Capitulo 40

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Cuando la novia apareció, a pesar de sus malestares Draco sonrió al verla, lo mismo que Harry.

-Se ve hermosa –dijo el rubio.

-Lo mismo opino.

Y cuando el novio apareció, Pansy sonrió radiante; la ceremonia se llevó a cabo sin ningún inconveniente, con Luna y Minerva llorando a lagrima viva cuando todo concluyo con un suave beso de Blaise a Pansy antes de colocarle el velo que debía llevar nuevamente como mujer casada, concluyendo todo con un fuerte aplauso de todos los invitados.

-Se ven muy felices... -dijo Draco secándose la frente sudorosa.

-Sí, vamos a felicitarlos.

-¿Ahora?

-Pues claro, nos corresponde felicitarlos primero y después a la demás gente ¿Por qué?

-Por nada.

-Draco ¿estás bien?

-Sí –respondio en un susurro.

-No me mientas.

-Estoy bien –dijo tragando en seco, pues justo en ese momento llegaba una contracción mas.

-No, tú no estás bien ¿Dónde está Dumbledore? –dijo  volteando a todos lados buscando al anciano.

-Harry, vamos a felicitarlos, en serio estoy bien –insistió tomándolo de la mano- solo estoy cansado.

-No, nos vamos ya, busca a Dumbledore –ordenó a un siervo.

-Solo los felicitamos y nos vamos –exclamó apretándole la mano.

Harry exhaló un suspiro y aceptó; pero cuando estaban a un par de metros de los novios, una contracción más fuerte hizo jadear a Draco.

-¡Ah!

-¡Draco! –exclamó Harry acuclillándose ante él.

Eso llamó la atención de los novios, que corrieron hacia él.

-¡¿Draco, estás bien?! –preguntó Blaise acuclillándose también.

Pero Draco no respondio, pues el dolor de otra contracción le hizo apretar los dientes mientras tomaba la mano de Harry con fuerza y con la otra se quitaba el velo de la cara pues comenzaba a sentirse sofocado.

-Vamos a nuestra habitación –dijo Harry poniéndose de pie y moviendo la silla- Dumbledore nos alcanzará allá.

Pero después de cinco minutos de espera en los que Dumbledore brillaba por su ausencia, Harry estaba hecho un energúmeno.

-¡No me importa dónde está, búscalo y tráelo aquí! –ordeno con gritos a Ron, quien salió corriendo de ahí a cumplir lo ordenado.

-¡Ay! –gritó Draco retorciéndose en la cama.

-Tranquilo, todo va a estar bien –dijo nervioso y asustado tomándole una mano.

-Duele... -masculló apretando los ojos.

Narcisa, Lucius, Luna, Minerva, Pansy, Blaise y sus padres, incluso los suegros del soldado esperaban afuera, también Crabbe y Goyle angustiados por su amigo; entonces la puerta se abrió y se asomó Harry pidiéndole a Minerva que entrara.

El Fénix del ReyWhere stories live. Discover now