El amor secreto de Jeff

4K 425 107
                                    

Estaba llegando para el parque y me encontré a Jeff ahí, mirando hacia la nada.

—¡Hey, Jeff! —Le saludé y me acerqué a él.

Él me miró y sonrió.

—Has tardado mucho.

—Sí, es que el perro de Luke me ha manchado entera y tuve que bañarme antes de salir —Expliqué.

Jeff hizo una mueca de disgusto con su cara.

Empezamos a entrenar hasta que la noche cayó. Había mejorado bastante, lo suficiente como para jugar mañana un partido medianamente normal. Nunca había aprendido algo demasiado rápido, parece que Jeff es un buen maestro.

Yo me dirigí a mi casa.

...

Me desperté más temprano de lo normal. Estaba nerviosa por el partido de hoy, no quería perder y no podía perder.

Me encontraba en la puerta del instituto junto a Jeff, Luke se nos acercó y me besó. No había rastro alguno de sus demás amigos.

—¿Estás nerviosa? —Me preguntó Luke.

—¡Demasiado! Creo que si ahora mismo me pasaran la pelota se me resbalaría de las manos por el sudor.

Luke rió.

Miré de reojo a Jeff, estaba mirando hacia un lado, absorto hacia nada en particular. Me pregunté qué le ocurría.

—Jeff —Le llamé pero no me escuchó —¡Jeff!

Él giró su cabeza desconcertado, como si no supiera donde estaba.

—¿Qué? ¿Qué pasa?

—Nada, la pregunta es ¿Qué te pasa a ti? Estabas como... en las nubes —Me reí.

—¿A mí? Nada, nada... —Dijo como queriendo evitar el tema.

—No seas mentiroso, estabas como... Pensando en algo, o quizás en alguien —Dijo Luke y luego sonrió pícaro —¿No será que te gusta alguien?

Jeff se tensó.

—¿Qué? A-Amí no me gusta nadie, ¿Qué dices? —Dijo un poco nervioso.

—¡Sí te gusta! Mira, te has puesto nervioso —Dijo Luke divertido.

—¿De qué hablas? Eso son idioteces, será mejor que entre antes de que me contagies tu idiotez —Respondió Jeff cabreado y se fue hacia dentro.

—Vaya, tampoco era para que se pusiera así —Respondió Luke un poco extrañado —Bueno, vayamos a clases —Dijo mientras me pasaba un brazo por mis hombros.

No lo entiendo. Tengo al chico más guapo, atento y simpático como novio y no sé por qué en vez de estar disfrutándolo, estoy pensando en quién querrá Jeff y porqué en muy profundo de mí me molestaba.

En toda la hora estuve pensando en quién sería, en quién está en la mente de Jeff en estos instantes...

La hora terminó y fui a recoger a Jeff de su clase, pero al entrar lo ví animadamente hablando con Martha... ¡Claro, Martha! Es ella... ¡Jeff quiere a ella! ¿Cómo no se me ocurrió antes?

Me acerqué a ellos y carraspeé, ellos miraron hacia mí.

—¡Hola, Lena! —Exclamó Martha.

—Hola —Dije para nada animada.

—¿Otra vez estás de mal humor? —Dijo Jeff.

—No, yo no estoy de mal humor... ¿Qué te hace pensar eso? —Dije encogiéndome de hombros.

—Tu tono de voz, quizás...

—Pues estás equivocado, amigo.... Muy equivocado —Miré la hora en mi reloj de pulsera imaginario —¡Jeff! ¡Vayamos a clases, si entra el maestro antes que nosotros no podremos pasar! —Exclamé y me llevé a Jeff de ahí rápidamente.

—Lena, estás actuando rara —Dijo Jeff mientras me paraba.

—No estoy actuando rara —Dije frunciendo el ceño. Jeff se cruzó de brazos y alzó una ceja —Bueno, vale, sí. Pero es por que... —Retiré un mechón de pelo de mi cara —Estoy muy nerviosa por el partido y... No quiero hacer el ridículo allí.

—Pero Lena... Tú no vas a hacer el ridículo, confía en mí.

Asentí con la cabeza lentamente.

—De acuerdo.

Pero... ¿Era bueno que confiara en él?

...

En la siguiente hora, nos quedamos afuera por culpa de Jeff porque antes de ir para clases él vio a un gato blanco y negro pasar por los pasillos, quiso capturarlo y no paró hasta que por fin lo capturó. El gato se puso nervioso y casi le araña la cara a Jeff y después se fue rápidamente. En conclusión, habíamos perdido el tiempo intentando capturar un gato que no servía para nada en específico para que, al agarrarlo, salga corriendo.

—A veces pienso que el cerebro lo tienes de adorno, Jeff —Le dije mientras me sentaba en un banco.

—Pero... Yo no sabía que ese profesor fuera tan... Estricto —Respondió Jeff —Aparte, se lo quería mostrar a Martha, ella me confesó hoy que le gustaban los gatos.

Cálmate, Lena, cálmate... Respira profundamente y cuenta hasta diez.

Uno

Dos

Tres

Cuatro...

—¡¿Pero en qué cojones estabas pensando!? ¿¡Quieres decir que hemos perdido esta hora de clases por culpa de aquella niñata!? —Exclamé.

—Eeeeeh, cálmate. No parecías tan enfadada antes... Pero, siempre que hablo de ella te completas así.

—¿Así cómo?

—¡De mal humor! ¿Acaso la odias? O ¿La odiabas desde antes?

Me puse nerviosa.

—Aver... Eh... Yo no la odio... Es decir... ¡Son imaginaciones tuyas! Yo siempre soy así.

Jeff me miró desconcertado, como si no se lo creyera.

—¿Qué pasa aquí? —Preguntó el Director y Profesor de Gimnasia mientras se acercaba hacia nosotros.

—¡Es él! Por su culpa estamos aquí —Me quejé.

—¡Oye! No me eches la culpa a mí...

—¡Pero si es que es tuya!

—A ver a ver... ¿Alguno de los dos me puede explicar exactamente qué ha pasado, por favor? —Pidió el Profesor.

—Sí, Jeff quería capturar a un gato para enseñárselo a alguien y perdimos mucho tiempo intentando agarrarlo, cuando por fin lo teníamos, se escapó y ya no podíamos entrar a clases —Expliqué.

—¿Y por qué no entraste tú y le dejaste a él sólo?

—Yo... Por que... Se podría perder, es nuevo aquí —Expliqué.

—Ya veo... —Dijo el profesor mientras nos miraba —Bueno, espero que no ocurra más, recordad que después del recreo tenemos el partido —Dijo y sonrió —Suerte —Se levantó y me guiñó un ojo.

Tengo miedo...

Si ese maestro guiñaba el ojo a una alumna es porque la tenía en su punto de mira, y yo no quería ser la siguiente.

Sonríe Para Mí 『Jeff The Killer』Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu