El chico del fondo

Capitulo 25:dia 148 parte 3-Damon.

Podría enamorarme de Helena de una y de mil maneras. Comenzando por su mirada y su forma de ser, había algo en eso que me encantaba y no podría ignorarlo como para no encantarme.
Lo mío fue algo así como amor a primera vista.
Realmente no creía que ella quisiera algo de unos días, no podía verla de esa forma. Yo fingí seguirle la corriente y hacer lo posible para que nuestras vidas se crucen, mas allá de eso, en varias ocasiones nos cruzamos sin la necesidad de que tenga que forzarlo.
No me arrepiento de haber hecho lo que hice en su momento.
Le compre una tarjeta y una paleta gigante.
Cuando toque timbre note su cara de sorpresa.
-Te dije que había que festejarlo-dije.
-Un dulce para una dulce-dije dandole la paleta.
Ella miro y la agarro, pero no antes sin hacer uno de sus típicos comentarios.
-Me empalagas Damon, podrías haber traído una paso de los toros para cortar con tanta dulzura.
-De nada amor.
Con la mano simulo una pistola y apunto a su boca.
-Nada de eso, no exageres-dije entrando y cerrando la puerta-van a entrar bichos si dejas la puerta abierta.
-Ya entro mi hermano, ¿que otro peor podría entrar?-pregunto.
-¿Supongo que sus amigos?
-¡Ni me los nombres!-ella se dio la vuelta y se fue hacia la cocina.
-¿Por que no?
-Porque me caen mal esos idiotas.
-El debe pensar lo mismo de tus amigos.
-¿Y vos que pensas de ellos?-dijo con un brillo en sus ojos que probablemente quería ocultar.
-A veces me dan celos-dije sinceramente.
-¿Celos?
-Si, cuando alguien...
-Sisi, ya se lo que significa,-me corto-solo quería saber porque te daban celos.
-Porque te conocen desde antes, tienen otro tipo de relación y porque me molesta pensar en el hecho de que alguno te toque.
-¡No me tocan Damon!
-¡No, no me refería a eso!, ¿la cague verdad?-pregunte.
Ella negó con la cabeza.
-Menos mal-dije.
-¿Querrías otro tipo de relación?-dijo decepcionada.-Pensé que lo nuestro te gustaba.
-Me encanta-dije con una sonrisa.
-¿Entonces?-pregunto devuelta con ese brillo.
Fui corriendo a levantarla y a besarla.
-¿Nunca pensaste en pegar un viaje conmigo?-pregunte-Solos tu y yo.
Todo se sentía maravilloso. Ambos enterrábamos nuestros pasados en besos, pero eso no nos importaba. No, porque los dos los queríamos.
De un momento al otro, me encontraba en su cama junto a ella.
Pero no todo se basaba en eso, no. Ella era especial, era la única. Ella era mi reina y yo quería darle su castillo con todos los detalles dentro.