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Kelsey POV

La vida, dependiendo del ángulo en que se la observe pueden llegar a distinguirse dos maneras de vivirla; simple y sencilla o complicada y difícil.

Al mirar hacia mi alrededor me doy cuenta que en su gran mayoría las personas son las que elijen la segunda opción sin pensar siquiera que ellos son los que escriben su propio destino, o tal vez no, pero no lo averiguan por temor y cobardía. Perdiendo por completo el consentimiento que están dejando ir lo único que nunca van a poder recuperar: EL TIEMPO.

Se preocupan más por los "que-si" del resto de la sociedad y demostrar además de aparentar una imagen contraída a una personalidad completamente diferente a lo que su alma les dicta.

No se puede comparar la luz de la luna, aquella blanca, tersa, pacifista, luminosa, llena de pureza e inspiradora de sueños eternos e ilusiones (más allá del resultados de estas últimas); con la acalorada, intensa, fuerte, abismal y cegante luz del sol. Por eso aceptamos cada una e intentamos de encontrar nuestro pequeño lugar de placer en aquella que nos llene el alma, creamos nuestros propios grises al no poder vivir en una constante elección entre blanco y negro.

Buscamos que nos hagan sentir en nuestra zona de confort, a salvo de aquellas bestias que nos rodean y amenazan con atacarnos. Ahuyentando nuestros demonios, permaneciendo en la luz porque es verdad... La oscuridad puede convertirse el lugar más temible que podamos conocer, pero nunca es imposible ir contra la corriente. Nuestros demonios sólo aparecen si los buscamos, ellos siempre están en su lugarcito ganado en las tinieblas que nos rodean constantemente, por eso nunca hay que negar la luz, aunque donde haya luz por consecuente habrá oscuridad.

Si caemos en el pozo de la oscuridad, no hay que perder la cabeza ya que siempre queda un último y pequeño rayo de sol. Ese del cual todos se olvidan e ignoran que te irá a salvar para volver a ser integrado al resto o como actualmente se la denomina: La sociedad.

Iba conduciendo en mi auto cuando este razonamiento se comenzó a dar paso en mi mente a la vez que avanzaba por el camino hacia mi apartamento, y es que sin importar nuestro pasado las cosas en nuestra vida siempre se plantearán de esta manera.

Por ésta razón acepté el trato, más allá de las reglas que se dictaron y se van a dictar. Seguiría reconstruyendo mi vida, no iba a dejar que todos los muros que tan difícilmente me costaron construir se derribaran en un dos por tres. Ya había traspasado por la etapa de la depresión, el agujero negro, la oscuridad, aprendí como vivir con mis demonios y dejarlos vivir sin que me interrumpiesen mi vida, entendí que mi pasado no se puede borrar pero sí olvidar, y por sobre todo que siempre es el momento indicado para comenzar de nuevo.

Gracias a mi falta de atención no me había percatado que ya estaba aparcada en la puerta del umbral de aquél conocido edificio. Al parecer mi subconsciente sigue funcionando a la perfección porque no tenía idea de cómo llegué ya que estaba encismada en mis pensamientos.

Comprobé la hora en mi reloj que posaba en mi brazo a la vez que abría la puerta del gran umbral.

6:51pm.

Mierda.

Se supone que Ángelo me espera a las 8pm y todavía debía maquillarme, encontrar que ponerme (que todos sabemos que es una odisea para la mayoría de las mujeres), ducharme, peinarme, etc.

Una vez que había terminado mi ducha, ya habiendo comprado en la misma si era necesario retocarme la depilación aunque no lo creo ya que me aplico la definitiva había cerrado el agua y luego de colocarme un paño tanto en mi cabeza como mi cuerpo, decidí que era de ir al tema más preocupante: El Vestuario.

Sex Slaves [SIN EDITAR]Where stories live. Discover now