Rosalie es una chica que tiene miedo enamorarse ya que piensa que si tiene una relación puede acabar como el de sus padres, una inesperada beca la hará ir a EE.UU y conocerá a un chico Leo un guapisimo italiano, junto a el se embarcaran en aventuras...
En Ros veía la curiosidad de saber a dónde íbamos, hasta que vi brillar sus hermosos ojos. - Leo acaso estamos en....... dijo asombrada - sí, la ciudad del amor o la ciudad Luz, si tú la quieres llamar así, París, La avioneta bajo en la terraza del Hotel Eiffel Seine, desde ahí se alcanzaba a ver la Torre Eiffel - Leo esto es hermoso, dijo sonriente - lo sé, pensé que te gustaría conocer Francia, Ros asintió ya que podíamos francés, nos sería difícil comunicarnos en el país, al llegar al pasillo que llevaba a la habitación, tome a Ros desprevenida y la cargue, - Leo!!! Dijo confundida - Qué... hay que ser románticos y cursis no!!! Deja mi ego, dije mirándola - por tus locuras y más te amo, dijo Ros besándome.
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My love - Sia
Abrí la puerta de la habitación y estaba decorada tal y como se los había pedido a los del hotel, había un camino con pétalos de rosa, velas, la cama con sábanas blancas decorada con pétalos de rosas formando un corazón. - champagne señora Mussolini, dije al porte de un caballero, me quite el saco para estar más cómodo, - por favor, dijo Ros siguiendo mi juego, tomamos un poco.
Mire a Ros que estaba de espaldas mirando la cama le quite la copa y la puse en la mesa, la abrase por la espalda, empezando a besar la delicada y suave piel de su cuello, mientras bajaba el zipper de su vestido de novia lentamente, no me dejo terminar ya que se dio la vuelta y me tomo de la corbata, haciendo que me acercara a ella, hasta que quede sobre ella en la cama, me quite la corbata, con mis manos recorrí su perfecta cintura y la calidez de sus brazos, empezó a desabrochar mi camisa blanca, me senté para quitármela, ella solo recorrió mis brazos para luego besarme con sus labios rojos y cálidos que tanto me volvían loco, mientras yo terminaba de bajar el zipper de su vestido, estaba en un frenesí cegado por ella, por su belleza excepcional de mujer, como siempre lo he dicho es mi droga, nos perdimos en la pasión del momento, cada caricia única pero a la vez delicada, cada beso apasionado y dulce a la vez, la ame con suma delicadez y amor, ya que es mi tesoro más preciado en esta vida, era la mujer que amaba, así que el momento debía ser único y especial, en un momento nos miramos y nos vimos reflejados el uno al otro, ella solo sonrió, sentí su respiración entrecortada y sus latidos rápidos e irregulares, - No sabes cuánto he esperado por este momento amor, le susurre al oído - Te amo Leo, dijo mirándome en su mirada había un brillo único, un brillo que jamás había visto antes, y ese brillo era por mí, la noche fue eterna para nosotros, fue una noche donde nosotros fuimos los protagonistas, donde quizá no hubiera luna, pero la luz de nuestro amor era más que suficiente.
