Sex Slaves [SIN EDITAR]

4

Me levantó sobresaltada al notar que esa no es mi cama, no estoy en mi cuarto, y que alguien está junto a mí.

Luego recuerdo la noche ajetreada junto a la persona que yace conmigo en éste momento.

Me recuesto sobre mis codos inclinando de esta manera mi cuerpo para alcanzar a ver el reloj que recuerdo haber visto sobre la mesa de noche.

4:37 a.m.

Decido levantarme silenciosamente ya que no quiero levantar al hombre que descansa pasivamente. Camino hasta el baño, me lavo la cara, arreglo un poco la maraña de pelos que gritan desde kilómetros "Follada" y hago pis.

Una vez fuera, voy hasta el piso de abajo. Bajo por las escalera y me acerco a la montaña de ropa tirada en el piso. Rebusco mi ropa interior. Me la coloco. No tengo verguenza de mi cuerpo pero algo que sigo teniendo a pesar de los años es pudor delante de los hombres es un tema en cuestión que no logro deducir el porque lo sigo teniendo a pesar de los miles de polvo que tenga.

Una vez completada la misión vuelvo a la cama y me recuesto. Pero me solbresalto cuando... ¿Cómo se llamaba?. Ah sí, Christian me toma y me acomoda bajo de él de una manera muy comfortable.

Decidí no tomar mis cosas y largarme ya que este hombre sabe quién soy, con quien trabajo, sobre todo conoce a Louis, y demás. Adiós al anonimato de los polvos nocturnos. Así que.. ¿Para que correr?.

Pero antes de volver a descansar, recuerdo que es Sábado eso significa salida al club con las chicas a la noche. Mmmm, ¿Estaré de racha como hoy?. Podría decirle de repetir mañana por la noche. Lo pensaré bien y luego veré. No quiero que piense que pretendo algo más que polvos. Lo último que necesito es amarrarme a alguien como la última vez.

Los recuerdos comienzan a venir a mi cabeza manos recorrerme el cuerpo. Esas manos. Rápidamente saco esos pensamientos de mi cabeza antes de que vayan a más y tenga que llamar a mi terapeuta a esta hora que estoy segura que no me atenderá y despabilar al hombre de mi lado.

Cierro los ojos y me dejo ir. Mañana será otro día.

Siento que me dan un beso esquimal. A la vez que siento su aliento chocar con mi cara, el cual es una mezlca entre café y menta. Es hora de levantarme, pero no quiero, me niego. Cierro con más fuerzas mis ojos mientras largo un gruñido ronco.

Escucho esa risa grave y a continuación una ola de cosquillas se expanden por todo mi cuerpo causando que mi risa de puerco retumbe por toda la habitación mientras se une con la suya.

—Vamos dormilona. Son las 12:30 — Salto de la cama.

—¿Qué?. ¿Por qué me dejaste dormir hasta tan tarde?. Tengo mil cosas que hacer hoy. —Exclamo entre furiosa conmigo, con él y toda la humanidad. Lo dije soy muy gruñona por las mañanas.

—Bonita, me quedé tan dormido como tú. Lo siento. —Parece realmente arrepentido. Siento algo de culpa.

—Está bien. No te hagas problema. —Me planteo decirle lo de esta noche. A propósito me recuerda que tengo que tomar mi celular del bolso y mandar un mensaje a las chicas por el grupo de whatsapp para saber si es el mismo de siempre o hoy cambiaremos.

Le diré de verdad tengo ganas de repetir y por lo visto no está casado ni hay señales de alguien así que espero pasarlo igual o mejor si es posible ésta noche.

—Emm, esta noche como es Sábado con mis amigas salimos a un club es como tradición. ¿Tú quisieras venir con unos amigos y quizás hacemos algo fuera de lo cotidiano? — Digo tratando de ocultar mi nerviosismo ya que fallo visiblemente porque comienzo a morderme el pelo. Se acerca con cara de Póquer lo saca de mi boca y me da un beso que me deja sin aliento. Lo tomaré como un Sí.