2.

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No puedo creerme que haya accedido a esto. ¿Cómo he accedido a esto?

Porque eres una idiota. Una idiota que no sabe decir "no".

Ah, ya. Eso.

Y es que al final termino yendo a la cosa esa de la cita doble con Yasmin. Sí, soy muy tonta y sí, es muy fácil persuadirme (aunque sólo cuando se trata de ella). Pero ¡poneos en mis zapatos por un momento! Yaz claramente estaba muy emocionada por el tema, y cuando se emociona yo me emociono también. Es inevitable, como si estuviésemos conectadas o algo así.

Quiero decir, lleva semanas hablándome sobre este chavalín y por fin van a tener una maldita cita en un maldito restaurante. Además, se ha puesto muy pesada con el tema, luego me ha sacado la tarjeta de la mejor amiga—chantaje al más puro estilo Ali—y Dios, creo que soy demasiado buena persona.

Así que ahora estoy aquí, sentada en el restaurante al que siempre venimos, con Yasmin y Blake tonteando delante de mi ensalada y el tal Mike sentado a mi lado. Evaluándolo, lo único bueno de esta situación es que he podido estrenar mi peto nuevo.

Esto ni siquiera puede considerarse una cita. O sea, Mike no deja de mirarme mientras como, tal cual. Y entre eso y las preguntas que me hace me estoy planteando seriamente ir al baño y huir por la ventana.

—Bueno, ¿y qué haces en tu tiempo libre? —me pregunta mientras le doy un sorbo a mi Coca-Cola. Ahí va, una pregunta normal.

—Pues me encanta jugar al fútbol—comento, sin mirarle mucho.

Él suelta una especie de risa seca y se recoloca las gafas.

—No serás lesbiana o algo así.

Entonces soy yo quien ríe gon ganas, pero no puedo evitarlo, realmente ha sido tan estúpido que me ha hecho gracia. "O algo así". Todavía estoy riendo cuando Yaz le llama la atención.

—¿En serio, tío?

—¿Qué? —se defiende él—A ver, yo sólo digo lo que pienso. Si tengo que ver a una chica jugando a un deporte, no elegiría ese precisamente.

Yaz se lleva la mano al puente de la nariz, sabiendo lo que se le viene encima al pobre Mike. Dejo mi vaso sobre la mesa, y apoyo el brazo en mi asiento para girarme hacia él.

—Claro, porque todo lo que hacemos las chicas lo hacemos para gustar a los tíos. ¿Qué otro sentido podría tener nuestra existencia?

—Bueeeeno, ¿qué tal si nos calmamos, eh? —ofrece Blake amigablemente, juntando las manos—Estoy seguro de que Mike no lo decía en serio.

—Oh, Mike lo decía en serio—contesta mi cita.

Asiento con la cabeza, fingiendo interés.

—A mí me parece que Mike tiene su cerebro cargadito de estereotipos y roles de género. Aunque bueno, ahora que lo pienso, tampoco es que la opinión de alguien que habla de sí mismo en tercera persona pueda ser muy válida.

Voy a ir al infierno, pienso nada más decirlo. Haley va a ir al infierno.

—Qué buena está la hamburguesa—suelta Blake, desesperado por cambiar de tema. Casi me da pena.

Yasmin pone una mueca y se gira a mirarlo como diciendo "¡ahora no, Blake!". Sin dar crédito a lo que tengo al lado, dejo los cubiertos y cojo mi mochila.

—¿Sabéis? Me acabo de acordar de que tengo algo que hacer, así que... Espero que no os importe pagar la cuenta, no tengo dinero a mi nombre porque soy una mujer. Disculpa—le digo a Mike.

Being number oneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora