2. Respuestas en el aire

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Seungkwan podía ver a través de la puerta entreabierta lo que sucedía sin ser descubierto, una posición privilegiada para mirar a Soonyoung todo el tiempo que quisiese sin parecer un psicópata. Suspiró.

Él y Soonyoung llevaban juntos desde primaria, desde el primer momento que lo vio había sabido que era el hombre más genial del mundo, le hacía reír y podía hacer de todo. Él conocía todo lo que le gustaba y viceversa, todo el mundo parecía saber que se gustaban... entonces, ¿por qué no lo veía?

En ese momento la delegación de estudiantes, compuesta por Jun, Chan y Soonyoung, estaba hablando con el nuevo estudiante de intercambio. Minghao era chino, con unos ojos grandes y cara de no haber matado una mosca... y Seungkwan estaba celoso.

No necesitaba que le dijesen por qué Soonyoung no quería a Seungkwan, ya lo sabía, no era ni delgado ni guapo, nadie se fijaría en él.

―¿Qué estás haciendo? ―dijo una voz a sus espaldas. Se dio la vuelta y encontró la mirada curiosa de Vernon, un chico que estaba en su clase de física, si mal no recordaba. Se juntaba con el grupo de chicos populares del instituto, pertenecía a esa clase de gente que todo el mundo admiraba, nunca habían hablado, y hasta ese momento, no sabía ni que se había percatado de su existencia.

―Ah... uhm... Asegurándome que le va bien al nuevo estudiante de intercambio. ― inventó Seungkwan. Se puso en pie e intentó disimular que estaba espiando, ya era suficiente humillante que Jihoon se riese de su amor no correspondido.

―Oh... bien. Yo... me estaba preguntando si... si tú...― Vernon estaba balbuceando, su cara estaba roja y Seungkwan se preguntó si estaba respirando. Parecía querer decirle algo.

―Oye, ¿estás bien? ¿Quieres que te lleve al médico?

Se puso aún más pálido, negó con la cabeza y salió corriendo sin más palabra, dejando a un atónito y preocupado Seungkwan en medio del pasillo, preguntándose qué mosca le había picado a uno de los chicos más populares.



La primera hora de clases se hizo eterna para Jeonghan, su mente no podía centrarse en nada, solo sentía calor por donde le había tocado ayer S- nadie, se había prohibido pensar su nombre.

―Tss... Jeonghan, puedes pasarle esta nota a Wonwoo, por favor.― susurró Mingyu, se sentaban juntos por petición del profesor desde hace una semana porque su compañero y Wonwoo hablaban demasiado, viéndose obligado a cambiar su sitio al lado de Joshua. Necesitaba hablar con su mejor amigo de tantas cosas... pero tampoco se veía preparado para hacerlo y ahora estaba un poco aliviado de no estar a su lado, aunque eso significase ser el mensajero de amor.

Hizo un amago para deslizar la nota a la mesa de Wonwoo pero no tuvo cuidado y el profesor lo interceptó. Maldita sea. Nada de lo que hacía ese día parecía salirle bien.

―Yoon Jeonghan.   Le puse al lado de Mingyu para que le enseñase disciplina, ¿y se deja usted influenciar? Sálgase al pasillo, a ver si se le refrescan las ideas.

Se levantó a regañadientes y salió del aula con la cabeza gacha. No era su día, nada podía salir peor.

―¿Qué habrás hecho para que te castiguen?

Sí, podía ir a peor. Seungcheol estaba sentado sobre el suelo, al parecer también lo habían echado de clase, enarcó una ceja, definitivamente encontraba la situación divertida.

Jeonghan recordó la promesa que se hizo a sí mismo, decidió ignorarlo, se sentó sin una palabra e intentó pensar en cualquier otra cosa. Podía olerlo, podía oler al idiota incluso a dos metros de distancia, olía muy bien, su cuerpo casi le pedía acercarse. Piensa en otra cosa, otra cosa, se repetía.

― ¿Por qué me odias tanto? No he hecho nada para merecer que me ignores.

No soy tan fácil como esos chicos que seduces, pensó Jeonghan, decidido a no hablarle.

―No, en serio, piénsalo. No he hecho nada excepto ayudarte, y si por lo que pasó el primer día de clas-

―Cállate. ― espetó Jeonghan, rompiendo su propia regla. Pero no podía hablar de eso, sólo recordarlo le causaba mariposas en el estómago― Sé qué clase de persona eres, no eres de fiar.

Escuchó una risa a su lado, pero no levantó la miraba, sabía que caería en su trampa si lo hacía.

―Entonces, si demuestro que soy de fiar, ¿me darás una oportunidad?

Jeonghan vaciló. Sabía que era imposible que cambiase de idea, no podía borrar del tirón todo su historial de playboy. Y tampoco estaba muy seguro qué quería decir con «dar una oportunidad».

―Sí.― dijo en voz baja, casi inconscientemente, y justo en ese momento sonó el timbre y los alumnos salieron en estampida de las aulas. Jeonghan se atrevió finalmente a alzar la vista, miró a su alrededor pero Seungcheol había desaparecido.

Se preguntó si había escuchado su respuesta. Una respuesta estúpida. Tenía que haber dicho que no. Entonces, ¿por qué tenía la esperanza de que la hubiese escuchado?



Mingyu  esperaba que Wonwoo apareciese, pero sabía que ese día tenía que hacer un trabajo con otros compañeros y no volverían juntos a casa.

―Ríndete, él mismo te ha dicho que no va a venir. ― le indicó Vernon.

Suspiró. Y se dio la vuelta para alcanzar a sus amigos.

―Lo sé... pero hoy tenía la esperanza de decírselo ya de una vez.

Seungcheol se rió a su lado con incredulidad.

―Llevas diciendo eso meses.

― ¡Lo juro! Hoy le escribí una nota diciéndole todo, pero se la interceptaron a Jeonghan antes de que pudiese recibirla...

Los ojos de Seungcheol brillaron con interés.

―Oh... por eso fue.

Mingyu reconoció la mirada de su amigo.

―No, puede ser, ¿te gusta? Va a ser difícil, él nunca ha roto las reglas, no eres su tipo, además, creo que tiene algo con Joshua.

Pero su amigo lo ignoró y siguió sonriendo con picardía. Le gustaban los retos.

Angel On FireWhere stories live. Discover now