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-Eso es tan caritativo de su parte. -cruzo los dedos para luego asentir.

-Otra razón para amarlo intensamente. Cada día más. A propósito, nunca me has hablado de tu mamá. Cuéntame de ella. -¡Oh no! No ahora, no quiero hablar de ella, mi pecho se contrae y de repente el aire se niega a entrar en mis pulmones. -¿Qué pasa? -la mano de Donnie viaja y se posa sobre la mía. Su rostro lleno de confusión y sus ojos expresivos me ofrecen una mirada compasiva.

-Mi mamá murió. -Todo lo que necesita saber, está en esas tres palabras conjugadas. No hay motivo para profundizar en el tema.

-Lo siento tanto. -la compasión persiste, y ahora pinta su voz.

-No te preocupes. El tiempo pasa y te acostumbras al dolor. -me encojo de hombros. -Pero, tengo una hermana. -aclaro mi garganta.

-¿De verdad? -ella relaja el gesto y da paso a una sonrisa tierna. Afloja el agarre para finalmente soltarme. -¿Hablas con tu hermana?

Niego en una nueva oportunidad. -No, desde hace tres años y medio. Es el mismo tiempo que llevo aquí. Se quedó en Estados Unidos, perseguir los sueños, no es exactamente algo que ella haría. Estaba embarazada. -el recuerdo mueve sentimientos que creí haber dejado de sentir hace ya bastante tiempo.

-¿No conoces a tu sobrino? -Carla, se acerca con ambas manos ocupadas. Y cuando está de pie delante de nosotras deposita los platos repletos de comida, sobre la mesa.

-¿Algo para tomar? -gesticula ella.

-Sólo agua. -contesto.

-Para mí también. -prosigue Donnie.

-En seguida. -Carla vuelve a irse andando.

-¿No conoces a tu sobrino? -mi amiga vuelve a preguntar, se lleva un pedazo de pollo a la boca y mastica.

-No. -remuevo con el tenedor la pasta en mi plato. Que a decir verdad, huele deliciosa. Luego de que Carla deja vasos repletos de agua sobre la mesa. Donnie me mira.

-Yo quisiera tener hermanos. -se lleva un nuevo bocado y lo mastica con parsimonia. -Esto está realmente bueno. -alaba la comida. -Prudencia es una estupenda cocinera.

-Es cierto, -digo en cuanto trago un poco de pasta. Es buenísima.

-Prudencia se encargará de los aperitivos de la boda. -traga agua. -Y tú, de mi vestido. -coloca el vaso en la superficie plana. Suelto el tenedor, cae con estrepito sobre el plato.

-¿Qué?

-Quiero que hagas mi vestido. -me mira.

-¿Estás jugando? -vuelvo a tomar el tenedor y enredo más pasta en el.

-Hablo en serio. Tus diseños son preciosos. He visto muchísimos. -mastica más pollo.

-Pero, no. Yo. Puedes contactar a un diseñador reconocido. Ada Wong, Carolina Herrera. -mis labios dibujan una leve sonrisa. -Además, no dispongo de la tela.

-Yo la pondré a tu disposición. Haz el esbozo de uno y me lo muestras. -las comisuras de su boca se elevan.

-¡Eres increíble! -coloco el alimento dentro de mi boca para masticar con lentitud.

-Lo sé. -responde con una sonrisa altiva. Enarca una ceja y me dan ganas de reír.

-¿Cómo se llama tu hermana? -¿Por qué persiste? Sí no fuera mi amiga, probablemente hubiese declinado la conversación hace muchos minutos atrás.

-Stella. -las sílabas salen atoradas a través de mis dientes.

-¿Cuántos años tiene, Stella? -toma un sorbo de agua.

¿Quién Eres? (CANCELADA)Where stories live. Discover now