Danger |HS| (Sin editar)

Volver a empezar.

"Jess, despierta" dijo mi madre con su dulce voz.

"Un minuto más, por favor" dije haciendo un puchero.

"Está bien, pero date prisa necesito hablar contigo" mi madre dejo mi habitación.

Me levanté torpemente y me dirigí a mi baño a darme una ducha. Cuando estuve lista me guié hacia la cocina por el delicioso olor de las crepes hechas por mi madre recientemente.

"Te voy a internar en un internado" dijo con notable tristeza en su voz.

Hace un año mataron a mi padre una tarde que salimos los dos, ese atormentoso recuerdo sigue en mi mente, sigo recordando a los cuatro hombres que bajaron de aquel Jeep negro y le dispararon, no soportaba vivir con la idea de que nos había dejado... De que nunca volvería a escuchar su voz, notar sus caricias, no le podría volver a decir "Te quiero, papá".

"Lo siento Jess, pero necesito mantenerte a salvo"

"Las amenazas han vuelto, ¿verdad?"

Los mismos hombres que mataron a mi padre han estado los últimos meses enviando amenazas hacía mí. Ellos saben que les vi, saben que les podría reconocer. Mi madre decidió que la mejor solución era mudándonos a Londres, ella pensaba que las amenazas pararían pero no, no fue así.

"Mama yo no quiero, no quiero separarme de ti" dije intentando no llorar.

"Lo sé cariño pero lo hago por ti, cuando todo ésto acabe volveremos a estar juntas" dije acariciándome el rostro.

"¿Me lo prometes?" dije con las primeras lágrimas en el rostro.

"Te lo prometo" afirmó firmemente.

(...)

Me encontraba en el coche junto a mi madre observando el paisaje, había llegado el día en el que tenía que volver a empezar, otra vez.

Por las constantes mudanzas nunca he tenido amigos, por ese motivo no me cuesta mucho dejar mi casa  atrás sin contar a mi madre, la única persona que he tenido desde la muerte de mi padre.

"Todo irá bien, en ese internado estarás segura" dijo intentando tranquilizarme.

"¿Vendrás a verme?" dije mirando su perfil.

"Sabes que intentaré venir en temporada de visita".

"¿Tú estarás bien?"

"Siempre que tú lo estés yo también lo estaré" dijo dedicándome una sonrisa no muy convincente.

El viaje transcurrió en silencio, transucuría el tiempo y cada vez era más visible un enorme edificio de piedra en medio de un verde paisaje, fuera se veían varios grupos de personas hablando animadamente.

"Llegamos, ¿quieres que te acompañe?" preguntó mi madre.

"No te preocupes mamá" le abracé y ella me besó tiernamente con algunas lágrimas asomándose por los ojos.

"Ya ma, no llores nos veremos pronto" dije abriendo la puerta del copiloto.

Después de despedirme vi como el coche empezó a alejarse. Me di la vuelta y observé el edificio en el que empezaría a vivir y las personas que tal vez ahora serían mis compañeros.

Ya no hay marcha atrás, lo único que puedo hacer ahora es volver a empezar.