Capitulo 17

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Capitulo 17

Si, a veces me dan miedo mis amigas, en especial Alba y sus 'Vane, Vane, Vane...'. Pero reconozco que sus planes me encantan, y más si es en mi tierra. En su agenda solo ponía, "La noche es nuestra" que siguió con las palabras de Alba, 'hoy los planes los haces tu' y sonreí. Me las llevé al centro, copitas de vino y tapas llenas de cariño malagueño, ¿se puede pedir más para una noche con amigas?

Y la noche avanzó y la locura llegó, fue en una de mis terrazas favoritas donde llegó la primera copa. "Lo que sucede en Málaga, se queda en Málaga", no paraba Alba de repetir. Y yo... Temblaba ante sus palabras y ocurrencias, pero sé que mis amigas son la mejor medicina para olvidarme por un momento de todo lo ocurrido con Malú, que aun rondaba mi cabeza, ella, sus labios, su mirada y su olor. Menos mal que siempre están ellas, las más guapas, mis amigas. Y las carcajadas, risas y sonrisas a su lado era algo que nunca faltaba.

-¿Puedo hacer una llamada?

Me miraron no entendiendo nada, les sonreí calmándolas.

-Quiero presentaros a alguien. Bueno, Ana ya los conoce.

Cogí el teléfono, y al segundo tono contestó.

-¡Amiga! ¿Dónde estás? (Reí) Veniros a la plaza. ¡Si! ¡Estoy en Málaga!

Pasaron pocos minutos y aparecieron. Los de siempre.

-¡Boquerona!

Chilló de lejos Manuel, me levanté corriendo para abrazarle, a él y a toda la tropa. Ahora si estábamos todos, mi amigos de Málaga y mis dos chicas favoritas.

Decidimos tomar la tercera, y las siguientes, en un local cerca del centro, así que nos encaminamos hacia allí. Ana ya conocía a mis amigos, y Alba parecía que los había visto toda su vida. Me cogió del brazo mientras hablaba con Manuel, y me hizo separarme un poco del grupo quedando las últimas.

-¿Qué tal? (Dijo sonriente Alba)

-Bien... ¿Qué te parecen?

-Son muy majos, sobretodo... (Alzó una ceja) Manuel...

-(Reí) Si... Lo sé.

-¡Yo no sabía nada de este chico!

-Es que no hay mucho que contar...

-¡Vane! No me mientas... (Dijo parándose en medio de la calle)

-Y no lo hago. (Cogí su brazo otra vez para continuar) Somos amigos desde la niñez, pero ya está.

-Pues... Te hace ojitos. (Volví a reír) Si, si... Ríete.

-Mi madre siempre ha dicho lo mismo...

-Es que Toñi es muy sabia, como yo.

-Anda, sabia, vamos a pasarlo bien. (Dije sonriéndole)

-Unas más que otras...

Reí mientras volvíamos a ponernos a la altura de mis amigos, entramos en un local, bailamos, y disfrutamos toda la noche. Y cuando digo toda la noche, es que fue así, acabamos desayunando en el bar de siempre, con el camarero de siempre, y el café con churros de siempre. Cuando llegamos a casa de mis padres, ya estaban levantados y listos para ir a la playa a pasear, nosotras decidimos quedarnos y tumbarnos en nuestras camas. Que falta nos hacía. Y así paso el segundo día, entre cama y sofá, comida, películas y risas. El tercero y el cuarto fueron más tranquilos, nos fuimos a la playa, a comer a Pedregalejo, al cine, volvimos a quedar con mis amigos antes de regresar. Unas cañas cerca de la Plaza De La Merced fue nuestra despedida con ellos. Los iba a echar de menos, me habían hecho disfrutar y parecía que nunca me hubiera ido de allí.

-Tienes que volver antes... (Dijo Manuel)

-Lo prometo.

Me apretó fuerte la mano y me sonrió. Vi de reojo como Alba nos estaba observando, y aparté de él mi mirada y su mano. A veces mi amiga me pone nerviosa, y me hace pensar cosas que no son, rió después de verme nerviosa y seguimos con las despedidas. Les abracé fuerte a cada uno de ellos, como si me quisiese llevar un trocito de ellos conmigo, cunado lelgo Manuel me avbrazño tan fuerte que me alzó del suelo, y reí.

-Te quiero mucho... (Susurró en mi oreja)

-Gracias por todo. (Añadí yo)

Nos separamos, lentamente y mirándonos a los ojos. Sonrientes, pero tristes a la vez. Apreté fuerte su mano antes de irme. 'Nos vemos pronto' prometimos.

Íbamos andando hacia casa, cuando Ana se puso a mi lado y me abrazo por los hombros.

-Qué bonitos son...

-¡Sí! Manuel el que más... ¿Verdad, Vane?

Reí, Alba siempre me hacia reír.

-Son maravillosos, y sí, Manuel es increíble. Y tengo mucha suerte de tenerlos en mi vida.

Y así terminó el viaje, por la noche saldríamos dirección Madrid, dormiríamos poco antes de ir a trabajar ese lunes pero ¿qué más da? Nos despedimos de mis padres y hermanos, y pusimos rumbo a la capital. Al poco tiempo Ana se quedó dormida detrás del coche, Alba iba de copiloto y conociéndola no iba a quedarse dormida, y como no quería que yo lo hiciese lo mejor era darme conversación. Miedo me daba.

-Bueno, ¿estás mejor?

-Ahora mismo, no sé ni cómo estoy...

-(Rió) Entiendo... Mal por dejar a tu familia, y bien por...

-¿Por?

-Va... no me digas que no has pensado en Malú todo este fin de semana, porque no me lo creo.

-(Suspiré) Pues claro que lo he hecho... ¡Te odio, Alba!

-¡Ja! ¡No digas tonterías! Y te voy a decir algo... Si piensas tanto en Malú, quizás ahora eres tú la que tienes que ir a por ella...

-Alba...

-No. Estoy harta de tus escusas. Y de que le mientas...

-¿Perdona? ¿Mentir a Malú?

-Aja... como lo oyes. Le dijiste que te estabas enamorando de ella, cuando en realidad lo estas. Ahora, en presente. Fue ella la valiente, la que fue a tu casa y dijo lo que sentía. Vane... No hagas gilipolleces. Vive el presente. Aquí y ahora. No pienses más allá... Lo que tenga que ser, será.

Y en el coche llegó el silencio, no supe que decirle a Alba, ni que explicación darme a mi misma después de todo. Me estaba equivocando, lo sabía. Quizás tenía razón, era hora de ser valiente, y vivir el aquí y el ahora. Aquí y ahora. Y pensé en Malú, otra vez.

Llegué a casa ya entrada la madrugada, dejé a Alba y a Ana a sus pisos, dejé la maleta encima de mi cama, cogí una de mis libres, un bolígrafo y mi guitarra. Necesitaba desahogarme, y ahí estaba ella, esperándome.

'Qué fácil fue llamar mi atención, dejarme llevar desde mi rincón. Qué fácil fue rendirme a sus pies, con que suavidad me vino a perder cayendo en la trampa aun sabiendo que engañaba no viendo. (Me vino mi imagen en la calle, con la lluvia, dejando marchar a Ángel, girándome y rompiéndome mientras no veía a Malú) Qué fácil fue con cuanta quietud hablamos de tres sin ser multitud, pero mi cuerpo, mi mente y mi alma quedaron marcados, y me siento incompleta porque, (miré hacia mi cama, la maleta seguía ahí) me quedo en silencio revolviendo entre mi ropa para no echarme a la cara tu sonrisa loca y seguir imaginándome su voz. (La recordé en el búho) Aquí y ahora si pudiera te besaba, ¡ay! aquí y ahora, fundidas en abrazos ante el público, viéndonos, perdiéndonos del mundo...'.

Porque yo me perdería en su mundo, donde estuviera. Pero juntas. Me levanté, ¿Qué estaba haciendo? No podía perder el tiempo pensando y no actuando. Cogí el papel, la guitarra, el bolso junto con las llaves y el móvil, y me fui de mi piso, dejando la maleta aun cerrada encima de la cama.



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¡¡Muchas gracias por leerme!!

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Tras la sorpresaWhere stories live. Discover now