27. No estoy preparado para que te vayas

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― ¿Ya puedo abrirlos?

Tal y como le había obligado Mingyu, al acabar la audición, que le había salido bien, lo llevó a su casa, prometiéndole una dulce sorpresa. Le obligó a cerrar los ojos al entrar, y tuvo que quedarse de pie parado mientras escuchaba a Mingyu corretear por la casa ultimando los detalles.

Era la celebración por el éxito de la audición, aunque no sabría los resultados en unas semanas y nada era seguro. Le preguntó a Mingyu como sabía que le iría bien, y él se limitó a encogerse de hombros y sonreír, asegurando que lo conocía y que sabía que podía conseguir cualquier cosa. Wonwoo no había parado de sonreír desde que acabó la audición, salió disparado a abrazar a Mingyu.

Se quedaron bajo la nieve, abrazados unos minutos, sin decir palabra.

―Vale, ya puedes abrirlos. ― le dijo.

Wonwoo encontró el salón iluminado con velas, y sobre la mesa una gran tarta, demasiado grande para solo dos personas, en la que ponía: FELICIDADES POR HABER HECHO LA MEJOR AUDICIÓN NUNCA VISTA. Sintió como se le volvían a llenar los ojos de lágrimas, no le salían las palabras.

― ¿Te gusta? ― inquirió Mingyu, inseguro al ver que no decía nada.

Wonwoo lo miró, se acercó a él y presionó sus labios contra los suyos. Llevaba soñando con ese momento años, había intentado imaginárselo, pero nada se acercaba a la realidad. En ese beso se intentaron decir todo lo que llevaban guardado todos esos años, fue largo, dulce y lo más bonito que habían vivido nunca.

Mingyu deslizó su mano por la espalda de Wonwoo, acercándolo más hacia sí, y Wonwoo agarró su pelo, luego abrió un poco la boca para saborear la lengua de Mingyu. Wonwoo deslizó el índice por su mandíbula, continuó por su cuello y llegó hasta los botones de su camisa, comenzando a desabrocharlos uno a uno, al principio lentamente y después con ansia. Su pecho estaba al descubierto y aprovechó para tocar su pecho, sentir sus músculos, lo que hizo que Mingyu gruñese, y en lo que fue un visto y no visto, tiró a Wonwoo al sofá, le quitó la camiseta, y empezó a besar su oreja, sus labios, su cuello, su pecho...

Los labios de Mingyu sobre su piel hacían que toda ella se erizase, sentía un cosquilleo por donde lo tocaba. No entendía por qué había tardado tanto tiempo en darse cuenta, besar a Mingyu era lo mejor del mundo. Sus labios volvieron a encontrarse, y Wonwoo deslizó su mano hacia abajo, pero Mingyu lo detuvo.

― Espera. ¿Estás seguro? ¿Estás preparado? ― susurró.

Wonwoo puso a Mingyu debajo de él, y lo miró con seriedad.

― Kim Mingyu. Llevo esperando esto años.  Me he cansado de esperar.  

Lo atrajo hacia sí.

            Lo atrajo hacia sí

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