Parte 4: Correos que narran

300 19 7
                                    




16 años

Hola por primera vez, Anna Molly.
Espero no estar enviando esto al vacío. Créeme cuando te digo que nada me humillaría más que escribir a la chica de mis sueños sin que la chica de mis sueños me esté leyendo, ¿me explico?
Tal vez fue muy osado de mi parte al meter la nota a tu casillero con un correo y contraseña para tener un poco de privacidad entre los dos y nadie descubra que estás hablando conmigo mediante e-mail, así que puedes estar tranquila, ésta será una vía de comunicación solo para ambos sin que nadie se entere.
Lo hice principalmente por la seguridad de tu reputación.
Está bien, sé lo que piensas y lo diré, también lo hice por mí.
Desde la fiesta de Laura que no sé de ti. Regresamos a la preparatoria como juniors y nada ha cambiado. Me ignoras. Te burlas de mis amigos. Haces tu papel de imposible perfectamente. En fin, sigue igual a cuando lo dejé para irme un tiempo a estudiar a Londres. No es que esperé que algo sucediera después de mi primer beso bajo la lluvia contigo, porque eso no sería real, es decir, no...
Bueno, está bien, trataré de ser lo más honesto contigo sin mentiras de mi parte, así que aquí va...
Pensé que podríamos ¿salir?
Tener una cita en donde te llevo a Central Park con una canasta de picnic, quizá el cine a ver una película romántica o la típica cena con las luces de New York a nuestras espaldas; después me podría despedir de ti en tu casa con un dulce beso afuera de tu portal.
Sí, algo de eso soñé.
Hay algo en ti, Anna Molly. Hay algo que desde muy pequeños me llamó la atención y no es tu hermosura que a simple vista es arrolladora. Quiero descubrir cuál es el motivo que me deslumbra.
Sé que serás mi perdición -sin ofender- como la perdición de mi padre es mi madre (palabras de él).
¿Y qué más te puedo decir? Me encantaría perderme en ti, contigo, pero nunca sin ti.
Es por eso que hago este pobre intento a e-mail romántico, pero lo haré menos empalagoso porque presiento que no te gustaría.
Seré conciso:
Quiero hablarte, necesito saber de ti.
Quiero llegar a tener un acuerdo contigo. Algo.
Algo para no cortar la comunicación.
Y si ya estoy en el camino del atrevimiento, me gustaría que nos reunamos para hablar de lo que podemos hacer si me dieras una oportunidad.
Sin presión.
Sólo deberías mandarme una contestación.

Gracias.


______

Muy bien. Está bien con tu "Bien" seco que me respondiste.
Presiento que no serás muy comunicativa y serás difícil, pero bien, soy inteligente y me encanta el desafío.
Y no necesito palabras para conquistarme, con tal sólo saber que no me ignoras me basta.
Así que mañana nos vemos por el norte en Central Park.
Puedes contestar otro seco "Bien" si está bien para ti, no tienes que devanarte los sesos contestándome como yo..

_____

Anna Molly, llevo un día sin verte y creo que es necesario que nos comuniquemos de alguna manera, recurro a este medio porque me gusta mantener guardada nuestra historia vía estos correos. Tú no respondes nada a menos de que sea necesario una contestación, pero al menos yo encapsulo los mementos más importantes y sé que me lees.
Te contaré...
Mi Dios en alguna ocasión me susurro algo a mi oído. Sé que no crees en él y no pretendo cambiar tus creencias, pero me gustaría confiarte mi testimonio.
Hace muchos domingos atrás recé por ti (todos los domingos lo hago, pero jamás había sucedido esto), le dije que me diera paciencia y sabiduría para comprender cosas que no me permitía aceptar, cambiar para los que necesitan de mí de alguna manera que no les puedo ofrecer y un don para guiar tus pasos. Me respondió "espera", sé que fue el por qué jamás había escuchado dentro de mi cabeza una voz tan serena y que fuera capaz de hacerme sentir un profundo gozo. Sé que fue Dios y por lo tanto debo de esperar como él manda, porque soy su siervo y se puede servir de mí cuantas veces necesite.
Dentro de mi iglesia la meditación para conectarme al Bondadoso se realiza en una salita de oración donde varios nos reunimos para dar gracias a él y hay algunos minutos que se nos permite pedir por nuestras angustias, en esos momentos son indicados para pedirle por ti. Nunca fallo en decirle que no te desampare o que me ponga en tu camino como un ángel.
Te conozco y sé que ahora tienes unas impetuosas ganas de reír. No quiero que te burles de mí por esto, respeta mis creencias como yo respeto las tuyas. Así que por lo pronto y mientras no tengas más alternativas, cuenta conmigo. Déjate guiar hacia mí. No te resistas al impulso.
Puedo ser más para ti que un simple beso que ocurrió bajo la lluvia; si tú me dejas podemos convertirnos en una fortaleza donde mi Dios gobierne nuestra paz.
El me susurro espera y yo... estoy esperando.
Esperando por ti.

Las morenas preferimos a los rubios.Where stories live. Discover now