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Desconocido.

Era ella, lo sé. Estaba allí, frente a mí. Esa mujer estaba parada delante de esas vitrinas. No pude haberme equivocado, claro que era ella.

Estuve a centímetros de tocarla, de sentirla, cuando su cabeza se girara y su mirada oscura y eléctrica me mirase, lo constataría.

Mis dedos estuvieron a escasos milímetros de encontrarse con su brillante piel morena, pero. Esa chica pelirroja me detuvo, me interrumpió. ¡Maldita sea! La mujer, haló de uno de sus brazos y la alejó de mí cercanía.

Entraron a una tienda de vestidos para damas de honor. ¿Quién se casa? ¿Ella? ¿O la del cabello rojo? ¿Para qué necesitan vestidos como esos?

Claro que no, la castaña no puede casarse con otro, sólo conmigo. ¿Qué? No, ¡Estoy actuando como lunático! ¿Cómo puedo pensar en casarme con ella, si quiera? ¿Eres Celeste, Ava, Alex? Por todos los cielos, ¿Quién demonios eres?

Clarisa.

El porcelanato beige de la mesa centella, cuando la luz de lámpara colgante, se despide y choca contra el. Delante de cada una de nosotras, reposa alguna especie bebida en color ámbar, depositada dentro de copas acristaladas. Las burbujas viajan veloces, desde abajo hacia arriba, asomándose en la superficie de esta, y provocando una ligera espuma. Le doy un sorbo, el líquido desciende por mi garganta, casi puedo sentir como vuela desde allí hasta mi estómago. ¡Está increíble!

-Chicas, -Ellie eleva la copa que le pertenece, con una de sus manos súper perfecta y con uñas demasiado cuidadas. El cristal tintinea, cuando se encuentra con una finísima argolla dorada, que rodea a su dedo índice. -Quisiera proponer un brindis. -en sus labios se dibuja una sonrisa ladina. -Por esta maravillosa dama, -apunta la mano ocupada hacia Donnie, quien le mira con gesto dulce. -Por ser tan portentosa. Por habernos reunido a todas, para una ocasión tan especial. -se aclara la voz cuando se le empieza enturbiar. -Por todos estos años de hermosa amistad, gracias a ti. Conocí a estas locas chicas. -sus ojos ruedan desde Bérenice hasta Basile, luego de eso su contacto visual muere, nuevamente observa a Donnie. Mi amiga, se da cuenta enseguida de la tensión y tose con discreción. ¡Ay aja! Tengo ganas de poner los ojos en blanco. -Gracias por permanecer a mi lado, y por hacerme parte de tú cortejo nupcial. -¿Todavía no se acaba esto? -Porque vivas felizmente casada con tu bomboncito. Por una vida feliz y por una vida llena de amor. ¡Salud! -todas lo repetimos al unísono después de ella. Pensé que no acabaría nunca. Las copas se topan entre sí. Posteriormente, procedemos a tomar un traguito a excepción de Basile, que se lo toma todo de una sentada para en acto siguiente volverse a rellenar la copa.

Donnie se mueve para apretar a Ellie, entre sus brazos. Cuando se separan, Ellie tiene una solitaria lágrima corriéndole por la mejilla derecha. ¡Por favorrr!

Coloco los ojos en blanco, y le doy el último trago a mí bebida, en mis labios se pinta una sonrisita idiota.

En el momento en el que, las ganas de hacer pis se apoderan de mí vejiga. Me veo en la obligación de desconectarme de la animada plática sobre arreglos florales y levantarme para correr al baño. Me desplazo entre una par de mesas bien arregladas y vacías para por fin, poder llegar al tocador de damas.

Todos los cubículos están vacios, me introduzco en el primero. Me deshago de la presión, y suspiro de alivio. Los altavoces emiten una suave, dulce y romántica melodía en inglés. Que reconozco, tarareo la letra del coro cerrando los ojos. La puerta de entrada hace eco, me cayo.

-No te preocupes, tu voz chillona suena desde el pasillo. -¿Qué demonios hace Ellie aquí? ¿No podía esperar a que saliera yo?

Abro la puertecilla enmaderada, la visibilizo a ella, retocándose el rímel, colocando su rostro muy cerca del espejo. No se molesta en mirarme cuando me ubico a un lado para abrir el grifo y lavarme las manos.

¿Quién Eres? (CANCELADA)Where stories live. Discover now