♚Reyes y Peones♔ #RP1

♚5♔

Trevor

Llego al campus en diez minutos y dejo la motocicleta aparcada junto al césped del camino central, preguntándome cómo es que he acabado aquí. De todas maneras entro en el edificio y busco la habitación 143.

Las chicas me miran raro cuando me ven andando por los pasillos, y no las culpo, yo no debería de estar aquí.

Cuando encuentro la habitación, meto la llave que antes me ha dado Alex y giro, la puerta se abre con un chasquido y deja ver la perfecta habitación.

Bueno semi-perfecta, ya que en la otra cama descansa un chica rubia que no se molestó ni en quitarse la ropa cuando llegó. Alex me dijo que estaba sola, así que se va a llevar una sorpresa cuando descubra a su nueva compañera.

Camino hasta la cómoda sigilosamente, intentando no hacer ruido, lo cual provoca que varias imágenes de anoche me asalten y me desconcentren por unos segundos:

Recuerdo a Candy en la habitación, el dolor de sus uñas al clavarse en mi piel cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando, su expresión de terror y sobre todo, sobre todo sus lágrimas...

Siento una punzada de culpabilidad y sin querer golpeo con la punta del pie uno de los tacones que estaba tirado por el suelo. Me encojo un poco ante el ruido, pero la chica de la cama sigue durmiendo con total tranquilidad.

Abro todos los cajones hasta que doy con su ropa. Me siento un intruso rebuscando entre sus cosas pero en mi defensa diré que ella me lo pidió.

Después de cogerlo todo, y cerrar los cajones de nuevo, me percato de la agenda que hay sobre el mueble. En la portada tiene escrita la palabra "Yo" seguida de un número de teléfono. Lanzo una mirada por encima de mi hombro para comprobar que la chica sigue dormida.

Me apunto su número a toda prisa y dejo todo tal y como estaba.

(...)

Abro la puerta de mi habitación y me encuentro con Alex tumbada en mi cama. Parece estar observando cada esquina, cada dibujo y libro que poseo con ojo crítico.

Espero que no haya mirado en los cajones...

-Aquí tengo tu ropa -digo y meneo la bolsa para llamar su atención. Alex salta hacia mí agradecida.

-Muchas gracias -me abraza precipitadamente y al apartarse veo que se ha sorprendido de su propio gesto -. Ahora vete para que pueda cambiarme -exige, y su nuevo tono malhumorado me divierte.

-Ah no, de eso nada -replico y parece sorprenderse -. Esta es mi habitación, si alguien debería irse eres tu, y no creo que quieras cambiarte en el pasillo.

Ella resopla y me saca el dedo.

-Niall me advirtió de la clase de chicos que hay aquí -dice más para sí que para mí, yo me limito a preguntarme quién demonios es Niall. Alex comienza a vestirse de forma desafiante, poniéndose los pantalones con la mayor agresividad con la que se puede hacer, dejando claro que no va a dar de lado a su orgullo tan fácilmente. Se quita la camiseta, mi camiseta, y la lanza con fuerza contra la cama. Sus ojos azules me miran fijamente en ese momento, y veo como la valentía le abandona poco a poco cuando se da cuenta de que estoy viendo su sujetador.

-Tranquila no tengo interés en snoopy -me burlo -. Además, dudo que pudieras enseñarme algo que no haya visto ya.

Alex resopla mientras termina de vestirse a toda prisa.

El silencio es perturbador y de nuevo recuerdo los gritos de Candy. El nudillo comienza a dolerme, tal vez por culpabilidad o tal vez porque la herida se está infectando.