Capitulo 11

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Capitulo 11

Llegué a la oficina sonriendo, tenía tanta energía que no tenía la necesidad de tomarme ni el café de buenos días. Ángel no estaba, tenia viaje de negocios ese fin de semana, así que yo estaría muy tranquila con pequeñas traducciones que podían esperar. En ese momento era más importante enviarles, o más bien, contestarles los últimos mensajes a mis amigas. Alba ya había comentado en el grupo la jugarreta que me había hecho, y además en audio, para que así pudiéramos notar lo bien que se lo pasó haciéndolo. Solo les puse un mensaje: 'A las dos donde siempre'. Entonces me llovieron decenas de mensajes, sobre todo de Alba, haciéndome mil preguntas a las cuales no iba a responder hasta que nos viéramos en la comida. Es mi pequeña manera de devolverle lo de ayer, aunque al final le tendré que dar las gracias.

A los minutos, cuando mis chicas ya estaban calmadas, me llegó un mensaje, esta vez de Malú. Cogí rápidamente el móvil y lo leí, 'Gracias por el desayuno, aunque me hubiera gustado más si estuvieras aquí...'. Sonreí, le había dejado preparada una bandeja con café, zumo y tostadas, y una nota dónde le pedía disculpas por no haberla despertado pero yo tenía que irme a trabajar. 'Te veías tan bonita durmiendo que me ha dado pena despertarte... Recuerda que estás en tu casa, desayuna, date una ducha, haz lo que quieras'. 'Gracias... ¿Nos vemos esta noche?'. Sonreí y me mordí el labio instintivamente, miré hacia arriba y recordé que estaba en la oficina, me sonroje y le contesté 'Siempre que quieras. Ahora continuó trabajando, hasta luego'.

-¡Por fin llegas! (Dijo Alba sentada ya en la mesa junto Ana) venga va... ¡Cuéntanos!

-Déjame sentarme... Por lo menos.

-Siéntate pero cuéntanos (Dijo Ana)

-¿Tu también?

-¿A ti no te han dicho nunca que las mujeres podemos hacer dos cosas a la vez? ¡Pues espabila!

-(Reí mientras acababa de sentarme y me pedía una caña) A ver... ¿Por dónde empiezo? ¡Ah sí! (Miré a Alba) Empezaré comentando qué ¡ya te vale!

-¿A mí? (Sonrió) Pero si me tienes que dar las gracias, tonta...

-(Reí) ¡Te quería matar!

-Yo cuando lo escuchaba en el móvil me partía, aunque yo también te habría matado Alba...

-Vamos a lo importante... (Alba se acercó a mí) Tienes ojeras, te brillan los ojos y no puedes parar de sonreír. ¡Ja! ¡Te la has tirado!

-¡Alba! (Dije mirando hacia todos los lados del restaurante mientras ella me miraba y Ana se reía) ¿Puedes no chillar?

-Perdona pero... (Bajo su cabeza y nos miro, y empezó a susurrar) no creo que seas la única que haya... Vamos, que es algo natural...

-Sé que es algo natural, pero no hace falta que se entere todo el mundo.

-Bueno (dijo poniéndose otra vez recta en su asiento) ¿Y qué tal?

-Bueno... Bien (dije sonriendo)

-¡Uhhh! ¡Más que bien! Cuéntanos todo a partir de que os dejé...

-Pues...

Les conté como habíamos pasada las últimas horas, la conversación en nuestro restaurante, el beso en medio de la calle y la noche.

-¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! Para un momento... ¿Y qué le dijiste?

-¿Qué le dije de que, Alba?

-Te dijo... Te quiero. Supongo que tú no te callaste (baje la mirada) y tamb... ¡Espera! ¡No le dijiste nada! ¡Pobre Malú!

Tras la sorpresaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt