Capitulo 23

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-¿Por qué papá ya casi no juega con nosotras? –preguntó Kala a Minerva mientras tomaban té en casa de Pansy.

-Tú papi está muy ocupado, pero aunque no venga él siempre piensa en ustedes.

-Pero lo extraño.

-Cuándo venga se lo dices para que ya no tarde tanto de regresar.

-Sí.

La niña regreso a sus juegos con sus hermanas mientras las mujeres se miraban entre sí.

-El rey está destrozado desde que Draco se fue –dijo Luna- parece que se olvido de nosotras.

-No seas injusta Luna –respondio Minerva- sabes que no es así.

-Pues eso parece –intervino Pansy- lamento todo lo que está ocurriendo pero aun tiene tres hijas y parece que se olvido de ellas.

-Cuándo viene sus ojos ya no brillan como antes –dijo Luna exhalando un suspiro- en verdad amaba a Draco... parece un hombre roto por dentro.

-¿Dónde estará? –Dijo Pansy pensativa- a pesar de que nuestro esposo está totalmente perdido de amor por él, sé que Draco no quiso nunca lastimarnos ni hacernos sentir mal.

-Sí... nadie maneja el corazón del rey.

-Niñas, basta de tristezas, ustedes siempre ocuparan un lugar importante en el corazón de su esposo, no se desanimen –dijo Minerva.

-Minerva... sabes que no es lo mismo –respondió Luna- él nos quiere, pero no está enamorado.

-Hace tiempo lo acepté –dijo Pansy con una sonrisa triste mientras miraba su anillo de bodas- que su corazón no es mío... que nunca lo fue y nunca lo será.

Las dos mujeres la vieron enjugarse una lágrima.

-Y lo que es peor... -continuó sorbiendo la nariz- Draco es muy bueno, hasta nos enseño a leer y de verdad estoy preocupada por él... ¿Cómo estará de salud?... el embarazo de un doncel no es cualquier cosa, su parto será muy difícil y no habrá nadie que lo ayude, al menos nadie desinteresado, pues en cuanto sepan quién es, intentaran sacar provecho de un modo o de otro... o podría ser vendido en el mercado negro...

-Ya Pansy, no digas eso –exclamo Luna horrorizada- él estará bien, es muy listo, sino mira como escapó de aquí.

-Exacto –intervino Minerva- ánimo niñas, todo mejorará.

-¿Pero cuándo?

-No lo sé, solo tengamos fe.

Pero quien no tenía fe y solo desesperación, era Harry quien miraba hacia la ventana sin escuchar a su primer ministro Severus Snape.

-Majestad ¿me escuchó? Debemos revisar los planes de infraestructura de los nuevos hospitales.

-Cuándo llegue el parto ¿Quién lo ayudará? –Dijo desplomado en la silla detrás del escritorio- es tan obstinado que seguro querrá tenerlo sin ayuda... pero Dumbledore dice que eso es muy peligroso.

El Fénix del ReyWhere stories live. Discover now