8

6.8K 297 62
                                    

—Cuando te vi el otro día en el club, lo primero que se me vino a la mente era darte un buen follón pero tenía miedo de que seas de esas mujeres que te llaman luego durante días porque piensan que eso fue el inicio de una esperanza para futuro una relación. Lo que quiero decir es que todavía tengo guardadas las ganas de descuartizar la cama contigo pero solo sexo. Seríamos mutuamente Esclavos Sexuales si quieres llamarlo de alguna manera. Sexo y nada más. ¿Qué dices?

No sabía que responder. He tenía miles de polvos en la vida y sé la razón por la que lo he hecho. Todo gracias a él. Si no hubiera pasado esa noche aquel hecho sería una joven normal, viviendo una vida normal, disfrutando de sus amigas y no follando a cualquiera por un complejo. Disfrutando de una profesión soñada y no una que la haga creer que se siente cómoda con su cuerpo.

—Y-yyo debería pensarlo. Nec-cesitaría un poco de tiempo. Esto es como un balde agua helada. No nos conocemos. No sé nada de ti. Nunca antes de vi y ahora me pide que seamos folla-amigos. —Agrego consternada.

—No pido que lo decidas en éste momento. Me encargué de guardar mi número en tu teléfono. Pero no voy a estar esperando por una eternidad. Tienes hasta el viernes a la mañana para avisarme o daré por terminado el trato sino.

Agradezco a Ángelo por llegar en ese momento con los platos para que almorzáramos. Colocó primero el mío luego el de Justin, colocó mi agua y la cerveza de éste, nos regaló una bonita sonrisa y se retiró pero no sin antes preguntar si necesitábamos algo más.

—Lo único que te voy a comentar ante la propuesta —Habló Justin en el medio de un silencio gutural. —Es que tengo algunas reglas. Las sabrás si decides aceptar.

Asiento con la cabeza y me dedico a pasar la comida a un lado del plato. Busco cualquier distracción que no sea mirarlo. Me siento incómoda, molesta, me quiero ir. Llegar a mi cama, acostarme en ella y replantarme todo esto. No quiero que vuelva a repetirse la situación. Una vez fue demasiada.

—¿Puedes comer algo aunque sea y dejar de jugar como una niña pequeña?— Su voz me sacó de mis pensamientos. Mis pensamientos de él. De aquella noche. De aquella casa. De aquel olor que volvió a mi mente.

—Se me ha quitado el hambre.—Digo con una voz que está conteniendo un sollozo y que apareció sin darme cuenta. Otra vez él estaba arruinando mi vida. Lo odiaba. Lo detestaba. Me daba repulsión.

—Nena, ¿Qué pasa?— Justin dice en un tono preocupado y siento como una sustancia caliente rebalsa de mi ojo derecho seguida por otra y otra, huyendo de éste por el largo de mi rostro.

—Lo siento, no es nada. ¿Dónde se encuentra el tocador?. —Mi voz cada vez es peor.

Nunca voy a perdonarle estar arruinando mi vida así.

—Sigue todo en línea recta y antes de salir por el ventanal al sector fumador, gira hacia tu izquierda. —Me dice en el mismo tono preocupado.

—¿Segura que no es nada? ¿Quieres que te acompañe? ¿Fue por algo que dije?. No te obligo a nada tienes que saberlo, si no quieres está bien. —Añade con voz apurada.

—Quédate tranquilo. No es nada con respecto a la propuesta y menos a ti. Me he quedado pensando algunas cosas sin darme cuenta. Gracias por la preocupación. Come tu plato, ya vuelvo. —Intento calmarlo y me doy una patada interna en el culo por haberlo puesto así. Nadie merece sufrir lo que yo sufrí. Le regalo una sonrisa y me dispongo a ir por el baño.

Lo encuentro tal y como me dijo Justin.

Estoy exhausta que mi vida se basa en ser una mierda a cuestas de él. Al fin y al cabo fue él quien me la arruinó.

Sex Slaves [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora