Sonríe Para Mí 『Jeff The Killer』

Evidencias

Llegamos a mi casa y me percaté que no había nadie. Me extrañé pero no le dí mucha importancia y fui a mi cuarto junto a Jeff.

—Está bien... Ahora veremos todo lo que esta cámara grabó... —Dije mientras me sentaba y encendía el ordenador.

Jeff se sentó en mi cama mientras esperaba a que pusiera el video.

Después de llevarme media hora para adivinar cómo ver el video por fín lo logré.

—¡Aquí está! —Exclamé con alegría y reproduje el video mientras Jeff se levantaba y se posicionaba a mi lado.

Menos mal que todo salió en el video, estaba feliz porque así podría enseñárselo a la policía pero Jeff no lo estaba.

—Ese hijo de puta...  —Murmuró. Se le veía enfadado y no le culpo, si le hicieran algo así a mi amiga yo estaría igual.

—Todo ya está bien, Jeff, no te preocupes más —Le acaricié el hombro y sus facciones cambiaron de enfadado a calmado en poco tiempo.

Apagué el ordenador y me tumbé en mi cama, ya era muy tarde y aunque mañana no hubiera instituto me sentía muy cansada.

Agarré mi pijama y entré en el cuarto de baño para ponermelo, una vez hecho destapé mis sábanas y me metí en mi cama mientras me cubría con ellas.

Jeff estaba ahí parado, mirándome y no sé por qué pero me sentía mal así que por primera vez en mi vida saqué un edredón y lo puse en el suelo junto con una sábana.

El pelinegro me miraba sin entender así que se lo expliqué.

—Puedes dormir aquí hoy... Si quieres...

—¡Oh, si! ¿Enserio? Muchas gracias —Me interrumpió y me abrazó. Sonreí ante ese acto y me metí en la cama.

Sentía que tenía que hacerlo, que se lo debía de alguna manera por todo lo que ha hecho por mí.

Y almenos, se preocupa realmente por mí, no como ese gilipollas de Luke...

Ese pensamiento hizo que un sentimiento de tristeza inundara mi pecho y pronto las lágrimas brotaron por mis ojos.

Escuché cómo Jeff se movía y encendía la luz.

¡Jeff no tiene que verme en este estado! No quiero preocuparle más.

—Lena... ¿Estabas llorando? —Se sentó a un lado de mi cama.

—¿Pero de qué hablas? Solo estoy durmiendo... —Respondí susurrando para no notar mi voz quebrada.

—No me lo creo...  —Respondió mientras agarraba mi cara para verla mejor —¿Y esas lágrimas? —Preguntó preocupado —¿Es por ese gilipollas?

Me puse nerviosa.

—No... Bueno... Sí —Suspiré —Solo me acordé de lo que me hizo pero después me acordé que tu realmente te preocupabas por mí y ese pensamiento me puso así.

Jeff me miró perplejo pero me abrazó con fuerza. Me sentía muy cómoda en sus brazos, no quería que me soltara. Era extraño, pero me gustaba de alguna forma.

...

Me desperté por unos ronquidos cerca de mi oreja.  Abrí mis ojos lentamente hasta encontrarme con un Jeff con antifaz y la boca abierta, aún abrazándome.

Me ruboricé.

Cuando me dispuse a levantarme sin hacer ruido para que Jeff no se despertara, tropecé, haciendo mi plan un fracaso.