18.¿Impredecible?

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Acostado en la cama Jeremy pensaba en las últimas palabras que escuchó decir a Halley. Hace una semana que no se habían vuelto a ver desde el incidente de la azotea. Jeremy había querido ir a su habitación miles de veces a decirle cosas que ni él podía pensar con claridad. Halley se había convertido en su única amiga, su confidente. Pero seguía enojado con ella, ¿Cómo se atrevía a investigar de su vida? Si ella no hubiera entrado en coma temporal, nunca hubiera sabido lo que le pasaba. Y estaba dispuesto a ir contra su orgullo y esperar a que ella le contara la verdad.

Dio media vuelta y vio como Bonita se acercaba con una bandeja. Tenía una sonrisa en su rostro. Como todos los malditos días.

-Buenos días.

-Hola.

Jeremy tenía un plan. Portarse bien, hacer todas las cosas que tenía que hacer, tomar los estúpidos medicamentos, ir a las terapias, ser un zombie básicamente. Y así dentro de unos meses le darían el alta. Y se alejaría de la única persona que alguna vez quiso, aparte de su madre.

-Sí que estas súper feliz hoy, Jer...

Jeremy sonrió y puso la bandeja en su regazo.

-Bueno, ya no tengo que soportar a esa chica.

-¿Cual chica?

-Halley. Creo que dentro de unas semanas se irá.

Bonita frunció la boca y miró a su querido paciente. Era obvio que no se creía esa falsa felicidad, lo conocía lo suficiente para saber que se sentía mal.

-¿Cómo sabes eso? Ni siquiera se vieron estas semanas.

-No lo sé, solo lo espero. Al final es una de esas mujeres hipócritas y chismosas.

Jeremy le dio un mordisco a su puré de carne. Se sentía bien comer algo que le gustaba.

-¿Ah sí? Ella es la que te vino a ver hace unos días y tú no la quisiste ver.

Jeremy dejó caer su tenedor recordando aquel día. Tenía que convencerse a sí mismo que estar junto a ella le hacía mal, de lo contrario los dos iban a salir heridos.

-Eso fue porque se siente culpable. Está en una de esas etapas, en donde las personas que pierden a alguien importante tienen esas cinco etapas de velorio.

-Tú no estás muerto.

-Por ahora.

Jeremy sonrió y siguió comiendo, disfrutando de la cara de Bonita.

-Era una broma. Estoy tratando de revindicar mi vida. Quiero salir de una vez de este lugar.

Bonita suspiró y se sentó al borde de la cama.

-Ella es una buena chica. Sea lo que sea que hizo, se merece una oportunidad. Sé que piensas que sin ella vas a estar mejor, pero si te soy sincera nunca te vi tan feliz y enérgico que cuando te juntabas con ella. Y aunque quieras dejarla atrás, puede que te lastimes más a ti, que a ella.

Jeremy siguió comiendo, y después de tomar un sorbo de agua; dijo:

-Nadie pidió tu opinión Bonita.

Liberty miraba a su amiga desde que se había despertado con el cejo fruncido. Nunca la había visto tan deprimida como la había visto estas semanas. Sabía lo que había pasado con Jeremy. Fue ella quien la recibió los llantos de Halley, y quería hacer algo para hacerle sacar ese dolor que sabía que sentía, pero ella se negaba a caer otra vez. Liberty fue quien la convenció de ir a verlo la otra vez, aunque tenía una cierta sospecha de que él no iba querer verla.

Mi RazónWhere stories live. Discover now