Sonríe Para Mí 『Jeff The Killer』

Arrepentimiento

Después de que Jeff me besara, me quedé muda, Jeff pasó su mano varias veces enfrente mía para que reaccionara pero solo dije "Buenas noches" y me tapé con las sábanas.

Mi amigo se levantó y volvió a dormirse en su cama improvisada por mí.

No dejaba de pensar en el beso, ahora ya no me importaba la pesadilla ni la película de terror que ví, ahora solo tenía algo en mente, mejor dicho, alguien. Y ese alguien era Jeff.

¿Me gustó? Por supuesto que me gustó y eso es lo que más miedo me daba.

Me daba miedo aceptar que me gustara el beso y me daba miedo aceptar que me gustara Jeff.

Tal vez estoy actuando como una niña pequeña que teme al amor y se esconde bajo las sábanas de su cama. Espero que Jeff no se haya emfadado.

...

A la mañana siguiente me levanté más temprano de lo normal.

Hoy era festivo por lo que no teníamos clases.

Jeff aún estaba durmiendo plácidamente, lo observé por un rato. Dormía con un antifaz puesto porque obviamente no tenía párpados.

Se ve tan tranquilo.

Me levanté de mi cama y me acerqué a él. Me puse de cuclillas para observarlo mejor.

Esos cortes... Deberían de haberle dolido mucho. Y su piel blanca... Parecía muy suave y tuve la tentación de querer tocarla. Acerqué mi mano hacia su cara y al hacer contacto con su piel... Se sentía raro, muy raro.

De repente Jeff agarra mi mano y se quita el antifaz de su cara. Parecía asustado pero al verme se tranquilizó. Sin embargo yo ahora si estaba asustada. ¿Qué debería decirle después de lo que ocurrió ayer?

—Bu-buenos días —Respondí mirando hacia abajo.

Jeff aún no soltaba mi mano.

—Buenos días, Lena —Respondió en un tono neutro.

¿Por qué de repente me hablaba más seco? ¿Habrá sido por lo que ocurrió ayer?

  —Bueno, me voy a desayunar... Puedes aprovechar y comer lo que quieras... ya que no está mi madre —Respondí un poco incómoda y bajé a la cocina.

 No me gusta nada como se está tornando mi situación con Jeff desde que nos dimos aquél beso... necesito contárselo a Emily.

Agarré mi móvil y le escribí un mensaje a mi amiga contándole que si podía salir a dar una vuelta para contarle mi situación a lo que ella me respondió un sí inmediatamente. 

Justo cuando ya estaba preparada para salir, Jeff bajó las escaleras y me vió parada en la puerta a lo que me preguntó dónde iba un poco extrañado, pero seco a la vez.

  —Voy a comprar unas cosas que me faltaron para el desayuno, ahora vuelvo  —Respondí rápidamente y salí por la puerta.

Una vez que me acerqué al parque donde había quedado con mi amiga, ella ya me estaba esperando en el banco así que me senté y nada más hacerlo me preguntó qué me pasaba.

  —Se trata de Jeff —Respondí preocupada.

  —¿Qué pasa con él? —Quiso saber mientras me miraba con preocupación.

—Ayer fui a ver una película con él—Sonreí mientras lo contaba—Y me dio demasiado miedo, ya sabes como soy yo con las películas de terror o simplemente con todo lo que de terror, así que le pedí a Jeff que durmiera conmigo —Mi amiga me miró anonadada—¡Pero no en la misma cama! —Exclamé ruborizada— Simplemente a mi lado, en el suelo, bueno no en el suelo solo, le dí unas sábanas... Bueno, la cosa es que tuve una pesadilla que me despertó aterrada y Jeff se percató de eso por lo que se acercó a mí y me estuvo tranquilizando —Emily sonrió— Y bueno... me... besó.

Mi amiga dió un grito de alegría al escuchar aquello.

  —¡Sí! ¡Estaba deseando que este día llegara! —Exclamó eufórica.

  —Pero... —Al empezar la frase mi amiga se sentó de nuevo —Al terminar con el beso... ¡Me quedé muda! Además me tapé con las sabanas... Me siento mal por eso y no sé qué hacer porque ahora Jeff me habla muy seco y no quiero que se lleve mal conmigo ¿Qué hago Emily?—Respondí preocupada.

Mi amiga me miró con tristeza al escuchar lo último que le dije pero después sonrió.

  —Lena, quiero que me respondas con total sinceridad... ¿Te gusta Jeff?

Miré hacía abajo, pensativa y preocupada.

 —Yo... simplemente... Me alegro cuando estoy a su lado, amo cuando me ayuda a todo, cuando estoy muy cerca de él me pongo nerviosa pero feliz a la vez y cuando no está por mi alrededor me preguntó dónde estará pero, bueno... —Respiré hondo y miré a mi amiga—Creo que realmente me gusta, Emily, y me da miedo que por haber actuado así con él me deje de hablar y me odie y no quiera verme más.

Mi amiga me abrazó cuando mis ojos comenzaron a brillantarse y le correspondí al abrazo.

  —¿Y a qué esperas para decírselo, Lena?

 —Quizás ya sea demasiado tarde—Respondí.

  —¿Eres tonta? ¡Por supuesto que no! Ahora vas a ir a tu casa y se lo dices todo ¿A qué esperas? — Respondió mientras se deshacía de mi abrazo y se levantaba del banco.

  —Espera, le dije que salí a comprar algo para desayunar —Avisé a mi amiga.

  —¿Y por qué no le compras algún dulce que a él le guste? —Sugirió Emily y me pareció buena idea así que fuimos a la pastelería cerca de mi casa y compré un dulce con mucho chocolate para él ya que sabía que le encantaba todo lo que llevase chocolate.

Una vez que Emily me llevó a mi casa me deseó suerte y le agradecí por ayudarme. Estaba a punto de entrar en casa pero recordé que no llevaba las llaves así que llamé a la puerta.

Un Jeff con gafas me abrió y no pude evitar reirme por su apariencia.

  —¿De qué te ries? —Respondió un poco extrañado.

  — Tu cara... con esas gafas —Respondí como pude pues me quedé casi sin respiración por las carcajadas que me produjo Jeff.

Mi amigo se quitó las gafas y las tiró al sofá de mala gana.

  —Está bien, me las quito —Respondió aún seco por lo que me acerqué a él un poco nerviosa.

  —He comprado esto para tí —Respondí acercándole la caja en la que se encontraba el dulce.

  —¿Qué es? —Preguntó mientras lo abría —Oh... ¿Es un dulce? gracias—Respondió mientras se lo comía.

  —Es mi forma de disculparme por lo que pasó esta noche —Respondí.

  —¿Por lo qué pasó esta noche? Solo me preocupé por tí y te abracé para que dejaras de estar nerviosa... y olvidar lo que habías soñado —Respondió.

  —No, yo lo decía por... lo otro —Respondí.

  —¿Por dormir en el suelo? No te preocupes, lo haría las veces que hiciera falta —Respondió y sonrió.

¿Acaso estaba haciendo como si el beso nunca hubiera ocurrido? ¿Sería que se habría arrepentido de hacer eso porque realmente no le gustaba? ¿Ahora que aceptaba que él me gustaba?