Sonríe Para Mí 『Jeff The Killer』

Novios y el helado de Brittany

Me desperté y justo llamaron a mi puerta.

—Pasa —Ordené.

Era mi madre

—Hija, dentro de una hora vienen los tíos, prepárate y que no te vean en pijama —Me informó.

Solté un bufido.

Me gusta estar con mis tíos, debo admitirlo, pero no con su hija Brittany. Ella es una pesadilla, siempre está criticando todo lo que hago como si ella fuera la chica más perfecta del mundo y lo peor es que tiene que estar aquí tres días, bueno, todo el fin de semana.

Cerré la puerta de mi habitación y busqué algo para ponerme, mejor dicho, algo para causar buena impresión.

Después de media hora buscando pensé que debería haber comprado ropa ¡Nada de lo que tenía aquí me servía! Así que agarré algo simple, una blusa rosa claro y unos pantalones vaqueros, fui al baño, me duché y me peiné, hoy llevaría el pelo suelto. Miré mi cara en el espejo y observé unas ojeras moradas en ella, me acordé de aquel chico que vino a la noche.... ¡Por su culpa tengo ojeras! A veces no se si tenerle miedo u odio.

Me puse iluminador para lograr ocultarlas o al menos un poco, cuando me ví medianamente bien bajé, desayuné algo rápido y agarré un libro para leer, faltaban veinte minutos para que mis tíos llegaran.

...

Cuando estaba terminando de leer un capítulo llamaron a la puerta.

¡Mis tíos! ¿Ya pasaron veinte minutos? Vaya, el tiempo pasa rápido cuando estás leyendo.

—¡Hola Lucy! ¿Cómo estás? —Se escuchaba a mi tío saludar a mi madre.

—Muy bien ¿Y ustedes?

—Genial, hacía mucho que no nos veíamos —Esta vez habló mi tía.

—Vaya, has crecido mucho Brittany —Se escuchó a mi madre.

—¡Que va, son los tacones! —Dijo mi tía.

Tuve que reír, lo siento.

—Vamos pasad, os enseñaré vuestro cuarto para que ya os instaléis —Ordenó mi madre —Brittany, yo llevo tus maletas, mientras ve a saludar a tu prima.

Mierda.

Brittany entró a la cocina y me observó.

—Hola Lena, vaya, hace dos años que no nos vemos y aún sigues sin tener sentido de la moda —Me criticó.

La miré mal.

—Yo también te he extrañado Brit —Dije sarcástica.

Dos años y aún no ha cambiado nada, bueno sí, ahora usa extensiones y tacones el doble de altos.

...

Cuando llegó la tarde me entró hambre así que busqué algo para comer.

Encontré helado, lo iba a rechazar hasta que ví que ponía 0% grasa así que me lo llevé a la mesa. Estaba apunto de abrirlo cuando escucho un grito.

—¡Ni se te ocurra almenos olerlo!

Era Brittany.

—¿Acaso es tuyo? —Pregunté.

—Sí, así que déjalo en su sitio ¡Ya! —Me ordenó.

—Tranquila, tranquila, ya lo dejo.

¡Que pesadilla! ¿No puede decir las cosas sin gritar como una persona normal?

Me levanté y me dirigí a la cocina de nuevo para guardarlo.

Mi barriga sonó de nuevo, ah no, era mi móvil.