Capitulo 14

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Capitulo 14

-Siento haberte dejado ahí, plantada en la calle...

-Tuve tanto miedo Malú. (Me abrazó fuerte)

-Lo siento... (Se separó) te quiero...

La miré y de pronto oí un sonido, me giré ¿qué era eso? Volví a mirar a Malú pero no estaba.

-¿Malú? (Grité)

Otra vez ese ruido y me desperté, sudando, asustada y aun temblando. Apagué la alarma que aun estaba sonando y me escondí bajo las sabanas. Apenas había dormido un par de horas, tenía los ojos hinchados y aún seguía teniéndolo el nudo en la garganta. Me levanté con resignación y me encaminé hacia la ducha. Al llegar a la oficina me fui directa a tomar un café, y me encontré a Ángel.

-Buenos días... (Dije apenas sin voz)

-Buenos días. (Me miró) ¿Te encuentras bien?

-Si... (Le miré) ¿Porque?

-Bueno, tienes mala cara.

-No he dormido muy bien. (Le contesté tomando un sorbo de mi café, recordando la noche anterior y el sueño de esa mañana) Tu tampoco tienes buena cara (Le dije sin mirarle)

-Tampoco he dormido muy bien...

-Ángel, yo... No quería...

-Tengo mucho trabajo Vanesa.

Y se fue hacia su despacho, y me quedé otra vez sola. Removía mi café recordando lo que había sucedido la noche anterior, del beso a las confesiones desmedidas, de la tristeza de un amigo a la huida de un amor.

Necesitaba hablar y desahogarme, volví a mi mesa, desbloqueé mi móvil y envié un mensaje a las chicas. Las cité en el restaurante de siempre a la hora de siempre. Era raro que no me contestasen al instante, pero supuso que tenían trabajo. Así que yo también me dispuse hacer el mío. Unos minutos después volví a coger el móvil y aun no había recibido respuesta. Qué raro. Vi que Alba si me había leído segundos después de enviar el mensaje, así que decidí salir un momento y llamarle.

Un tono, dos, tres...

-¿Si?

-¿Alba?

-Sí, yo misma. ¿Quién es?

-¿Como qué quién es? Yo... ¡Vane!

-¿Vane? Vane... Mmm.

Suspiré, ya conocía ese tono.

-Perdón...

-¿Vane? ¿De qué me suena?

-Joo Alba... Te necesito.

-¿Malagueña?

-¡Alba! ¡Me ha besado Ángel!

-¡¿Qué?!

-Lo que oyes...

-Pero, pero... Quedamos antes, ¡ya!

-En la comida os lo cuento...

-¿Estás bien?

-No es mi mejor día...

Alba me envió un beso y abrazo telefónico que me hizo llevar mejor la mañana. Y por fin llegó la hora de la comida, y me fue directa y rápidamente al restaurante. Fui la primera en llegar, me sentaron en la mesa de siempre y me sirvieron una copa de vino. A los cinco minutos llego Ana, me abrazó. Alba ya le había contado algo y salió antes de la oficina. Y Alba llegó justo segundos después, me abrazó fuerte.

Les conté mi fin de semana con Malú, y la comida del día anterior.

-Vamos por partes... (Dijo Alba) Fin de semana de ensueño con Malú...

-(Asentí) Le dije... Le dije que le quería.

-¡Uuuuh! Sigue.

-Y ayer me invitó a comer Ángel, como ya os he dicho... Dijo, 'vamos a ir a nuestro restaurante' (les comentaba mientas remarcaba esas dos últimas palabras) y nos sentaron en 'nuestra mesa'.

-Bueno, quizás era para que recordaras que restaurante era... (Dijo Ana mientras Alba negaba con la cabeza) bueno... ¿Qué más?

-Volvimos a la oficina, y cuando era la hora de irnos se ofreció para llevarme a casa. Me dejó en la puerta, se bajó del coche y se despidió de mi con un beso...

-En la mejilla... (Añadió Alba y negué seguidamente con la cabeza) En la frente... (Volví a negar)

-En los labios...

-¡Uuuuuh! ¿Y?

-Nada... Se fue, y yo me quedé plantada sin hacer ni decir nada, hasta que alguien pronunció mi nombre... (Mis amigas estaban expectantes y esperando que siguiera) Malú... Ella estaba esperándome en la puerta del piso...

-¡Nooooo! (Contestó Alba) No puede ser... ¿Lo vio?

-(Asentí) Si... (Noté como mis lágrimas luchaban para salir)

-¡Ey! Respira... (Dijo Ana acariciándome la espalda)

-¿Y qué paso? (preguntó Alba)

-Me pidió explicaciones, y me dijo que aclarara mis sentimientos... Le dejé claro que yo solo la quiero a ella y que Ángel no significa nada para mí, desde que la conocí sentí que ya no volvía a ser la de antes... Qué Ángel es un buen tío pero nada más... Y la volví a cagar.

-Bueno, eso es muy valiente, y muy claro... No creo que la fastidiases, le dijiste la verdad. (Dijo Ana)

-(Bajé la mirada) Ángel estaba detrás nuestro... (Volví a levantar mi cabeza para mirarlas) Lo oyó todo. Y me hice tan pequeña... No supe que decirle, y se fue, triste, nunca lo había visto así. Recuerdo perfectamente como me miró, y me dolió.

-Vane... (Tenia la mirada perdida recordando sus ojos, Alba me cogió una de mis manos) ¿Y Malú?

-(Suspiré y la miré) Me giré... (Noté como una lágrima caía por mi mejilla) Y ya no estaba...

Me derrumbé, y mis amigas me arroparon como una niña pequeña, que es como me sentía desde que pasó aquello la noche anterior. Intentaron animarme, hacerme fuerte.

-Vanesa. ¡Basta! (Dijo Alba limpiándome las lagrimas que aun seguían cayendo) Si Malú se fue es que no te merece tanto como dice.... Aunque yo estoy segura que volverá, y tiene una explicación...

-Alba...

-Vane, quizás tuvo miedo. Como lo tienes tu, o Ana (dijo señalándola)... Incluso Ángel. Dale tiempo. Y él... ¿Has hablado con él?

-No... Nos hemos visto esta mañana, pero tenía trabajo y me ha dejado con la palabra en la boca.

-Yo creo, (continuo Ana) que necesitáis todos tiempo.

-¡Y unas cañitas! (Dijo alegre Alba y me hizo sonreír) Mira... eso si que le gusta...

Reímos las tres, creo que podía pasarme toda una vida en una mesa para las tres, arreglando el mundo, y quien dice el mundo dice la vida de cada una. Que ya es difícil.

Volví a la oficina y Ángel aun estaba, decidí olvidarme de todo y centrarme en las traducciones de esa semana. LA tarde paso rápida, y por fin pude irme a casa. Al llegar me puse cómoda, decidí que había terminado hundirme, había tenida suficiente. Cogí mis zapatillas, me hice una coleta, me puse música y me tiré a las calles. Empecé a andar, trotar y correr por las calles de Madrid. Y sin darme cuenta allí me encontraba, en nuestro restaurante. O lo que fue... Porque quizás ya no lo era. Entre y me senté en la barra, me pedí el mismo vino que cogimos la primera vez que venimos. Tomé un sorbo, y noté como detrás de mí la puerta se abría y alguien se sentaba a mi lado, me giré.

-Vaya, vaya, vaya... Y yo que pensé que no volvería a verte... (Dijo observándome).


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¡¡Muchas gracias por leerme!!

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Tras la sorpresaWhere stories live. Discover now