Juntos para Siempre

Capitulo 46

Mamá nos trajo las galletas y las puso sobre la mesa estaba sería muy seria y eso me aterraba
- haber Leonel, me puedes llamar Elisabeth, pero dime desde cuándo andas con Rosy? dijo enarcando una ceja,
- Mama!! , le dije susurrando.
- No, déjame interrogarlo, me dijo seria.
- hace 3 meses, aproximadamente
- No la vez como un juguete verdad?? Le dijo amenazándolo con su dedo índice, Dioss parece que el desafío más grande no era mi papá, si no, mi madre.
- no, Primero muerto que verla así Elisabeth, yo amo a Rosalie y mi amor hacia ella es sincero, dijo Leo muy seguro de sí mismo. - okay, jajajaja era una broma, se ve que eres un buen chico, solo te pido que cuides a mi Rosy.
Es enserio!!! Casi se me sale el corazón de ver la reacción de mi madre!!!!
- eso hare, dijo Leo tomando mi mano fría del susto.
- bien Leo, tú vas a dormir en la habitación que está a la par del de Rosy, nos acomodamos con Leo y le mostré la casa, miro las fotos de cuando era pequeña, colgadas en las paredes de mi habitación.
- siempre has sido hermosa, me dijo mirándome
- jaja si tú lo dices
- enserio, salió por la ventana de mi cuarto que daba a la playa
- Wow es un hermoso paisaje, me sorprende que no eres bronceadita, dijo en tono divertido.
- lo sé, genética supongo, antes de madrugada salía a correr, amaba ver el amanecer y me quedaba sentada en la arena, contemplándolo, dije mirando la playa
- entonces hagamos eso mañana, te parece? me dijo rodeando mi cintura
- hecho.
- CHICOS TENGO QUE SALIR, TRAERE LA CENA, grito mi madre desde la sala, cerró la puerta y se fue.
Leo y yo fuimos a bañarnos a la playa, después disfrutamos del Atardecer.

A la mañana siguiente, Leo ya estaba listo debo admitir que se veía sexy con short, tenis y una camisa que se apegaba a su cuerpo escultural, yo salí me puse un short y una camisa de tirantes y mis tenis rosados.
Salimos a correr, el sol iba apareciendo paramos y miramos el amanecer parados en una roca.

regresamos a casa corriendo, había gente en la playa, cuando ya veíamos la casa empezamos a caminar, para estabilizar el ritmo cardíaco y enfríar el cuerpo, estaba muy soleado mire a Leo y me quede asombrada y pare de caminar.
- que pasa? dijo Leo confuso.
- Leo tus ojos ahora son celestes, dije asombrada
- Oh si, me cambian de color en Seattle casi no se nota, porque pasa casi todo el tiempo nublado, pero a veces son azules y aveces son celestes, para mi eran celeste hipnotizante enserio esos ojos me derretian por dentro, azules o celestes eran hermosos.

Llegamos a casa mi mamá había hecho el desayuno y no sirvió,
- robas muchas miradas de hombres Ros, dijo algo enfadado
- porque lo dices?
- vi cómo te miraban cuando veníamos de regreso.
- tú también las de muchas chicas.
- yo, ya tengo dueña, dijo orgulloso.
- también yo uno guapo, con unos ojos hermosos y una sonrisa que me mata y celoso pero aun así, lo amo mucho.