Capitulo 13

2.1K 81 7
                                    

Capitulo 13

Me levanté del asiento algo cabreada, conmigo por no haberle parado los pies, con Malú por no decirme lo de la blusa, y sobre todo con Jorge, ¿quién se cree que es? Me fui a mi silla y cogí mi móvil, y lo encendí. Cientos de whatssaps estaban esperando, por supuesto mis amigas Alba y Ana que no sabían nada de mí desde el viernes, el grupo familiar con sus conversaciones y decenas de imágenes y uno de Malú. 'Que tengas un bonito día, yo ya te echo de menos...'. Sonreí, ¿cómo me iba a enfadar con ella?

-Vanesa...

Me sobresalté y miré hacia arriba escondiendo mi móvil.

-No quería asustarte.

-No te preocupes Ángel.

-¿Estás bien?

-Si... Siento todo lo de antes (bajé la mirada)

-(Se sentó en mi mesa) No tienes nada que sentir...

-Ya... Pero creo que te debo una expl...

-No. Tenía que haberte dicho que venía Jorge a verme, así que lo siento. (Negué con la cabeza) Insisto. (Sonreí) ¡Vamos a olvidar todo esto yéndonos a comer! ¿Qué te parece? (Volví a sonreír)

-Me parece bien.

-¿Nuestro italiano?

Dejé de sonreír y me quede pensando en la última frase mientras asentía con la cabeza y él me sonreía. ¿Qué acababa de pasar? El teléfono de la oficina me hizo volver a la realidad, y entre llamadas, correos y alguna mirada hacia el despacho de Ángel, que me devolvía sonriente, pasó la mañana.

-¿Vamos?

Dijo Ángel acercándose a mi mesa mientras se ponía su chaqueta, cerré la pantalla de mi ordenador, cogí mi abrigo, el bolso, mi móvil y salimos de allí. En vente minutos llegamos al restaurante, y en nuestra mesa nos sentaron. Espera. Vanesa. ¿Qué acabas de decir?

-¿Vino? (Preguntó el camarero)

-Tinto, un Gotim Bru estaría bien. (Le contestó Ángel)

Comimos charlando sobre el fin de semana, ya que por lo visto en el café no había terminado.

-¿Y tu fin de semana, que tal?

-Bueno... Todo bien. (Sonreí al recordarlo) Descansando...

-Suena bien, eso tendría que hacer yo de vez en cuando. (Si descansas cómo lo hice yo, más contento vendría a trabajar, pensé y reí)

Cuando estábamos ya en el café terminó por fin su fin de semana eterno y me miró.

-Lo que ha pasado antes...

-Ángel.

-No quiero saber de quién es la blusa, me da igual... (Miró hacia abajo) ¿Sabes algo sobre el grupo?

-No... Solo que... Malú se ha cansado de sus tonterías. ¿Viste como la trató el otro día?

-Si... Y entiendo que se haya cansado.

-Puede tener algo mejor. Y lo conseguirá.

-Tiene buena voz. Estoy seguro que va a dar mucho que hablar.

-(Sonreí) Yo también lo estoy.

Pagó la comida y volvimos a la oficina. Creo que Ángel ha venido más esta tarde a mi mesa que en todos los años que llevo trabajando aquí. Qué si he recibido el correo, qué si como llevo las traducciones, ¿un café?, 'No te preocupes por el articulo de mañana'... Y lo último, ¿Te llevo a casa al salir? No pude negarme y me ahorraría el metro. Así que ¿por qué no?

Llegamos a su coche, y con un ¿Qué tal el día? Empezó la conversación que iba escuchando a medias mientras sonaba música en la radio. Llegamos a mi piso diez minutos después, dejó el coche en segunda fila y bajó conmigo.

-Bueno, muchas gracias por traerme...

-Siempre es un placer estar un ratito más contigo.

-(Sonreí) Nos... nos vemos mañana.

Él también sonrió y cuando me iba a dar la vuelta me cogió del brazo y se acercó a mí. Me mantuve quieta sin apenas respirar, y me besó.

-Hasta mañana.

Se despidió de mí, y yo me quedé inmóvil en la puerta. ¿Qué había pasado?

-¿Vanesa?

Giré mi cabeza y ahí estaba, no podía ser.

-Malú...

-¿Qué ha sido eso?

-Yo... yo no lo sé.

-Pensaba que estábamos empezando algo...

Corrí hacia ella, que estaba en la esquina de mi calle, y la abracé. Pero ella no me siguió, y me aparté.

-Malú.... Por favor. Claro, claro que estamos empezando algo, yo...

-No Vanesa... Tienes que terminar lo anterior antes de empezar lo nuevo.

-No hay nada que terminar.

-Pues parece que él no lo tiene tan claro.

-Subamos a casa y hablemos. Por favor.

Estaba temblando, en mis ojos las lágrimas gritaban que querían salir y ser libres, pero se lo impedía. Hasta que una rebelde cayó por mi mejilla, y Malú secó con su pulgar. 'Por favor...' volví a pedirle.

-Habla con él.

-Lo haré. De verdad.

-¿Sientes algo por Ángel?

-No. No.

-Pero lo sentías...

-No. (Mi tono de voz aumentó) Nunca he estado enamorada de él. Y lo sé, porque... cuando te conocí sentí lo que es enamorarse. ¡Porque te quiero! (Grité) Y, y con él, no lo sentí, no sentí nada, ni siento nada cuando estoy con él. No... Es un buen hombre pero nada más.

-Vanesa...

Esa voz, me quedé blanca, la boca se me secó y me giré perdida.

-Ángel...

-Te has dejado tu pañuelo en el coche.

-Yo...

-No, no hace falta que digas nada más.

Y se fue, con dolor en los ojos, quizás miedo, y mucha tristeza. Y yo me quedé ahí, agotada, triste por lo vivido y pasado. Y el miedo volvió a mí, y la inseguridad, me giré y Malú no estaba, y me entró frio, que rápidamente calo fuerte en mis huesos, y la lluvia que empezaba a caer ayudó a que mis lagrimas también lo hiciesen. Me quedé sin protección, me había abierto en canal y sin miramientos. Sin saber que fue de mi en apenas minutos, y lo que queda o no.


---------------------------------------------------

¡¡Muchas gracias por leerme!!

Twitter--> TrasLaSorpresa_

Tras la sorpresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora