20. No todo sale como planeas

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No sabía cuánto tiempo había estado en los brazos de Jun, pero de pronto su móvil sonó, como una llamada a la realidad. Sabía perfectamente quien era.

Toda la culpabilidad, todo el odio a sí mismo, florecieron. Deseaba volver atrás un minuto, sólo un minuto, y revivir ese instante de felicidad. Pero no merecía permanecer en los brazos de Jun ni un minuto más, estaba siendo un egoísta, ninguno de los dos chicos a los que quería merecían ser tratados así.

Jun estaba durmiendo, no se había despertado con el sonido del móvil, por fortuna. Estaba exhausto, habían estado jugando toda la tarde y después... después se habían besado. Se había quedado dormido con una sonrisa en los labios, estaba muy feliz, Minghao sintió ganas de llorar. Ya se había hecho de noche, deseó quedarse ahí un poco más pero no podía seguir mintiendo. Tenía que tomar una decisión una vez por todas.

Se inclinó sobre Jun y lo besó con suavidad, como despedida. Se puso en pie, intentó no mirarlo, y salió con prisas, mientras caían las lágrimas sobre sus mejillas.

¿Qué acababa de hacer?



― ¿Entiendes? ― añadió Seungkwan tras contarle todo lo sucedido a Seokmin. ― Dejé plantado a Soonyoung, me va a odiar. No me ha dicho nada desde entonces, ¿qué pensará? Y tenía algo importante que decirme. A mí. No sé qué me pasa.

Se cubrió la cara con las manos, frustrado. Llevaba pensando en el tema todo el día, nunca había tenido un problema con Soonyoung, tampoco parecía haber ningún problema, pero tenía la sensación de que algo estaba fuera de lugar.

Su amigo puso los ojos en blanco y le dio unas palmaditas en la espalda, consolándolo.

― ¿No crees que estás exagerando? No teníais un acuerdo previo, es normal que no pudieses acudir. Nadie te va a odiar por eso.

― Tenía que decirle algo importante. ― miró a Seokmin más frustrado que antes, que no parecía para nada entender el punto de la conversación. Seungkwan sentía que había hecho algo terrible. ― Mira, no fui a nuestro encuentro importante para quedar con Vernon. Me lo pasé bien, mientras él tenía algo importante que decirlo. ¿VES A QUÉ ME REFIERO?

Seokmin estaba intentando seguir el ritmo de los pensamientos de su amigo, pero seguían una lógica privada que no podía entender. Frunció el ceño, pensando en algo que acababa de decir.

― ¿Te sientes culpable? ― inquirió, a lo que Seungkwan lo miró con los ojos abiertos de par en par, asintiendo, feliz de que lo entendiesen. ― ¿Por no haber ido? Espero... no puede ser. ― escondió una sonrisa, al verlo todo un poco más claro. ― ¿Te gusta Vernon?

Seungkwan frenó de golpe y abrió la boca escandalizado. Alzó el dedo índice, preparando un sermón, y se le puso la cara roja.

― ¿Qué? ¿Qué? ¿Acabo de escuchar lo que acabo de escuchar lo que acabo de escuchar? No. No. NO. Vamos a ver, me lleva gustando Soonyoung toda la vida, ¿cómo puede ser que de pronto me guste un chico que apenas conozco? ― Seungkwan estaba sofocado, se había alterado mucho. De pronto, su expresión cambió, y esbozó una sonrisa, que acabó en una risa nerviosa. ― No hagas esas bromas.― continuó hablando de algún abrigo que pensaba comprarse en las rebajas, pero Seokmin había dejado de escucharle.

Intentaba la sonrisa, pero le divertía la reacción de su amigo. Conocía a Seungkwan desde hace muchos años, sabía cuando mentía, sabía cuando se mentía a sí mismo. Y por eso mismo sabía que había dado en el clavo.



Había recibido ya cinco mensajes de Seungkwan pidiendo apoyo emocional, estaba en una crisis emocional, pero Jihoon sabía de sobra que tenía una de esas cada semana y que él tampoco sería de mucha ayuda. De todas maneras, el que necesitaba apoyo emocional era él.

Iba a cenar con su familia esa noche, por una vez, su hermano se iba a dignar a compartir una cena en compañía de sus padres. No es que le hiciese especial ilusión, sus padres querían celebrar otro de sus premios, pero él ya había celebrado muchos y era siempre igual.

Siempre igual. Para tener un hermano que no estaba, mejor no tener ninguno. Desde que era muy joven, él pasaba el día fuera, entrenando, y ya no había nada que quedase. Intentó contener las lágrimas. Desde que tuvo éxito... todo quedó en un segundo plano, incluido él.

Bajó las escaleras en silencio, su madre lo había obligado a que cenasen juntos, se suponía que su hermano aparecería presentable. Supo que había llegado cuando escuchó el ruido del coche aparcar en la puerta de su cara, seguido del flash de numerosas cámaras y fans gritando.

Su padre abrió la puerta con rapidez, para que su hijo mayor pudiese entrar sin ser ahogado por las fans. Le dio un abrazo a sus padres, llevaban sin verlo varias semanas, el joven había estado promocionando en alguna parte de Asia. Se dio la vuelta para mirar a Jihoon, con reticencia, parecía querer acercarse a él, pero también sabía de sobra que su hermano menor no se lo permitiría.

Las fans en el exterior seguían gritando: ¡Suga, Suga, Suga!

―Hola, Jihoon. ―observó a su hermano con ternura, parecía querer trasmitir muchas cosas con esa mirada.

―Hola, Yoongi.

            ―Hola, Yoongi

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Angel On FireWhere stories live. Discover now