♚Reyes y Peones♔ #RP1

♚37♔

Arrastramos a Gabe por el camino principal, hacia el coche. Lo cierto es que el chico está perdiendo mucha sangre, aunque no es el único de nosotros. El brazo me envía oleadas de dolor, seguidas de un pinchazo que me marea, pero me obligo a seguir caminando.

Trevor me mira de reojo, preocupado, pero sigue sosteniendo a su amigo. Quiero lanzarme a sus brazos y estrecharle entre los míos, no sabe el alivio que me supone verle bien, pero ahora no parece el momento.

-¿Qué vamos a hacer? -pregunta Jessie. A la pelirroja le tiemblan la voz y las manos, y aunque estoy segura de que ha visto heridas así antes, creo que nunca había temido por la vida de su amigo -. No podemos llevarle a un hospital, es una herida de bala, harán muchas preguntas. 

Trevor y yo intercambiamos una mirada, sé en lo que está pensando, en aquella noche que llegó malherido a mi habitación de la UBA.

-Vamos a tumbarlo en el coche -dice Trevor, intentando mantener la calma. Veo que pestañea varias veces y estoy segura de que el somnífero le sigue afectando, como a mí.

Gabe gimotea entre nuestros brazos, tiene los ojos cerrados y está muy pálido. 

-Gabe no te duermas -le pido, recordando eso que siempre dicen en las películas -, míranos, quédate aquí con nosotros.

Gabe hace el esfuerzo de abrir los ojos y mirarme, están casi vacíos y el corazón se me encoge.

Una vez en el coche, Trevor y Jessie se ocupan de la herida de Gabe. Me mantengo al margen, pensando que sería incapaz de soportarlo, mientras observo la sucia y pequeña casa de Bambi.

Taponan la herida de Gabe con trozos de ropa, que la propia Jessie arranca de las mangas de su sudadera. Consiguen cortar la hemorragia pero Gabe sigue muy débil.

-Alex sube al coche -dice Trevor de repente, pillándome por sorpresa -. Tenemos que irnos ya, Jessie va con Gabe.

Justo cuando dice eso veo a Jessie conduciendo un gran coche negro, con Gabe tumbado en los asientos traseros. Trevor se apoya en la puerta del conductor, esperándome.

Las lágrimas se agolpan en mis ojos y esta vez decido no retenerlas. Comienzo a llorar desconsoladamente, con las emociones a flor de piel y dejando escapar todos esos nervios contenidos. Trevor relaja su expresión y se acerca a mí, sus brazos me rodean y apoyo la cabeza contra su pecho casi de manera instintiva. 

-Me alegra saber que estás bien -digo al fin, con la voz rota.

Trevor me separa un poco para mirarme a los ojos, me coloca un mechón de pelo detrás de la oreja con ternura. 

-Estoy bien -susurra -, pero tenía mucho miedo por ti, creía que Bambi... Que te había hecho daño.

Le miro a los ojos y solo veo sinceridad, ya hablaremos más tarde acerca del verdadero propósito de este viaje, ahora solo me apetece quedarme así, cerca de él.

-Me ha hecho daño -confirmo -, pero puedo decir que he sabido defenderme -saco el puñal de Bambi y lo miro apoyado en la palma de mi mano - ¿Sabes que le clavé esto por la espalda?

Trevor enarca una ceja, mira el filo del puñal manchado de sangre y sonríe débilmente.

-¿Por la espalda? ¿Así de sucio juegas? -su tono es mas liviano, hasta jocoso.

-Bambi no quería matarme -admito yo, recordando cada una de sus palabras -, pero sí estaba dispuesta a torturarme, y debería saber que no tiene que meterse con una Brooks -sonrío débilmente.

Trevor apoya una mano sobre mi cara y le miro instintivamente, se inclina un poco y nuestros labios hacen contacto. Oleadas de alivio me recorren al saber que está bien, que hemos escapado.