Capítulo 13

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Queridos lectores espero que se encuentren muy bien, es un placer para mi poder entregarles un nuevo capítulo tan rápido, debo decir que no esperaba más de trece capítulos para concluir ésta historia sin embargo parece que tendremos un poco más de misterio, horror y pasión para  rato. Aprovecho para presentarles al actor que inspira a James Starling Dan Stevens quien aparece en la portada de éste capítulo al lado de un muy cosmopolita Will Graham.  

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En el interior de su mente Will exploraba la capilla Palatina de Palermo parte ahora también de su palacio mental, allí había guardado algunos recuerdos, como la persecución de Hannibal en Italia, sus ansias por encontrarlo, por darle su perdón y por supuesto su venganza. Caminó por los alrededores del atrio hasta que sintió una presencia detrás de él, miró sobre su hombro y Abigail estaba ahí, sonriéndole, él sonrío también, casi había olvidado como se veía su "niña", ella lo tomó de la mano y lo encaminó hasta la puerta de las catacumbas, movió la cabeza para que Will entrara y lo soltó, él comprendió que debía entrar ahí sólo, ella tenía algo que mostrarle, abrió las puertas de par en par y de pronto estaba en su pequeña casa de Virginia, sus mascotas se acercaron alegremente, olfateándolo y saltando, Will los acarició y caminó hacia el pequeño escritorio donde elaboraba sus anzuelos, en uno de ellos hecho con cordel rojo y plumas azules había guardado un recuerdo de su padre, tomó el cebo y le permitió al recuerdo fluir: En medio de un tranquilo arroyo Will Graham de siete años miraba pasar la corriente y algunos peces alrededor de la barca donde intentaba pescar con su padre.

—Papá

—Si Will.

—¿por qué no sólo arrojas una red y sacas los peces?

—Porque pescar es más divertido.

—No es divertido.

—Porque aún eres un niño—Su padre sonrió—cuando crezcas aprenderás a apreciar la tranquilidad del arroyo, aquí puedes ser tú mismo, aquí no hay nadie más que tú, nadie puede influenciarte en el arroyo, deja que tus pensamientos fluyan con el agua y cuando por fin el pez muerda el anzuelo serás lo suficientemente fuerte para no dejarlo ir.

—¡Papá, lo atrapé, el pez mordió, el pez mordió!

Cuando Will giró la cabeza hacia la voz del pequeño a su lado, él había tomado el lugar de su padre en el recuerdo y el niño que intentaba jalar el anzuelo era un poco más pequeño que él, lo miró con ternura, sus cabellos rizados y su sonrisa, sus ojos sin embargo eran bien conocidos para Will, pequeños y de un color marrón granate, ahí no había malicia sólo inocencia.

—Papá lo pesqué con el anzuelo que nombré— Will cargó al pequeño para sentarlo en su regazo y ayudarlo a enrollar el cebo— ¿eso significa que me quiere?

—Por supuesto, ¿cómo lo llamaste?

—Hannibal...

Hunter lamía su mano cuando despertó, Will suspiró, se sentía un poco pesado, reflexionó un poco sobre el sueño del que acababa de despertar, había una posibilidad de que ese hijo del que hablaba Hannibal le provocara, hasta un punto inconsciente, un poco de ilusión. De inmediato el despertador comenzó a sonar, era hora de levantarse, ese día debía dejar de lado sus propios demonios para ayudar a salvar una vida.

Cuando bajo al comedor Hannibal lo esperaba con un apetitoso desayuno que constaba de fruta, pan francés y un aromático té.

—Buenos días Will.

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