18.

3.9K 288 23
                                    

Canción: Blended Family - Alicia Keys <3 //

Cuando entro en el baño de chicas, me sorprendo al ver a Dom. Bueno, no es eso de lo que me sorprendo, sino de su cambio de imagen. Se está mirando en el espejo, pasándose las manos por el pelo repetidamente.

—¡Te has alisado el pelo! —le digo—Te queda genial.

Ella se gira para mirarme un momento, pero en seguida vuelve a mirar su reflejo. En ese momento me doy cuenta de que ha estado llorando. Frunzo el ceño y me acerco a ella, preocupada.

—¿Estás bien? ¿Ha pasado algo?

Se seca las lágrimas rápidamente, evitando mi mirada.

—Estoy bien—responde bruscamente—. Sólo... Déjame, ¿vale?

Sale del baño apresuradamente, dejándome sola en él. Me quedo ahí quieta durante un buen minuto. ¿Habré dicho algo que la haya molestado?

Cuando salgo, de camino a mi clase de Latín, me topo con Diana. Me sonríe y me saluda con la mano, aunque no nos paramos a hablar. Recordando lo que acaba de ocurrir, la detengo.

—Oye, Didi—esta me mira cuando le hablo, alzando un poco las cejas. Hago un mohín—. ¿Sabes qué le pasa a Dom? Acabo de verla llorando. He intentado hablar con ella pero me ha apartado por completo.

Niega con desesperación.

—Lleva así desde ayer. No eres tú—me asegura—. Tampoco quiere hablar conmigo, pero sé que no está bien.

Arrugo la nariz.

Ditto. Tal vez deberíamos comentárselo al resto, ver qué podemos hacer.

—Perfecto—me señala, andando hacia atrás—. Me voy, que llego tarde. Después del entrenamiento, intervención.


Salgo de clase al final del día y me dirijo a la salida del colegio, donde hemos quedado todas. Soy la primera en llegar. Veo a Reagan bajando por las escaleras, ya vestida con la ropa de entreno. Me acerco hacia ella.

—Eh, acuérdate de lo de la intervención—le digo, porque siento que tengo que decir algo.

Me mira sin entender nada, casi con aburrimiento.

—¿Qué intervención?

Ahora soy yo quien no la entiende.

—¿La de Dom? Ya sabes, lo único de lo que hemos hablado hoy por el grupo de Mensajes del equipo.

Se recoloca la mochila en el hombro, con gesto de preocupación.

—¿Qué le pasa a Dom?

—Eso es lo que queremos averiguar.

—Tiene sentido. Verás, yo no miro Mensajes. Ni ninguna red social, en realidad. No es lo mío.

Me río un poco.

—Claro, porque eres súper diferente a las demás. Lo olvidaba.

Reagan sonríe con suficiencia.

—Vaya, Anderson. Si no fuéramos enemigas, juraría que estás ligando conmigo.

Suelto una carcajada entrecortada, y me pongo algo roja. Agradezco por dentro que lleguen las demás, porque me he quedado sin nada que decir.

Volvemos a repasar lo que hemos hablado de camino hacia el estadio, aunque Reagan parece estar metida en su propio mundo. Una vez allí, nos pasamos unos diez minutos esperando, pero no hay ni rastro de Dom. Lo cual es muy raro, porque Dom nunca llega tarde.

Being number oneWhere stories live. Discover now