Chapter 2: muerto en el interior (spanish)

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  Verna miró al techo, su cuerpo se sentía frío, entumecido, agotado, pero aun así no podía dormir. Al despertar de su pesadilla y no poder volver a su dichoso sueño, Verna apenas recordaba cómo era dormir sin una pesadilla. Ella no había dormido profundamente en años, el medicamento no ayudó, pero nadie se molestó en cambiarlo, incluso después de que le suplicara a Mitch que se rio de ella y se fue.
-¿Por qué no matamos al enfermero?- La voz ronca, lo sugiere con facilidad, -con él desaparecido eres libre de matarte, de ponerle fin a tu miserable existencia- rio mientras, ella lo consideraba.
No le importaría matar a Mitch, era cierto, una vez que Mitch estuviera muerto, ella era libre de sí misma. Se había vuelto bastante buena ignorando la voz en su cabeza, no siempre era mala. Algunas veces hace buenos argumentos.
Vio cómo los lodos negros se movían por el techo, su movimiento la embelesaba mientras olvidó momentáneamente que era la hora de que comiera.
Un golpe en la puerta hizo que su cabeza se moviera a un lado para mirar, esta vez vio una versión de su padre pero estaba sucio, su cuerpo retorcido en un monstruo, lo miraba con los ojos abiertos incapaz de hacer más o tratar de salvarse. Su sangre se sentía como el hielo.
Parpadeo.
La monstruosa figura se convierte en Mitch. Sus labios se presionaron en una línea firme, ella prefería el monstruo.
-Hola-, ronroneó Mitch, su voz la hizo encogerse. Pensamientos en su cabeza de como asesinar brutalmente a Mitch, ella vio un destello de sí misma apuñalándolo en el cuello con un cuchillo grande. Su boca se abrió cuando un grito silencioso se liberó en una bocanada de aire, de sus ojos se desvanece la vida, sus manos se movieron para ahuecar su garganta, no parar su sangrado.
Parpadeo.
Y se había ido, esta vez ella apuñaló con un tenedor sus ojos. Su grito de agonía la ensordeció, ella rio, sus ojos de color fuego ardiente y con pupilas rasgadas. Otra Verna lo empuja de rodillas y lo apuñala varias veces, sin dejar de hacerlo por un momento.
Dos parpadeos.
Mitch estaba de pie frente a ella, con la misma sonrisa burlona, que ella al instante extrañaba las visiones matándolo.
-¡Hora de comer!-Él tira la bandeja a la pared, como predijo. Sus acciones no eran nada nuevo, era predecible. Sabía que si no estaba tan medicada, probablemente podría escapar, no había corrido desde hace mucho tiempo, pero sabía que Mitch no estaba mejor. Mientras que él se veía delgado para los demás, ella sabía que él estaba usando una faja, eso hizo que su labio se contrajera divertida ante la idea. Él vio el ligero movimiento de sus labios e inmediatamente incrustó una patada en su estómago, sus movimientos fueron lentos agarrando su tobillo y cortando un tendón en su tobillo, con un alfiler que no podía recordar cómo había llegado a su mano.
Parpadeo.
Le quitó el pie del estómago y la dejó apoyada contra la pared, pensó que le estaba causando dolor pero casi se rio. Ella no podía sentir nada.
Él le agarra las mejillas como antes y le abrió la boca empujando su dedo por su garganta empujando la pastilla hasta que no pudo escupirla. Ella quería gritar, quería morder su dedo, quería apuñalarlo. La puerta se abrió revelando a una hermosa enfermera con la que normalmente coqueteaba Mitch.
-¿Mitch? ¿Cómo está todo?-Su voz era suave y dulce, no tenía idea de con quién estaba hablando. Su cuerpo se gira para mirarla mientras sonríe cortésmente y charla con ella, sus ojos parpadean ante la comida en toda la pared mientras explica que a Verna le dio un ataque y la puso allí y él solo la estaba ayudando.
Verna sabía que no tenía otra opción, sus manos tocaron el pecho de él deslizando discretamente la identificación de su bolsillo. Ella sabía que él había visitado muchas habitaciones y nunca había prestado atención a su identificación.
-Genial, ahora puedes irte y matarte. Estaba pensando en ahorcar. Pero quiero ver algo de sangre derramándose -se rio, ella lo ignoró y deslizo la identificación debajo de ella, hizo que su cuerpo cojeara, pretendiendo que los medicamentos ya estaban funcionando. Tenía una ventaja de 5 a 10 minutos en ese momento, si él se iba ahora, ella podría saltar. Su ventana estaba cerrada y afortunadamente, gracias a la cantidad de medicamentos que le pusieron, supusieron que no podría salir.
Mitch conversó con la enfermera por unos segundos más, ya estaba sonrojada con una mirada lujuriosa. Verna había escuchado atentamente su conversación, le daba ganas de vomitar. Rezó para que se fuera, así podría vomitar y salir de ese infierno. Mitch había hecho exactamente lo que ella había planeado, se levantó y siguió a la enfermera asegurándose de tocarla mientras pasaba.
El ruido fuerte de la puerta al cerrarse la hizo encogerse y vomitar, escupió todo antes de agarrar la identificación en sus fantasmales y pálidas manos y meterla debajo de la ventana para sacudir la cerradura. El clic de la ventana la hizo sonreír. Algo que ella no había hecho por un largo tiempo. Con eso ella tuvo una nueva oportunidad.  

Dancing with the devil (New species fanfiction)Where stories live. Discover now