Capitulo 10

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Draco no tuvo idea de cuánto se tardó, solo se durmió sin sentir cuando regresó; solo supo que al despertar al día siguiente, su marido estaba dormido junto a él, ambos bajo la misma manta y completamente desnudos.

-Mierda... -masculló recordando con vergüenza la noche anterior, se giró dándole la espalda a Harry cuidando de no despertarlo, entonces sintió una mano colándose entre sus nalgas- ¿¡Qué diablos...?! –exclamó alejándose de él- ¿¡Qué diablos te pasa?!

-Mmm...

-Idiota –masculló levantando las mantas.

-No te levantes.

-¿Eh?...

Entonces Harry abrió los ojos y dijo:

-He dicho que no te levantes.

-Pero ya amaneció, son las siete de la mañana, Minerva no tarda en entrar con el desayuno –respondio levantándose.

-Ella ya me ha visto con mis concubinas, no importa... acuéstate.

-Pero...

-O viernes o voy por ti.

Draco se quedó de pie, viendo que Harry lo miraba con evidente impaciencia.

-¿Y para qué?... ¿no dijiste que primero le preguntarías al doctor?

-Así es.

-¿Entonces? –dijo viendo la evidente erección que se alzaba en la manta.

-No tengas miedo, no voy a montarte, solo quiero disfrutar tu cuerpo.

-¿Qué?

-Draco, por ultima vez...

Torciendo la boca y exhalando un suspiro, Draco no tuvo más remedio que regresar a la cama, en donde Harry de inmediato se le encimó.

-mmm... delicioso... -murmuró lamiendo su cuello y pasando su mano por su cadera y torso mientras que con la otra se sostenía sobre él- abre las piernas...

-¿Para qué? –preguntó con el rostro a un lado.

Impaciente, Harry se las separó con una rodilla y se acomodó entre ellas disfrutando sentir el pene de Draco contra su vientre.

Draco en tanto sentía angustiado el pene erecto de Harry frotarse con el suyo mientras sus manos acariciaban su cadera y torso.

El príncipe se dio vuelo acariciando el cuerpo del doncel, su mano recorrió el muslo hasta llegar a sus nalgas y pasar sus dedos entre ellas, tocando con las yemas el ano, deseando como nunca entrar ahí, pero solo lo acaricio y luego siguió pasando sus manos por las largas piernas; pero hubo un momento en que tuvo que dejarlo para masturbarse y acabar en la pierna del rubio, quien hizo un gesto de asco al sentir el líquido caliente en su piel; Después Harry se dio la vuelta y se durmió.

Draco entonces pudo levantarse y correr al baño a bañarse, luego salió de la habitación solo con su bata de baño, pues no quería despertarlo si se vestía dentro.

A las nueve de la mañana, llego Minerva con el desayuno.

-Buenos días querido.

-Buenos días –respondió tumbado en el sofá.

-Puedo ver que te fue bien anoche, no tienes esa cara de dolor de la vez pasada.

-¡No, deja que te cuente! –exclamó haciéndole señas para que se acercara.

El Fénix del ReyWhere stories live. Discover now