Mía - Lauren

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Lauren G!P.

—–

___ POV

—Eres completamente mía —afirmó mientras se inclinaba y dejaba un beso en mis labios.

—Lo soy —confirmé asintiendo ligeramente.

Tomó su miembro y lo colocó en mi entrada.

—Si algo va mal, detenme —pidió.

Asentí. La adrenalina ya no me dejaba pensar ni hablar. Sus ojos verdes me miraban atenta. Me sentí completamente pequeña e indefensa a su lado. Ella sonrió ligeramente y no pude evitar regresarle el gesto.

Comencé a sentir una mezcla entre presión y dolor. Estaba dándole algo muy preciado. Estaba dándole mi virginidad a la chica que siempre cuidó de mí. Hoy estaba más que convencida de que no pude tomar mejor decisión. Sabía que esto era lo mejor. Sabía que nadie se preocuparía tanto por mi comodidad y bienestar como ella lo hacía.

—¿_____? ¿Estás bien? —cuestionó Lauren curiosa.

Ladeó la cabeza, como para darle más énfasis a su pregunta.

—Totalmente —contesté.

Dolía, sí, pero no era nada que no pudiese tolerar.

Se quedó quieta un poco, como analizando cada uno de mis gestos... asegurándose de que no le estaba mintiendo. Se inclinó y besó mi frente tiernamente: ella sabe que amo que haga eso. Ella sabe que me encantan los pequeños gestos que me hacen sentir protegida y cuidada por ella. Yo sabía que esa era su forma de decirme que todo estaría bien, que no me lastimaría. Comenzó a moverse dentro de mí. Un ritmo lento y delicado.

Lauren.

Lauren Jáuregui. Mejor amiga de mi hermano... la típica chica buena que tiene reputación de chica mala. Lauren, la chica de la que estuve enamorada desde siempre. La chica que me escuchaba, la chica que me entendía. La chica que me daba y sigue dando el amor que nunca tuve completamente en mi familia. Lauren, la primera persona que supo que me gustan las chicas y no me juzgó. Lauren, la chica que me besó una noche y después huyó como si hubiese cometido el crimen más grande del mundo. Lauren: la chica que es 10 años mayor que yo y la que es mi dueña: mi alma, mi cuerpo y mi corazón son suyos.

Ella y yo decidimos vivir plenamente nuestro amor. Decidimos alejarnos de todo aquello que estaba en nuestra contra. Decidimos hacer a un lado a todo aquel que nos dijo que no podíamos amarnos. Accidentalmente mi madre nos encontró en una sesión apasionada de besos. Ella le contó a mi padre y éste a su vez a mi hermano. Fue el fin. Una madrugada tocaron la puerta de mi habitación. Sabía que debía ser alguien de mi familia ya que no había manera de que alguien entrase: lo sabía y estaba segura porque mi casa siempre fue impenetrable. No eran la mejor familia, pero algunas veces se aseguraban de respetar mi privacidad y tocaban antes de entrar.

Me levanté tranquilamente y retiré el seguro de mi puerta. A penas tuve tiempo de girar el pomo, cuando ya tenía a Lauren sobre mí, abrazándome demasiado fuerte como si su vida dependiera de ello. ¿Que cómo supe que era ella? Su aroma inconfundible y sus abrazos únicos se hicieron presentes y no dudé en corresponder a su muestra de cariño.

—¿Lauren? —pregunté preocupada.

Podía jurar que estaba sollozando.

—Pequeña —susurró.

—¿Qué está mal? —pregunté apartándome de ella.

La puerta de mi habitación seguía abierta, así que me asomé hacia el pasillo para asegurarme de que todos seguían dormidos: todo se veía en orden. Cerré nuevamente la puerta de mi cuarto y la aseguré. Me dirigí a mi cama y me encontré con Lauren tirada en mi colchón sosteniendo su costado: algo andaba mal.

Imaginas & One-shots de Fifth HarmonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora