Capitulo 14

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Mi piel era muy clara, Leo rápido encontró la vena donde metería la jeringa, vi cómo iba la aguja lentamente, lo vi y le dije en un débil susurro
- espera.

Pensamientos de Leo

Aunque ella diga que no le teme a las agujas, algo me dice que si les temía y mucho, bueno el maestro había dado la orden de hacer la prueba.

Así que iba lentamente a meter la aguja con suma delicadeza en su piel clara, era demasiado suave y delicada. Cuando dijo en un susurro que me esperara la miré estaba muy pálida, vi que cerró sus ojos color avellana, Ohh si se estaba desmayando, tire la aguja y la agarre antes de que cayera al suelo, la cargue y todos se me quedaron viendo, le dije al maestro que me diera alcohol y él rápido me lo dio, la llevé a su habitación.

La puse en su cama con suma delicadeza, era tan ligera que no me fue difícil caminar con ella en brazos, tome el algodón con alcohol y removí su cabello con mechas californianas de su rostro, me detuve a contemplar su belleza era extraordinariamente hermosa.

No pude contener mi impulso y acaricia su mejilla con mi mano, eran suaves como pétalos de rosa, sus pestañas largas y risadas, las hacian ver más hermosas de lo que era al natural, luego me hechizaron sus labios eran entre rojos y rosados, puse mis dedos en ellos eran suaves, era muy linda, decidí besarla quede a unos milímetros de sus labios, sentí su respiración relajada, su perfume embriagante como el ron, pero me detuve no me aprovecharía de la situación, así que mejor empecé a despertarla con el alcohol antes de cometer alguna barbaridad, pero me sentía que algo que me atraía hacia ella, me estaba empezando a provocar una sensación.

Es como si la tierra no me sujetara, siento que puedo ser lo que ella quiera su amigo, su amante, su protector.
La mire y empecé a hablarle como si me escuchara que tonto.

- siento que debo protegerte, no sé si después de hoy pueda alejarme de ti, te estas convirtiendo como una droga para mí.
Un minuto ¿acaso me estoy enamorando de Ros la chica distraída del aeropuerto? No puede ser, ella empezó a fruncir el ceño se estaba despertando y mis ganas de besarla solo aumentaban al verla tan tranquila, se podía decir que por primera vez la veía tierna y no como una loca impulsiva.

Juntos para SiempreWhere stories live. Discover now