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-¿Vas a matarme? -digo mientras sus fuertes manos rodean mi cuello.

-Tal vez -presiona con fuerza y comienza a ahogarme.

-Por favor para -consigo articular mientras noto la falta de oxígeno y mi cara se torna roja.

No contesta, solo aplica más fuerza y comienza a reir a carcajadas. Veo todo borroso y noto el sabor a sangre en la boca.

-Por favor Trevor me haces daño...-es lo último que digo antes de caer al suelo inconsciente.

Doy una fuerte sacudida y me incorporo apoyando la espalda en la pared, con la respiración agitada.

Otra pesadilla.

Me llevo una mano a la cabeza intentando que el mundo deje de darme vueltas.

Hace unos días u horas -aquí no soy capaz de distinguir el paso del tiempo- Halcón me quitó las esposas con la condición de atarme un tobillo a la tubería mediante una cadena, tuve que aceptar, las heridas de las muñecas eran espantosas y estaban cubiertas por sangre seca.

Casi todos los días Halcón entra con una bandeja llena de comida. "Esto es solo para los rehenes VIP" me repite siempre que entra.

A pesar de eso estoy más delgada y apenas tengo fuerzas para levantarme del suelo.

Vuelvo a tumbarme sobre el frío hormigón y miro al techo. Ya he contado todas las grietas y manchas que tiene este cuchitril, e incluso le he puesto nombre a la rata que convive conmigo: Sheldon.

A veces cuando Sheldon sale de su escondite para comprobar si he dejado comida o simplemente para cotillear comienzo a hablar con él.

Hablo sobre mis padres, sobre Niall, la universidad, pero sobretodo de Trevor. A veces la rata parece entenderme cuando ladea su pequeña cabeza y me mira con sus curiosos ojillos negros, es entonces cuando creo que me estoy volviendo loca.

La puerta se abre y hago el esfuerzo de mirar. Como siempre, aparece Halcón, con unos vaqueros y un jersey de punto que tapa por completo los tatuajes que ya he visto en más de una ocasión cuando ha venido sin camiseta.

-Buenos días -sonríe y deja una bandeja a mi lado.

No respondo, solo me dedico a mirarle fijamente.

-Veo que no eres muy habladora -se arrodilla ante mí y me coge del mentón -anímate, todavía no te han hecho nada.

-¿Quienes? -es todo lo que digo pero la garganta me arde e intento tragar saliva -el único que me hace daño eres tú.

-No muñeca, no -se aparta de mí negando con la cabeza -yo solo hago lo que me dicen, esto no es mí culpa, es la de tu chico.

Lo cierto es que de tanto oír esas palabras he terminado por creermelas. Esto es culpa de Trevor.

Ahora deseo poder haber sido solo una chica más de su maldita apuesta con Dave, así nada de esto habría pasado.

-Halcón ¿cuánto llevo aquí?

-Seis días -camina hacia la puerta -come, estas muy delgada y no quiero que te mueras si no me lo piden. -echa un último vistazo -Come.

Cierra la puerta y echa la llave. Me abalanzo sobre la comida y en cinco minutos solo queda un trozo de pan duro que guardo para Sheldon.

Seis días. Me pregunto si ya se habrán dado cuenta de mi desaparición, de si la policía me estará buscando o si simplemente caeré en el olvido.

Oigo la cerradura de nuevo y subo la vista.

Halcón posa la vista en la bandeja vacía.

-Así me gusta -se acerca a mí y saca algo plateado de su bolsillo.

Las esposas.

-Creía que...-comienzo a decir pero él me interrumpe.

-Vas a salir de aquí -sentencia, sus palabras se repiten en mi cabeza y por un momento siento esperanza.

-¿Salir? -me quita la cadena del tobillo pero aún así no me muevo.

-No te hagas ilusiones, no eres libre, simplemente te tienes que duchar. El jefe va a venir y no quiero que te encuentre echa un asco. -tiende una mano para ayudarme a levantarme.

Intento ponerme de pie pero mis piernas ceden y termino cayendo.

-Espera -dice y pasa sus manos por mi cintura y me levanta.

Apoyo la cabeza en su pecho inconscientemente.

Estos días he analizado mucho el físico de Halcón. Es alto y moreno, su pelo forma pequeñas hondas que le caen sobre la frente y tiene los ojos negros, como un pozo sin fondo. Su cuerpo está tonificado y quizás es tres años mayor que yo, pero no me atrevo a preguntar.

Me saca en brazos de la pequeña habitación y cierro los ojos cuando la luz del sol impacta en mi cara.

Estoy en una casa. Las paredes están sustituidas por cristaleras, y debe ser un piso bastante alto ya que desde aquí se ve todo el centro de Londres. Es una casa amplia y moderna.

-Este es el baño -Halcón me deja en el suelo pero me sujeta por la cintura para que no pierda el equilibrio y caiga de nuevo -hay toallas dentro, sácate toda esa mugre, yo estaré aquí. -camino con cuidado hacia el baño - Ah, y no hagas tonterías.

Cierro la puerta tras de mí y vuelvo a sentirme a salvo.

Me acerco al espejo y ahogo un grito cuando veo mi reflejo.

Estoy pálida, unos enormes círculos negros rodean mis ojos y tengo el pelo en una maraña.

Comienzo a desnudarme y es entonces cuando me doy cuenta de lo delgada que estoy. Las costillas se me notan, tengo las mejillas hundidas y la ropa que antes llevaba ahora me están grande.

Decido no pensar más y me meto en la ducha. Por un momento parece que todo ha vuelto a la normalidad. Estoy en mi casa tomando una tranquila ducha y mi madre estará en el piso de abajo haciendo tostadas y café.

Me tomo mi tiempo para frotar con fuerza la suciedad de mi piel, quién sabe cuándo volveré a tener este privilegio, y disfruto del agua caliente recorriéndome. No sé cuánto tiempo después me envuelvo en una toalla y salgo de la ducha.

Grito cuando descubro a Halcón sentado en el suelo apoyado contra la puerta.

-Tranquila -dice -no pienso tocarte, al menos que tú quieras -sonríe de lado y me aferro con más fuerza a la toalla. -te he traído ropa, maquillaje y un cepillo de dientes. Tienes que estar presentable para el Rey.

-¿Qué me va a hacer? -pregunto intentando alejarme lo más que pueda de él.

-Nada. -sentencia -Él nunca hace nada, solo da órdenes que nosotros tenemos que obedecer. Solo viene para hacerte preguntas.

Cierro los ojos y suspiro.

Halcón sale del baño y media hora más tarde yo también.

He intentado tapar las ojeras con maquillaje y darle algo de color a mi rostro, llevo puesto un vestido blanco demasiado corto, que ha traído Halcón, y que combina con el resto de la casa blanca y negra.

Camino dos pasos hasta que alguien me agarra el brazo.

-No te muevas, sígueme.

Halcón me conduce a un gran salón con sofás de cuero, uno blanco y otro negro. El suelo recrea un tablero de ajedrez.

-Quédate aquí, el Rey llegará en un minuto -ordena y desparece por la puerta.

Me siento en uno de los sillones y me acomodo, tengo un nudo en la garganta.

Tal vez me saque de aquí, tal vez el Jefe dice que soy libre y me puedo ir a casa.

Contengo la respiración cuando oigo unos pasos detrás de mi.

♚Reyes y Peones♔ #RP1जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें