9. Veintitrés.

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-Tu presión es normal, estás bien de peso, creo que tendrías que hacer un poco más de ejercicio, ese cuerpo flaco no es para siempre, pero está todo en orden.

Jeremy sonrió y se acostó de forma dramática en su cama.

-No puedo salir del hospital.

-Tal vez... puedas correr unas vueltas rodeando el hospital desde adentro. No hace falta salir.

-Y creo que mi cuerpo es muy sexy como está, hago abdominales y lagartijas.

-Eso no cuenta mucho para tus piernas, estar acá encerrado no hace muy bien, y más si estás acostado.

El doctor Swift había revisado a Jeremy desde que entró con unas quemaduras en sus brazos por su primer intento de suicidio. Y cuando lo internaron, lo siguió siendo, es uno de los doctores que más le gusta a Jeremy aunque él no lo admita.

-Trataré de hablar con Ninman.

-Bien... y ¿cómo es eso que ayer Jorge te vio con una chica?

Jeremy rió. Eso era lo que le gustaba de él, le preguntaba cosas que nadie se atrevía a hacer y era directo.

-Salgo con muchas chicas.

-Vamos.- dijo el doctor rodando los ojos.- Sabes a que chica me refiero.

Jeremy suspirando le contó a su doctor como es que conoció a Halley y como es que en unas pocas horas rompió su record en hacer cosas por primera vez después de mucho tiempo. Swift lo escuchaba atentamente sonriendo como si de su propio hijo se tratase. Cuando acabó con el relato, se sorprendió al saber que Jeremy cambió bastante durante el relato, sonreía y sus ojos brillaban, incluso para un hombre de su edad era bastante obvio que al chico le interesaba esa mujer.

-Creo que le caigo bien, es nueva y no sabe nada de mí y yo no sé nada de ella, solo sé que toma medicamentos, pero no sé de qué clase. Pero eso es lo que me gusta más, si se entera de por qué estoy en este lugar creo que no me hablaría más.

-Si dices que es una chica diferente, muy diferente por lo que me contaste, no creo que sea una de esas muchachas que se asustan tan fácil.

-Oh, vamos, tuve pensamientos suicidas, estoy en el piso de psiquiatría, voy a un psicólogo tres veces por semana, los medicamentos son los que me mantienen cuerdo, y para colmo no veo que esto funcione.

Swift se sentó junto a Jeremy en la cama.

-¿A qué te refieres?

-No puedo decirlo, ya me prometieron que, tal vez, si sigo como estoy ahora puedo salir en unos meses.

-No tienes que pensar solo en salir, sabes que no lo harán si Ninman no lo aprueba. Y por lo que veo, no lo hará de pronto.

Jeremy lo miró ofendido pero con asombro a la vez. Era la pura verdad, no estaba todo el día pensando en matarse, no era como antes, pero había momentos en la noche que era lo que más deseaba.

-A veces en las noches, me ataca esta necesidad de irme, esos pensamientos son como torbellinos que se juntan en mi mente y no se van. Pero ayer... ayer volví con una sonrisa que duró hasta que me desperté. Se sintió...bien.

Swift se paró y sonriendo se fue acercando al puerta.

-Eso amigo Jer, se llama estar feliz. Y lo mejor de eso es que una chica logró hacerte sentir así.- Sonriendo una vez más se despidió y salió.

Al nombrar "chica" pensó en Halley y comprendió lo que quiso decirle el viejo doctor. Tal vez, pensó, es ella el porqué de las sonrisas que se le pegan en las noches. Algo desconcertante es que hace solo unos días se empezaron a hablar, y a Jeremy esos días lo cambiaron.

Mi RazónWhere stories live. Discover now