Final

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Desperté atolondrada, el olor a sangre me impacto de golpe, un gran ardor en mis muñecas se hacia presente, sentí como mi piel se quemaba cada vez que me novia, me encontraba sentada en un sucio y frío suele y todo estaba oscuro a excepción de un pequeño tramo que era iluminado por una ventana miniatura.
Intente levantarme pero la cadena que me sujetaba se presionó mas las muñecas y caí de rodillas.
Debe ser el maldito de James que me encadeno con plata de nuevo.

Jodida vida la mía con un maldito mate psicópata y otro suicida.

-James, eres un maldito hijo de puta- grite lo mas fuerte que pude, las lágrimas comenzaron a invadirme y la puerta se abrió lentamente.

Un rayo de esperanza por quien fuera una persona que me salvara de este maldito infierno me reconfortó, pero al ver la horrible cara de James entrando por esa puerta mi estomago se revolvió y solo me causó asco.

Su gran silueta me causaba terror, pero ha este punto que me podía hacer, mi cuerpo estaba tan agotado que ya no sentía dolor alguno, las niñas seguían desaparecidas, a Estefan lo habían golpeado hasta que quedo inconsciente y yo ni siquiera reconocía a mi otro mate el cual quiso suicidarse por un sentimiento olvidado.

-¿Que paso con Estefan?- El castillo, se incendiaba, había mucho humo, yo caí inconsciente y desperté aquí

-Seguramente se quemo en el pequeño incendio que causamos en el castillo, sonó te saque a ti de aquel lugar.

Un gran vacío en mi pecho volvió a aparecer, las lágrimas me inundaron mas que nunca, Estéfano era la única que persona que siempre me apoyo sin importar que, y el tan solo pensar que le sucedió algo me hería hasta lo más profundo de mi ser.

Di un gran grito de dolor, no podía con tanto, sentía que me estaba ahogando, que me quedaba sin aire.

-¿Por qué? - fue lo único que pudo salir de mi boca, esto era demasiado, no podía soportar mas, sentía que estaba en un infierno, mi infierno personal, y que nunca saldría de el.

El pareció entender perfectamente mi pregunta así que cómodamente se acerco a mi con una lentitud y confianza enorme, algo plateado se asomo piense bajo de su camisa, pero decidí ignorarlo, sinceramente si me quisiera muerta ya lo estuviera desde hace un buen tiempo

-Es simple, estoy dejándole en claro que eres solo mía, de nadie mas, que cualquiera que se te acerque morirá, cualquier persona que te mire demás tendrá que rezar.

-Eres un maldito, asqueroso maniaco y enfermo.

-Gracias.- Dijo con fingida gratitud y amabilidad.

-Ya deberías saber que por mas daño que me hagas yo nunca seré tuya.- y después le escupi n la cara ya que no podía golpearlo por las cadenas que me quemaban en exceso.

Me dedicó una gran sonrisa sínica y retorcida para después darme una fuerte cachetada que dejo mi mejilla ardiendo, pero aun así le Sonreí mostrando los dientes.

-Cariño, golpea como niña- y comencé a reír mientras el solo se daba la vuelta conteniéndose y saliendo de la pequeña habitación.

Moría de sed, tenia hambre, en especial ganas de un chocolate, y quería hacer pis.

Estaba tan mal que ya empezaba a alucinar sombras extrañas en la habitación las cuales se movían y retorcían demasiado rápido.

Me comenzó dar miedo, me acerque lo mas que pude a ellas y algo muy pesada me cayo enzima, di un corto grito, aplastaban mi pansa y yo quería ir al baño.

Cuando el peso se quito de mi rápidamente me aleje rápidamente y cerré la ojos con miedo.

Una risa burlona muy conocida me sorprendió y abrió los ojos rápidamente.

-Lindsay, por favor, no te voy a hacer daño, bueno no mas del que te hice al caer sobre ti.

-Jesse- dije en bajo para que James no nos escuchara.

El se acerco a mi y con sus manos rápidamente quebró la cadena.
Lo mire con admiración, mientras a mi me quemaba, el podía romperlas con gran facilidad.

-Siempre he sido el mas fuerte del clan- Dijo egocéntrico.

-Y Estefan- fue lo primero que me llegó a la mente.

-Esta bien, el y Mica van a entrar al esta manada para buscar a las niñas.

Caminamos a la puerta y con una horquilla que quite de mi cabello abrí la cerradura.

-Gracias por todo.

-No es solo por ti, también busco a mi novio.

Seguimos buscando a James, quería matarlo, quería ver el liquido color escarlata salir lentamente de su cuerpo mientras me suplicaba piedad y yo se la negaba con una gran sonrisa en el rostro.

Escuchamos vices detrás de una puerta blanca.
Nos dimos una mirada cómplice y Jesse abrió la puerta rápidamente.

Yo entre tras el, lo que vi me sorprendió, James estaba con Liam, y digamos que Liam no estaba nada mal como para que fuera la víctima, el estaba en el sillón frente a James bebiendo champán.

Busco algo rápidamente para defenderme y lo único que pude tomar fue un pequeño jarrón azul que pesaba demasiado.

Vi a Liam moverse rápidamente y le arroje el jarrón en la cabeza, haciendo que se estrellara y tirando lo que parecían cenizas, mientras su cuerpo caía sobre el.

Jesse estaba en shock por tal escena y como no estar así si ves a tu novio con tu enemigo.

El se tiro al piso para ver como estaba Liam y yo me moví arrinconado a James.

Jesse tomo en brazos a Liam inconsciente y lo metió en un ropero que se encontraba en la habitación con sus varios, mientas atrancaba la puerta con una silla y se ponía a mi lado.

-¿Pero que tenemos aquí?- Le pregunte a Jesse con una sonrisa gigante.

-No lo se, creo que es un perro faldero, muy idiota.

-Ya dejense de juegos - dijo mientras tomaba un guante negro de piel y se lo ponía, Jesse vio sus intenciones y en un rápido movimiento me dio la vuelta y yo que a su espalda, mientras James terminaba de sacar el arma, que al parecer era una pistola de plata y disparaba.

Jesse cayo al piso con una herida en el pecho, justo en el corazón.

Un gran grito salio de mi y me lance sobre el todavía sin convertirme, no quería manchar mi hermoso pelaje gris de lobo con su sucia sangre.

Sentí la plata quemarme, pero no me importo, se la arrebate de las manos y con la parte del mango le di en la cabeza ocasionando que cayera.

Puse mi pie fuertemente sobre su pecho impidiendo que se levantara.

-Lo lamento mucho James, pero yo nunca seré tuya.- y apreté el gatillo cuando apuntaba directo entre sus dos ojos y le volaba los sesos con gran facilidad.

Tire el arma, mis manos estaban demasiado quemadas por la plata, mire hacia Jesse, tendido en el piso, después la puerta y el rostro de Evan me sorprendió, corrí directo a el abrazándolo por que al menos alguien no había sufrido tanto, cuando me separe de el y lo vi de nuevo note los múltiples golpes de su rostro y la ropa rota pero el ya caminaba directo a Jesse para recogerlo.

Deje a Liam encerrado en el armario ya que se merecía eso y sali siguiendo a mi mate.

Nunca Sere TuyaWhere stories live. Discover now