35- Problemas

3K 246 33
                                    

Subimos al auto y Estefan manejo hasta un pequeño hospital donde ya se comenzaba a sentir el are pesado y un ambiente lleno de angustia y desesperación, mi corazón latía rápido el misterio y la intriga metenian presa, un mal presentimiento no se alejaba de mi y la preocupación por saber que hacemos aquí me hace un enorme hueco en e pecho lleno de ansiedad.

Entramos al lugar y me abofeteo el particular a desinfectante y enfermedad.

La recepcionista, una rubia de ojeras inmensas nos atendió rápidamente pero con un ánimo apagado, parecía casi muerta.

Llegamos hasta una pequeña habitación con el número 55 en negro u entre con el corazón a mil.

Un bonito rostro se encontraba recostado en la almohada, con el cabello rubio revuelto y expresión pacifica a diferencia de la triste y preocupada que había visto antes.

Estéfan me miro como si esperara algo de mi, como si de momento con tan solo ver el tierno chico yaciendo inerte en aquella camilla pudiera reconocer toda una vida, pero lastimablemente las cosas no funcionan así ni para el ni para mi.

-Hola- hable tiernamente hacia Evan el cual se comenzó a mover ligeramente como si mi voz fuera lo que necesitará para vivir.

-Hey amigo, ya estamos aquí - Dijo Estafan con voz azucarada mirándolo con compasión.

Evan abrió los ojos lentamente para después parpadear repetidas veces ambientandose, dejando escapara el hermoso azul lleno de paz que ahora se veía mas triste y melancólico en aquella perfecta mirada.

-¿Lindsay?- Dijo ronco y levantando una ceja.

Que odioso que hasta una persona cesada pueda levantar una ceja.

Con un impulso pique su ceja y el se sorprendió por un momento para después volver a la mueca triste y apagada de antes.

-Simplemente no te gusta que la venta haga eso por que sientes que e restriegan en la cara el que tu no piezas ¿verdad?- Dijo lento por los cesantes o tal vez la melancolía en exceso no lo dejaba continuar a un ritmo vivo.

Me quede sorprendida por su pregunta, casi nadie se daba cuenta de eso.

-¿Sabes tanto de mi?

-Linda, yo se mas de ti que de mi mismo, me he memorizado cada gesto tuyo, cada lunar, cada centímetro de tu suave piel y como no hacerlo si aun amo todas tus perfectas imperfecciones, tus curvas y tus bordes, por que todo de mi aun ama todo de ti.- Dijo serio para después volverse ausente, como si recordara algo importante, una fecha, un momento, una noche.

Sus palabras me estremecieron hasta la mas mínima célula del cuerpo, sentí toda mi cara arder y tome el color de un rojo carmesí intenso.

Mire a ese bonito azul cielo de sus ojos, ese azul ya no era el mismo, se había convertido en un azul mas oscuro y aguado, como si la vida se hubiera ido de ellos.

-¿Que te ha pasado?- pregunte cuidadosa, sentándome en la cama a su lado.
El solo desvío la mirada y levantó la muñeca izquierda llena de vendajes.

Intento de suicidó, por eso el hospital, la melancolía, los múltiples vendajes en su muñeca.

-¿Por que?- Fue lo único que pudo salir de mi boca.

-Tu eras lo único que me mantenía vivo- Dijo aun sin mirarme a los ojos.

El en verdad me ama, quiso dejar de vivir por mi, y yo ni siquiera puedo recordar quien es.

En un movimiento rápido en intuitivo mis labios chocaron directo con los suyos y después me levante rápidamente de la cama para salir del lugar como si el mundo se terminara en ese mismo instante.

¿Por que rayos hice eso?

Subí rápido al auto y Estefan me siguio dándome una mirada mas que confusa.

-No le des alas si no lo dejaras volar- fue lo único que me dijo, pero esa pequeña frase significo las de lo que era.

Llegamos al castillo y todo estaba muy callado, pareciera que el mundo en verdad se termino y Estafan y yo fuimos los únicos sobrevivientes.

Caminamos hasta el comedor y un agudo grito sonó apenas pusimos un pie en ella.

Todos mis sentidos se agudizaron y sin mas espera me transforme en lobo.

La escena que llego a mi era horrible, Liam estaba sollozando amarrado con las manos atadas por la espalda junto con un Jesse violento queriendo romper las cadenas que tenia a su alredor, Mica estaba completamente inmóvil abrazando a sus hijas y las tres estaban juntas con la misma cadena de plata que me puso James a mi sólo que a ellas no les quemaba y después estaba Paulette que siguió gritando, despeinada, con un ojo levemente morado, los colmillos de fuera y las pupilas de sus ojos rojas queriendo atacar al maldito de James que la sostenía pasando su brazo por su cuello y con la otra mano sosteniendo sus delgadas muñecas.

-Bienvenidos, - Dujo James con una gran sonrisa-unanse a la fiesta.

♥♥♥

Lo lamento pero hoy no dedicare, se las debo, pero no es mi culpa es del sueño que lleva rato haciendo señas para que vaya con el y viéndose exquisitamente atractivo.

Los amo✌💜

Nunca Sere TuyaWhere stories live. Discover now