12. ¿Corazón o cabeza?

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Antes de dirigirse a la habitación de Halley, Jeremy fue a comprar dos barras de chocolate, uno de sus dulces preferidos. Esperaba que cuando se despertara él sería la primera persona que viese.

Cuando las barras salieron de la máquina, se quedó mirando los dulces por unos segundos, antes de suspirar y apoyar la cabeza en el frío vidrio.

-¿Qué rayos me pasa?

-¿Problemas en el paraíso?- Jorge apareció por el pasillo sosteniendo dos carpetas amarillas-

-Nunca hay problemas en el paraíso.- Jorge sonrió.

-Tu cara no dice lo mismo.

Jeremy levantó la cabeza y sonrió lo más que pudo subiendo sus dedos pulgares, en una muestra de felicidad exagerada.

-Está todo genial.

-¿Cómo está Halley?

-Todavía no despierta.

-Si, lo sé. Solo quería escucharte decirlo.- Jeremy arrugó la cara.

-¿Y eso por qué...?

-Porque ese es el problema en tu paraíso, y además, estás preocupado por la chica. Y solo se conocen hace más de una semana. Eso es algo nuevo.

-Cosas que pasan cuando uno vive en un hospital Jesús.- Jorge suspiró sonriendo.

-Y volviste a ser el mismo.

-Nunca me he ido.- Jeremy sonrió de costado y caminó hacia la habitación.

Liberty miraba desde su asiento a Halley con ojos acuosos. Siempre se odió por ser tan sensible. La verdad era que lo había sacado de su madre, cuando perdió la mitad de su pierna, su madre lloró por semanas, no por el hecho de que su hija había quedado coja, sino porque no podía soportar ver a su hija triste por el hecho de que no iba a volver a ser la misma.

Levantando la vista vio que Jeremy se acercaba con dos barras de chocolate. Sin pensarlo sonrió. Era increíble que Halley con solo estar una semana haya cambiado tanto al chico.

-¿Trajiste mi agua?- Jeremy se apoyó contra el marco y frunció los labios.

-No, lo siento, me olvidé.

-¿Tú pidiendo disculpas? Wow, sí que Halley te cambió.

-Halley no me cambió. Sigo siendo el mismo.- Pero Jeremy sabía que no lo era.

-Si, como digas rubio. No tienes por qué disculparte, sabía que te olvidarías así que le pedí a Robert que me compre una.- Liberty sonrió mientras apoyaba una mano sobre la de su compañera.- ¿Cuándo piensas que se va a despertar?

Jeremy se sentó del otro lado, así que quedaba dando espaldas a la ventana que daba al pasillo.

-Pronto, la anestesia no dura más de lo que debería. Hay que esperar.

Liberty hizo una mueca con la boca mientras movía sus ojos hacia Robert que se acercaba con una bolsa de compras.

-He vuelto... - Patrick giró el torso para ver a Jeremy y levantar sus cejas.- Has vuelto.

-Sí, señor.

-Supongo que si eres un amigo de mi hija no tienes por qué tratarme de señor.- Jeremy asintió con una media sonrisa.

-Te traje tu agua Liberty.- Con una sonrisa de oreja a oreja agarró su botella.

-Gracias, sabía que podía confiar en ti.- Dijo mirando con ojos entornados a Jeremy.

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