Capitulo 9:dia 139 parte 1.

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Me desperté y me sentía rara. Intentado de pensar me di cuenta que la ropa que tenia puesta no era la que generalmente usaba para dormir, de hecho no era el tipo de ropa que usaba para dormir.
No entendía porque estaba así vestida.
La puerta se abre lentamente y lo veo a Damon con una bandeja con jugo de naranja y unas galletas con chispas.
-Buen día, no esperaba verte despierta-dijo.
El estaba demasiado tranquilo, demasiado teniendo en cuenta que solo lo deje quedarse en casa pero no vivir en ella como si también fuera su casa.
Damon me dejo la bandeja sobre mi regazo.
-Esta no es tu casa Damon-le dije aun dormida.
-¿Esa es tu forma de darme las gracias por traerte el desayuno a la cama?-pregunto sentándose al lado mío-Todavía recuerdo que era lo que mas te gustaba de desayuno-dijo mirando la bandeja.
Tenia razón, el lo sabia perfectamente. Me sorprendía que todavía recordara ese detalle.
-Damon...no esperaba que lo recordases-hice una pausa-¿Como lo hiciste?-no sabia que decir de lo sorprendida y dormida que estaba.
-Si alguien es especial para mi, cualquier detalle me interesa.
Agarre una galleta y comí. El me estaba mirando.
-Se que me veo sexy cuando duermo y demás, pero ayer me sorprendió lo sexy que podrías verte durmiendo.
Esas palabras hicieron un click en mi cabeza y recordé que Damon se había acostado con una bolsa de papas.
-¿Que paso anoche Damon?-pregunte.
-Anoche pasaron muchas cosas Helena-lo mire mal-Bueno bueno, te quedaste dormida mientras yo comía, fui a tirar la bolsa sin despertarte y me acoste al lado tuyo-lo volví a mirar mal-pero no hice nada, lo juro.
-Eso espero-dije.
-Podes comprobarlo-dijo.
-¿Y como se supone que podría comprobarlo?-pregunte.
El me miro buscando una respuesta, sin embargo se limito a hacer una expresión rara que nunca había visto de su parte.
-Bueno, lo intente-dijo-Aun así no hice nada.
Me puse a tomar el jugo de naranja que el me había servido. Damon me miro y luego miro la bandeja.
-Ya que estas comiendo muy lento-dijo el agarrándome una galleta.
El se la llevo rápido a la boca y solo alcance a pegarle en su mano.
-¡Damon!-me queje.
-¿Y ahora que se supone que hice?-pregunto haciéndose la víctima.
-Te comiste mi comida.
-Fue solo una galleta.
-No,Damon, no es solo una galleta. ¿Sabias que solo esta galleta puede marcar la diferencia para aquellos que no tienen para comer? ¿Sabias sobre la importancia de esto?-dije muy exagerada.
-Oh vamos, ya entraste en modo gorda otra vez-dijo poniendo los ojos en blanco.
Le clave una mirada fulminante.
-¿Modo gorda?¿Otra vez?
-Bueno, es que...-lo interrumpí.
Me abalance sobre el y le pegue en el brazo. El se quejo. Lo estaba agarrando por el cuello de su camisa para que respondiera. Se puso tenso y se notaba un poco asustado y asombrado.
-No podes hacer ese escándalo por la comida Helena-dijo como pudo.
-No estoy haciendo un escándalo, solo pido que no me robes mis galletas.
Por un momento se fue su expresión de asombro y un poco de miedo que aparentemente le había causado. Una sonrisa picara de superioridad volvió a salir de su cara.
-Si no puedo robarte una galleta, ¿por que no me dejas robarte un beso?-pregunto seduciéndome nuevamente.
-Si te dejara no me estarías robando-dije.
Sin embargo el lo tomo como un motivo por el cual levantarse un poco y besarme.
Aun seguía arriba de el, mi cuerpo se encontraba a unos pocos centímetros de el de el; sin embargo nuestros labios estaban juntos.
El interrumpió el beso para ver la expresión en mi rostro. Eso no me lo veía venir. Y mucho menos el hecho de que el volviera a besarme para demostrarme que todavía existía esto entre nosotros y que yo estaba buscando ocultarlo. La pura realidad.
El insistió besándome mientras notaba que el intentaba tomar poder sobre mi. En el medio del beso, sabia que el estaba intentando sentarse para no quedar debajo mío. Volvió a cortar el beso a propósito justo en el momento en el que menos quería cortarlo. Lo mire con una mirada desafiante y lo volví a acostar en la cama. Oh no, nadie podía tomar poder sobre mi. Ese beso iba a seguir solo unos segundos mas y hasta ahí llegaría.
Aparentemente, que yo lo volviera a recostar era una de sus alternativas ya que cayo de golpe y se notaba liviano y tranquilo. Damon se estaba entregando a lo que venga a continuación y para su mala suerte volvería a ser rechazo.
Esta vez, cuando todo marchaba bien, decidí cortar el beso y me levante de la cama como si nada hubiera pasado. No me di la vuelta, solo me limite a caminar. No podía ocultar mi sonrisa por ese momento y por haberle demostrado otra vez que yo gane.
-¡Guau! Tanto escándalo por una galleta y te dejas la bandeja entera-dijo Damon.
¡Mierda!-pensé. Que imbecil.
Mi expresión cambio enseguida y me fui corriendo hasta llegar a la cama y adueñarme de la bandeja. O eso creía, porque Damon se hallaba debajo de la mitad de ella.
-Ya no tengo hambre,  pero vas a tener que sentarte y compartir la mitad del lugar conmigo-dijo el cruzandose de brazos.
-Es por esto que te odio-le dije.
-Y yo te amo-dijo sonriéndome.
Me tuve que sentar junto a el. Me beso en la mejilla y me siguió mirando. Me tironeo de las mejillas como suelen hacer las abuelas o las tías, todo eso acompañado de un ruido insoportablemente agudo.
Lo mire devuelta.
-¿Que? Me das ternurita-dijo.
-¿Esta expresión te da ternurita?-dije mirándolo mucho mas seria que de costumbre.
-Por mi podrías tener sangre en la cara, un ojo morado, una hamburguesa o podría faltarte un ojo e igual seguirías dándome ternurita-dijo-Seguirías siendo mi todo.
-No vengas con eso del "mi todo" y de "por siempre"-dije.
-¿Por que no?
-Por que son promesas que nadie cumple.
-Yo podría cumplirlas.
-No,no podrías.
-Helena, me cambiaste mi vida.

El chico del fondoWhere stories live. Discover now