctima, no quedaba tan mal después de todo.

Michael y Luke, oh, eso sonaba bien.



FIN (Esta vez si es fin.)

After The Killer [Muke Clemmings]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora