28. Las palabras en mi pecho

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Jeonghan no sabía muy bien qué hacer con todo lo que había averiguado, necesitaba que todo se desmantelase. Llamó a Seungcheol para hablar del tema, esperando que le dijese él mismo la verdad, pero sólo le contó la versión de Chan. Parecía dispuesto a mantener su palabra con Doyoon y nunca revelar la verdadera identidad del conductor. Pero eso no podía seguir así.

No quería tener que tomar esa decisión, pero mientras Chan creyese que Seungcheol mató a Samuel, ninguno de los dos podría vivir en paz. Ambos necesitaban hablarlo, sentía que ambos habían sufrido mucho por la muerte del chico, y necesitaban hablarlo. Necesitaban sincerarse, sólo era un terrible malentendido.

Por eso finalmente decidió que si no iban a hablarlo ellos, se encargaría él mismo de poner todas las cartas sobre la mesa. Tras contarle lo que sucedía a Doyoon, él se ofreció a acompañarlo a Seúl y contarle la verdad a Chan.

Lo llevó hasta su casa, dentro lo esperaba Chan, que sabía de su visita, pero no a quien traía.

― ¿Qué hace él aquí? ― Su rostro se ensombreció al ver a Doyoon, sonaba roto por dentro.

― Creo que hay algo que deberíais hablar. ― le dijo Jeonghan, Chan no parecía muy convencido, y lo miró suplicante.

Accedió. Entraron en el cuarto de Chan a hablar mientras Jeonghan esperaba en el salón, nervioso. No supo cuanto tiempo estuvieron hablando, cerca de una hora. Doyoon bajó las escaleras con los ojos rojos y una mueca de dolor.

― ¿Qué tal? ― inquirió Jeonghan algo preocupado.

― No... no creo que quiera ver a nadie ahora. Es mejor que nos vayamos.

Asintió. Se fueron de la casa, era mejor darle tiempo para que asimilase todo. Pero aun así Jeonghan lamentaba no poder hacer nada para ayudar al chico. De pronto, le vino a la mente una persona que si podría. Cogió el móvil.

Había pasado todo el día con Suga, Jihoon había sido reticente al principio, no tenía muchas ganas de ir a la bolera con su hermano mayor, pero sus padres habían insistido. Le había sido difícil creer las palabras de su hermano, pero realmente se estaba esforzando en recuperar su confianza. Jihoon había empezado a perdonarlo, no es que admitiese su presencia del todo, pero tampoco le desagradaba. Y eso era lo que más lo asustaba. Temía perdonarlo para que le volviesen a romper el corazón.

Jihoon suspiró, harto de tantos problemas. Sólo quería una vida tranquila. Su móvil vibró, avisando de la llegada de un mensaje entrante.

TÚ. PEQUEÑO. Nadie más puede, así que no me queda otro remedio: HAZ LO QUE TE DIGO, SE QUE NO ESTAS OCUPADO. Me lo debes, te prometo que si lo haces te dejaré de pedirte los deberes. No puedo estar en el hospital, y necesito que alguien cuide de Soonyoung.

Ve. Habitación 417. Gracias por adelantado

Seungkwan



Volvió a mirar la hora, Vernon llevaba cinco minutos esperando y ya estaba tenso. Seungkwan le envió un mensaje pidiéndole hablar, era sobre algo importante. Temía que fuese algo sobre Soonyoung, no quería escuchar lo mucho que le gustaba. Sin embargo, había acudido, porque por torpe que fuese Seungkwan, siempre acababa metiéndolo en todas sus historias. Por eso le gustaba tanto, Seungkwan era como un huracán devastador que atrapaba a todos en sus locuras.

Angel On FireWhere stories live. Discover now