Nightmare.

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No, su madre no le iba ha hacer eso a su hijo ¿no? Porque le quiere, no le abandonaría ¿verdad?

La madre de Tyler lo miraba asustada, por supuesto que se había percatado de que su cuello comenzaba a oscurecer, sus ojos estaban rojos y las puntas de sus dedos estaban negras.

Sin embargo ahí estaba, paralizada, mirando como su hijo iba volviendo a la normalidad. Tyler no lo sabía, pero su madre había decidido internarlo antes de que despertara.

-Tyler, hijo... Será por tu propio bien... Creemos que la voz que escuchas es por el estrés del instituto.- dijo su madre mirándolo con pena y miedo.

-mama, estoy bien, no es estrés, no es nada, no estoy loco.- dijo Tyler al borde de las lágrimas.- por favor, mamá no...- le suplicaba el chico a su madre. Intentó acercarse para abrazarla, pero ésta se apartó. Eso a Tyler le dolió, se sintió abandonado, solo, loco...

-Ty... Lo siento.- dijo su madre saliendo de la habitación. A Tyler se le caía el alma a los pies, su propia madre, lo quería mandar a un manicomio.

Mientras su madre rellenaba los papeles para poder ingresarlo en alguno de aquellos psiquiátricos (o como los llama su madre "clínica anti-estrés") él se quedaba en la habitación, dando vueltas e intentando callar a "Blurryface" quien le decía que debería matar a su madre y al doctor.

-Tyler- dijo su madre entrando en la habitación.- cariño, no es un manicomio... Allí van chicos y chicas problemáticos, como tú... Es un instituto.- dijo la mujer, haciendo que Tyler la mire aún más confundido.

-¿instituto? ¿Con... Clases?- preguntó Tyler. Su madre asintió.- genial, voy a ser encerrado en un manicomio con clases.- dijo el chico sarcásticamente.

-Tyler cariño...- su medre se acercó acercó a él para abrazarle, pero este se apartó rápidamente, retrocediendo todo lo que pudo.

-no te acerques madre...- dijo el chico on voz cantarina y distorsionada. Tyler comenzó a reírse, asustando cada vez más a su madre... Después empezó a tararear una extraña melodía.- Soy lo suficientemente mayor para sangrar- cantó el chico con la voz cada vez más grave y más distorsionada.- lo suficientemente mayor para criar.- continuó cantando, mientras hacia crujir su cuello de nuevo.- soy lo suficientemente mayor para romper un ladrillo en tus dientes mientras duermes- los ojos de Tyler comenzaban a tomar un tono rojizo, su cuello estaba medio negro, sus manos oscuras, y su sonrisa era siniestra.- soy lo suficientemente mayor para sangrar, lo suficientemente mayor para criar, lo suficientemente mayor para romper un ladrillo en tus dientes mientras duermes.- la madre del chico estaba aterrada, su hijo parecía poseído.

-Ty...- dijo su madre asustada. Tyler sólo la miró, sonriendo. El chico le enseñó su mano a su madre, formó una pistola con sus dedos, llevó su mano a su propia cabeza e hizo como si apretara un gatillo.- Tyler, ¿qué es lo que te pasa?- dijo su madre medio llorando. Tyler volvió en sí, el muchacho no se daba cuenta de cuándo él tomaba el control de su cuerpo.

El doctor entró en la sala, se llevó al chico del brazo, sacándolo del establecimiento y metiéndolo en un coche negro, mientras su madre se quedaba mirando cómo se llevaban a su hijo, sin decir palabra. Tyler pensaba que ésto era una pesadilla, que pronto despertaría en su cama y se reiría de ésto, pero no, era muy real. 

El maldito doctor, se había encargado de convencer a la madre del chico de que lo ingresaran en ese maldito centro lleno de locos. El viaje era de 3 horas en coche, Tyler no hablaba, sólo pensaba. "Tyler, no te preocupes, podemos escapar"  el chico no quería escucharlo, pero ¿qué podía hacer? Blurryface ya era parte de Tyler, y él lo sabía. "¿Cómo?"  preguntó Tyler desesperado por salir de ese coche. "fácil, tan sólo mata al conductor."  Tyler se negó en rotundo, no podía matar a nadie, eso estaría mal. Ignoró a Blurryface, que cada vez le hablaba más alto, él sólo se tapaba los oídos. Si, ya, como si eso fuera a callarle, estaba dentro de su cabeza. Decidió dormirse, así acallaría los gritos.

* "¿dónde estoy?" el chico se encontraba en un lugar completamente oscuro, no había nada, absolutamente nada, solo vacío. "Bienvenido Tyler"  esa voz resonó en el lugar, grave y distorsionada. "¿Qué está pasando? ¿dónde estoy?" preguntaba el chico muy nervioso. "Estás en tu cabeza, Tyler"  El chico estaba demasiado confundido. "¿Mi cabeza? ¿cómo es eso posible" se escuchó una risa que hizo retumbar el lugar. "Todo es posible conmigo"  Tyler se sentó en el suelo, no veía absolutamente nada. "Déjame en paz" dijo el chico a punto de llorar. "oh, aunque quisiera no podría, yo soy una parte de tí."  el chico negó. "no" parece que aquella voz disfrutaba al verlo sufrir. "sí, y cuando lo aceptes, podremos hacer muchas cosas."  Tyler negaba con la cabeza, escondiendo su cabeza entre sus brazos. "Tyler, despierta, hemos llegado." dijo aquella voz. *

Tyler despertó, vió cómo el conductor del taxi aparcaba. Miró por la ventana, pero sólo vió árboles, estaban en medio de la nada. El chico estaba muy confundido, árboles, plantas, pero ningún edificio. 

-hemos llegado.- escuchó decir al taxista.

-aquí no hay nada, es todo campo.- dijo Tyler, mirando al taxista con miedo, porque... ¿y si no iba a ningún sitio, y lo habían traído aquí para matarlo? 

-después de todo lo que has vivido hoy... ¿sigues con la mente tan cerrada?- le preguntó el conductor, mirándolo por el espejo retrovisor.- sal del taxi, he de enseñarte algo.- Tyler estaba nervioso y aterrorizado, pero obedeció al hombre y se bajó del coche.

Anduvieron unos minutos, Tyler miraba a su alrededor: plantas, árboles, flores, más plantas, más árboles, algún que otro conejo o liebre... pero ni rastro de ningún edificio. Comenzaba a impacientarse, estaba asustado, cansado y confuso. El hombre paró en seco, lo que hizo que Tyler chocara contra su espalda.

-es aquí.- le dijo el hombre mirándolo con una sonrisa.

-sigue sin haber nada aquí, señor.- dijo Tyler cortante.

-todavía ves las cosas con ojos humanos.- dijo el hombre.- abre los ojos, Tyler, acepta lo que eres, o mejor, acepta lo que no eres... no eres humano.- Tyler estaba aún más confundido que antes.

- está usted loco, está usted más loco que yo.- dijo el chico retrocediendo.

-no, no estoy loco, ni tú tampoco. Te daré un consejo, Tyler; cuando aceptes lo que eres, todo se aclarará.- Dicho ésto el hombre se volvió a girar, sacó un palo de madera de su manga y trazó un dibujo en el aire. Tyler quería salir corriendo, de hecho, lo iba ha hacer, pero algo le detuvo... se abrió una brecha en el aire, como si fuera una puerta... de hecho tenía forma de puerta, unas puertas enormes.- adelante.- le dijo el hombre apartándose un poco para dejarlo entrar. Tyler estaba muy, muy asustado, pero u curiosidad era más grande que su miedo... entró por las puertas, detrás de él, el conductor le seguía y las puertas se cerraron a sus espaldas.

Un enorme recibidor, eso es lo primero que vió Tyler, lo segundo que vió, fueron dos figuras acercándose a ellos, bajando por unas enormes escaleras.

Comablack.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora