Capitulo 11

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-Siempre que sale nos trae regalos –dijo Luna.

-Es muy generoso –intervino Pansy.

Draco solo sonrió dándoles por su lado y siguieron su plática.

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Esa noche, cuando Harry llego a las habitaciones de Draco, éste lo vio con desagrado.

-¿De nuevo aquí?... ¿no deberías visitar a tus mujeres?

-Ya las visité esta tarde –dijo él sentándose en el sofá y dándole un estuche- toma, es para ti.

Draco miró sorprendido el estuche que Harry le daba, así que lo tomo y lo abrió viendo dentro un brazalete de oro y unas arracadas del mismo metal.

-Gracias, pero no hay necesidad de darme nada.

-Me gusta ser parejo con todas, a ti no tengo porqué hacerte menos.

-¿Y por qué no me regalas una espada entonces?

-¿Una espada para ti? –repitió alzando una ceja.

-Sí, la uso más que un brazalete y no cambio de arracadas como si fueran calzones... no te ofendas pero tu regalo apuesta, además las que uso están bien, las compré con mi sueldo.

Harry solo sonrió mientras se levantaba diciendo:

-Vamos a la habitación.

-¿¡Otra vez?!

-Sí, otra vez.

-¡Pero lo hicimos anoche!

-Y lo haremos a diario hasta que quedes preñado.

-¡Pero estoy adolorido!

-Pero ayer te prepara bien, no es para que te quejes tanto hoy.

-Escucha Potter, podemos llegar a un acuerdo.

-¿Qué acuerdo?

-Podemos hacerlo cada semana o dos, así no será tan molesto.

-Dijo Dumbledore que mientras más te lo haga, las molestias irán disminuyendo cada vez.

-Pues Dumbledore debería meterse un palo por el culo para que vea lo que se siente.

-Anda, vamos...

-Oye –dijo saltando del sofá y tomándolo de un brazo, cosa que sorprendió al moreno- de verdad... mira, como un favor especial ¿sí?

Harry miró a Draco hablándole con calma pero primera vez y se sintió raro... tal vez fuese que estaba acostumbrado a pelear con él o lo que fuera, pero le agradó no solo recibir insultos ni críticas de parte del rubio.

-Bueno... -respondio exhalando un suspiro- no creo que haya problema si no lo hacemos hoy.

-Genial, entonces buenas noches –respondio aliviado caminando a la habitación y cerrando la puerta tras de sí.

Harry rodó los ojos y después negó con la cabeza, como si no terminara de entender a su concubino, luego fue a la puerta y entró.

-¿No que hoy no? –pregunto Draco al verlo entrar.

-Eso no significa que me vaya de aquí.

-Entonces yo...

-Tú dormirás aquí, ya basta de eso de dormir en la sala cuando estoy yo.

-Pero...

-Basta –exclamó comenzando a molestarse- suficiente tiempo te he dado ya para que sigas con estos estúpidos caprichos.

El Fénix del ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora