Capítulo 55. [Final]

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—¿Y que pasó con John?– sonreí por la pregunta de mi hija y revolví un poco su cabello con mi mano, ganándome una mirada de reproche por las horas invertidas en su peinado para el baile de sus 5 años. —Bueno, John volvió al reino...– comencé a explicarle, mientras mi mente comenzaba a viajar hasta el día del regreso de John, un año después del nacimiento de Mary.

     Era agosto, un agosto helado, por fin había vuelto la paz al reino, y ahora los jacobitas y los pueblerinos eran solo uno, dirigidos por mi y por el parlamento, y quizá es para darme aires de grandeza, pero habíamos hecho un gran trabajo durante el último año.

    Él había vuelto, completamente diferente al chico que yo había dejado ir en un establo, con ropas finas y cierta inmadurez. El hombre que había vuelto era diferente en cualquier cosa que lo comparáramos, se había dejado crecer el cabello y usaba unas gafas demasiado horribles, que lo hacían parecer una anciana. Había estado en París, durante todo este tiempo, creo que lo que él había necesitado era tiempo para pensar acerca de mi abandono. Cuando volvió se enteró de todo, la muerte de mi padre, la de Jane, pero sobre todo, se había enterado de Mary.

    Por supuesto que me había ganado su desprecio por no decirle que tendría una hija, pero todo eso cambió en un par de minutos. Mary entró al salón del trono, caminando, y tropezó con John, que iba saliendo para alejarse de mi de nuevo. John la sostuvo un instante y tras vacilar un poco, cargó a Mary. —¿Es ella?– me preguntó, mientras comenzaba a jugar con su nariz.

   Asentí con la cabeza y John me sonrió —Bueno, la verdad es que esperaba ver a una pequeña y malvada zanahoria andante, no a ti convertido en niña– se burló John, haciéndome reír a mi también. Mary no había entendido lo mucho que me había alegrado su intervención en el salón, ya que John había cambiado de opinión y decidió quedarse en el castillo una temporada. Bueno, o al menos eso había dicho, porque a decir verdad se quedó a vivir ahí el resto de su vida.

    Escuché una carcajada a distancia, interrumpiendo mi relato, y me encontré a John plantado en el umbral de la puerta, con su traje de gala y una sonrisa burlona —¿De nuevo ese cuento, Paul?– me preguntó, entrando a la habitación de Mary —¡A mi me gusta esa historia! – dijo Mary, saltando a ni defensa, haciendo reír a John —A mi me gusta el final en esa historia ¿Aún no llegas a esa parte?– me preguntó John, sentándose a mi lado —No, estaba a punto de contarlo–

   —Yo lo haré – se ofreció John, pasando su brazo por el hombro de Mary, y sujetando mi mano — El idiota del príncipe Paul... – comenzó —Rey Paul, idiota, en esa parte ya soy rey– lo interrumpí, haciendo que carraspeara —Esta es mi versión de la historia– se excusó John encogiéndose de hombros —¡Ya cuéntenme el final! – gritó exasperada mi hija —Bueno, bueno, evitaremos entrar en detalles técnicos y le diremos solo Paul– explicó John, haciendo que Mary y yo rodáramos los ojos — Paul no pudo resistir la tentación de tener a un hombre tan sexy en el castillo y una noche, aprovechando que la princesa estaba siendo cuidada por George y Ringo, se escabulló en la habitación de John y le dio el mejor sexo de reconciliación de toda la historia–

   —¡John!– protesté, mientras sentía como mis mejillas comenzaban a arder. —¿Y eso es todo? ¡Me gusta más como lo cuenta papá!– reprochó Mary —¿Donde esta la parte de las velas y la declaración de amor?– preguntó a John —Eso no es importante, eso es solo para distraerte de la parte donde el príncipe gimió como una...–

    —¡Ok, eso fue todo por hoy!– interrumpí a John, haciéndolo reír —¿Como una qué? – preguntó Mary inocentemente —¡Santo cielo! Ya es tarde– me apresuré a decir, empujando a Mary hacia la puerta —No quieres perderte tu baile ¿Verdad?– le pregunté, haciendo que negara frenéticamente —Bien, entonces ve y esperamos un momento, debo de hablar con John– ella me sonrió y salió dando brincos por todo el pasillo.

   Sentí las manos de John rodear mi cintura y pegarme a su cuerpo —¿De verdad crees que es buena idea contarle a la niña esa noche tan explícitamente?– pregunté, fingiendo molestia —Bueno, no puedes negarme que si gemiste así – se burló de nuevo, haciéndome sonrojar —Eres un idiota, campesino– John me giró, para quedar frente a frente y dejarme ver su sonrisa de burla — Pero me amas ¿No?– preguntó —Sabes que si, idiota– contesté, y al instante recibí un profundo beso en los labios.

    Quizá yo hubiera cometido muchos errores, quizá John también lo hubiera echo, pero lo importante era que ahora estábamos juntos, y éramos una rara y muy divertida familia. Claro que no me dejaron conservar el puesto de rey, así que se lo cedí a la única persona que de verdad lo merecía: mi hermano. Ahora el dirigía todo el reino, y lo hacía estupendamente. En cuando a John y a mi, bueno... Nos quedamos a vivir en el castillo, sin otro título que no fuera John y Paul, solo eramos eso, y yo solo quería ser eso. Amaba el poder, amaba la riqueza y la extravagancia, pero todo eso había cambiado en cuanto tuve la fortuna de encontrar a un chico con pinta de jardinero.

    Y demonios, cuanto lo amaba.

Fin.

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¡Este es el mejor final que he escrito jamás! Me encantó ❤
¿Lo veían venir? ¿Pensaron que terminaría así? ¿Les gustó?

Espero que les haya gustado, porque lo escribí con todo mi amor desde el hospital, con una pinche jeringa en la vena. Ese es mi hermoso regreso a clases 😒

En fin, por culpa del regreso a clases por ahora no hay planes de nuevas novelas, ahora solo seguiré con Get back to Liverpool y buscando más datos McLennon, pero bueno, soy Tamara Luna, seguro que en menos de una semana me van a ver escribiendo más McLennon 😂😂

Ahora me voy, iré a dormir dos horas para comenzar mi espectacular ultimo semestre ¡Yei! 😒😒

With a little luck. [McLennon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora