Curiosidad

Capítulo 18

Cuando comencé esta historia amables lectores, nunca imaginé que tendría más de diez o veinte visitas, sin embargo, gracias a ustedes mis expectativas fueron superadas, muchas gracias por su tiempo al leer e imaginar conmigo.  

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Una brillante burbuja de jabón refleja la imagen invertida de una mujer pelirroja en la bañera, conforme nos alejamos de ella, nos damos cuenta de lo pequeña que es, una tras otra las burbujas se juntan en un fractal de pequeñas esferas tornasoles que reflejan una misma imagen.

Mientras la nieve caía en todo Londres, Freddie Launds disfrutaba de un placentero baño de burbujas en la habitación del hotel Kensington. Llevaba ya un rato en la tina, pero podría seguir toda la noche, Freddie aspiró el persistente aroma a lavanda en el ambiente, era justo lo que necesitaba para relajarse después de no tener un momento para ella en ese viaje. A su alrededor algunas velas proporcionaban la calidez ideal para dejarse llevar por la inspiración, regularmente eso le servía para ordenar sus ideas y cuando ello sucedía por lo regular salía corriendo directamente a su portátil para redactar un buen artículo.

Sin embargo, en ese momento en la soledad de su habitación tenía algo diferente en mente, el ambiente la había puesto a tono para el sexo, suspiró al recordar que llevaba bastante tiempo sin intimar, paseó levemente sus manos por su cuerpo bajo el agua, se acarició suavemente, una de sus manos se detuvo en sus pequeños pechos incitando a sus pezones a erectarse mientras la otra jugaba en medio de sus piernas. Cerró los ojos y la imagen que apareció fue la de Will Graham sobre la cama del hospital, recordó su cuerpo varonil bajo las mantas, sobre todo su entrepierna, eso había sido una sorpresa, una agradable sorpresa, después de todo Will era un hombre atractivo, y ahora con su cuerpo caliente podía imaginarlo tomándola contra una de las paredes del hospital con fuerza, tan salvaje como el asesino que era. Launds jadeó el nombre de Will y se dejó llevar por el placer.

—Sí me hubieras dicho que eso era lo que querías desde un principio, pudimos haber llegado a un acuerdo, Freddie— dijo Will enfatizando el nombre de la periodista como si fuera una palabra despectiva.

Launds abrió los ojos de golpe girándose a para cerciorarse de que esa voz no era producto de su imaginación. Parpadeó repetidas veces completamente sorprendida, Will la miraba como siempre con ese rostro de desprecio, estaba a un metro de ella y a unos pasos de la puerta, si salía de ahí le sería posible sacar el arma que siempre llevaba consigo. Graham pudo ver en sus ojos el miedo y sonrió. Freddie no dudó en ponerse de pie, tomó una de las velas y la arrojó directo al rostro de Will esperando que la cera caliente lo cegara, Will se protegió con las manos el rostro evitando que la cera callera sobre sus ojos, ella pasó a su lado empujándolo lejos de la entrada, con el cuerpo mojado Launds se colocó su abrigo y rebuscó entre su maleta sobre la cama el arma semiautomática que había adquirido, salvo que ahí no había nada. Detrás de ella escuchó caer las balas en el piso, se dio la vuelta y vio a Will vaciar el cargador, luego desarmar la pistola y tirarla al piso. La periodista ensanchó los ojos de terror cuando Graham caminó hacia ella, Launds brincó detrás de la cama para ponerse lo más lejos posible, él la siguió y ambos cayeron al piso forcejeando, ella intentó gritar cuando Will la levantó con fuerza del suelo, le cubrió la boca, pero Launds no estaba dispuesta a dejar de luchar, le oprimió los ojos de Will con sus manos, él la azotó contra la pared sin soltarla, aturdida dejó de dar pelea un momento, pero el miedo y la adrenalina sólo la hacían pensar en un escape, el más cercano la ventana, así que con todas sus fuerzas, empujó el cuerpo de Will con el suyo rompiendo el cristal de la ventana. Freddie cayó sobre Will, por fortuna la distancia entre la ventana y el suelo nevado era menor a un metro, aún con ello el golpe lo dejó sin aire.