Peace was never an option.
___ POV
Tomé prestado el cuerpo de Lauren para darle una sorpresa a Camila.
Di un último vistazo a mi cuerpo tirado en el piso. Me reí ligeramente porque me había caído en posición fetal.
Salí silbando de la habitación, feliz de haber logrado poseer a Lauren.
—¿Camila?
Hmmm. Se sentía raro hablar con una voz que no era mía.
—¿Lauren?
Camila se asomó desde otra habitación.
—¡Hola! —saludé.
Entré a su cuarto. Me senté en su cama.
—¿Y _____?
—Ella está descansando, no tienes nada de qué preocuparte.
—¿Segura que está bien? Tal vez debería ir a verla.
Comenzó a caminar hacia mi habitación. La detuve.
—¡No! Dale su espacio, Camila.
Suspiró.
—Tienes razón.
Se recargó contra la pared, cerca de la puerta.
—¿Qué te trae mal? Puedo sentir tu energía muy baja.
—Me da miedo que no salga bien esto. He estado leyendo e informándome más acerca de Deamon, posesiones... ¡Ugh! Pareciera que todo está en nuestra contra... en su contra.
—Solo podemos... rezar para que todo salga bien.
Rió. Sonreí, porque estaba logrando que se relajara un poco.
Palmeé la cama, invitándola a sentarse a mi lado. Aceptó la invitación.
—¿Qué quieres saber de Deamon? Después de todo, nosotras crecimos ahí.
—¿Realmente es vulnerable? ¿Crees que _____ tenga oportunidad de siquiera acercarse para poder poseerlo.
Pensé un momento.
—Bueno, será difícil acercarse. La mejor opción sería que alguien lo distrajera mientras hace la posesión.
—¿La única forma de matarlo es que él solo se quite la vida?
—Sí. Lo único lo suficientemente fuerte para matarlo, es él mismo.
Y eso era totalmente verdad. Podíamos herirlo, pero nada era suficiente.
—¿Qué los hace débiles? No tenemos tanta información de los demonios.
—Uh, ¿qué tal la cuerda con la que aprisionaste a _____ aquella vez?
—El Lazo del Triunfo.
¡Ah! Así se llamaba esa cosa.
—¿Qué hay de cuando aplaudiste y empecé a levitar?
—¿Empezaste a levitar? Pero si yo...
Me miró atentamente.
—¿_____? —preguntó, cubriendo su boca en asombro.
—Ángel —contesté, sonriendo.
—¡Lo lograste!
Se acercó a levantar la blusa que traía Lauren y vio el símbolo en mi hombro. El reloj comenzaba a desvanecerse muy ligeramente, pero seguía muy presente.
