Capítulo 35

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Cuando Minerva regreso al área de concubinas, Draco quedó pensativo en sus habitaciones, sabía que debía hacer algo pero no sabía qué; Harry estaba en la peor de las disposiciones y él había echado leña al fuego.

-Ni hablar... -pensó exhalando un suspiro mientras se levantaba- al mal paso darle prisa.

Salió de sus aposentos encontrándose con el primer ministro Severus Snape que pasaba por ahí, y que al verlo solo alzo una ceja en reprobación al verlo dirigirse a él sin el menor recato.

-Severus ¿ha visto al rey?

-Esta en las caballerizas.

-Ah... bien –respondio encaminando sus pasos hacia allá.

-Majestad ¿no olvida algo? –dijo haciéndolo detenerse para mirarlo algo confundido.

-Eh... ¿gracias?

-No, el velo.

-¡Oh mierda, es verdad! –rezongó regresando de prisa a la habitación y tomar una mascada haciendo a Severus rodar los ojos y continuar su camino.

Fue colocándose la mascada en la cabeza mientras se dirigía a las caballerizas y cuando finalmente llegó, termino por cubrirse el rostro dejando ver solamente sus ojos grises.

-¿Qué tanto me ven, idiotas? –pensó ceñudo mientras caminaba entre algunos soldados buscando a Harry.

Harry estaba en la casilla de Hedwig cepillándolo.

-Hola –saludo Draco como si nada deteniéndose ahí.

-¿Qué haces aquí? –pregunto el moreno frunciendo el ceño.

-Buscándote.

-Eso es obvio, me refiero a que no tienes permiso de venir a las caballerizas.

Draco apretó los labios agradeciendo que el velo ocultara su expresión; y contando hasta diez, puso su mejor cara y actitud decidiéndose a jugar sus cartas de la manera correcta aunque sintiera que se estaba mordiendo las bolas él mismo.

-Lo sé, me disculpo por eso... pero mira, tengo el velo puesto.

-¿Y? es tu obligación ¿no? –respondio sin dejar de cepillar al blanco caballo.

-Hijo de puta... -pensó torciendo la boca.

-Regresa al palacio, no quiero que estés aquí.

-¿Y por qué no? –pregunto de la mejor manera dando unos pasos al interior de la casilla mientras tocaba el cuello de Hedwig.

-Porque lo digo yo.

-¿Y solo por..? –Exclamó deteniéndose al instante al recordar el motivo que lo llevaba ahí- Lo siento –dijo finalmente haciendo que Harry lo mirara extrañado.

-Estás muy raro –dijo al verlo tan callado y correcto- ¿Qué quieres?

-Hablar contigo ¿podemos?

-No, no podemos –respondio ya sabiendo por donde iba el asunto.

-Por favor –insistió poniéndole una mano en la mano que sostenía el cepillo para hacer que se detuviera y le prestara atención.

El Fénix del ReyWhere stories live. Discover now