¿Quién Eres? (CANCELADA)

8

Mi amiga, golpetea rítmicamente con los dedos índices, el volante de su menudo auto. Mueve la cabeza de un lado hacía otro, conforme transcurre la cadencia del tema.

...Take me down into your Paradise, don't be scare cause I'm your body type...

La voz femenina pronuncia, a través de la dulce y enérgica melodía. Donnie, se voltea para mirarme con ojos brillantes y sonrisa enorme. ¿Cómo es que sabe cantar tan bien en inglés? Sostiene el volante con la mano izquierda, sin parar de agitarse. Me da un ligero codazo con la otra, para que la acompañe en su alocada danza. Yo me rio, situando una mano sobre mis labios.

... Just something that we wanna try, cause you and I...

La canción prosigue en su ritmo candente y pegajoso.

-We're Cool For The Summer. -canturrea Donnie con emoción, terminando así con el coro. -Vamos, Clar. No me digas que no has escuchado a Demi Lovato. -baja el volumen del radio.

-Es que, no me la sé. -respondo con suavidad.

-¿Acaso tiene que ver? Sólo tienes que sentir el compás, amiga. -Vuelve a subir el volumen, el segundo tema, lanza un arpegio vigoroso. Esta vez, un tono masculino acompaña a la eufonía.

-¿Cómo es que sabes cantar en inglés, tan fluido? -rasco mi barbilla.

-Pues, cuando era una niña, no hubo clase en donde papá no me incluyera. Y cuando cumplí diez, le pedí que me llevara a aprender inglés. -no me mira mientras habla. -Tú también sabes inglés, ¿no es verdad? Después de todo, eres americana.

-Sí, pero hace ya varios años, que no lo hablo. -observo el paisaje de fuera. Ese que dejamos atrás con fugacidad conforme avanzamos.

Luego de que Donnie, hiciera una parada y me obligará a comprarle un dona rellena, y cubierta de horrible chocolate. Nos estacionamos, de frente a una ostentosa tienda de vestidos para damas de honor. Jamás pensé que algo así existiese. Me quedo admirando el elegante letrero, Donnie me hala por el brazo.

Las paredes del recibidor están pintadas en color rosa pálido, sobre ellas reposan centenares de cuadros en donde predominan fotografías de vestidos, en diversidad de colores y estilos. Hay unos hermosos y otros ridículamente feos.

-Clarisa. -Donnie me fuerza a dejar de admirar las fotos y me hace señas para que la siga. Voy detrás de ella, a mí propio ritmo.

Nos detenemos cuando, ante nosotras reina una mesa de mármol blanco. Detrás de esta, una chica rubia, mastica chicle de manera ruidosa y poco educada. El teléfono en sus manos, requiere toda su atención porque no se percata de que estamos aquí. Frente a sus narices. Revienta la burbuja chiclosa y Donnie se aclara la garganta. La chica, a penas y levanta la visión.

-¿En qué puedo ayudarlas? -la goma de mascar, sale a relucir cuando abre la boca.

-Tengo una cita, para las cuatro. -La rubia, deja con trabajo el aparato para abrir un delicado cuaderno garabateado con bolígrafo negro. No creo que el cuaderno sea de ella. Desliza una uña roja, por las letras oscuras y se detiene en un nombre.

-¿Donnatella Cavalcanti? -le mira.

-Esa soy yo. -asiente.

En la habitación, gobierna el rosado. Pero esta vez en dos tonos más oscuro, sobre las paredes hay espejos que revisten varios metros de ellas. Conforme mí visión se desplaza me encuentro, con sillas, sillas puestas con finura sobre un extremo y un par de mesas con lirios naturales guardados en jarrones caros, dispuestos sobre ellas.