Capítulo 3.

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- ¿Entonces cuál es el problema? – Habló tranquilamente Lauren mirando con detalle el acuario que ocupaba la mitad de la pared posterior que estaba a espalda de ellos cuando tomaban sus asientos detrás del escritorio en la consulta.

- Que no deseo conocer a la familia de Cynthia, tiene algo así como 20 sobrinos. – Mencionó Nathan mientras revisaba su Twitter en el móvil.

Lauren sonrió negando con la cabeza. Sus ojos se detuvieron en un pez payaso que nada errático por las aguas del acuario, ¿Qué pasa Nemo?, se preguntó a sí misma.

- ¿Entonces? ¿Cuál será tu excusa ésta vez? – La ojiverde se dejó caer en la silla giratoria de amplio respaldar.

- Una paciente con problemas en el post operatorio. – Dijo cínicamente el pelirrojo.

- Eres increíble. – Volvió a negar Lauren.

Nathan se arregló la solapa de la bata blanca mientras se levantaba del asiento.

- Bueno, fin de la jornada, ¿Qué tal un par de tequilas para hacerle honor a éste largo lunes? – Mencionó animado el cirujano.

- Para ti un par nunca es un par, y no, gracias, debo conducir hasta mi casa. – Lauren rió golpeando tiernamente la espalda de su socio.

- Que aguafiestas eres Jauregui.

La escena fue interrumpida por alguien llamando a la puerta. Lily se asomó de forma tímida llevando un pequeño papel en las manos.

- ¿Algún problema Lily? – Preguntó Nathan quitándose la bata para dejarla en el perchero negro de una de las esquinas de la habitación.

- Hay una persona que desea hablar con ustedes... Camila Cabello, pediatra. – Dijo leyendo el pequeño papel que llevaba en las manos.

- ¿Camila Cabello? – Pronunció confundido el pelirrojo. – No le conozco... ¿Lauren?

La cirujana frunció el ceño rápidamente para luego negar con la cabeza.

- Tampoco, ¿Te ha dicho qué desea? Ya hemos terminado con todos los pacientes hoy y la verdad no me apetece hablar con nadie más. – Dijo finalmente Lauren sacándose también la bata.

- Ha mencionado que sólo serían 5 minutos, viene por parte de Normani Kordei y Dinah Jane Hansen. – Volvió a leer Lily.

Lauren entrecerró los párpados rápidamente, recordando en milésimas de segundos lo que habían mencionado ambas ginecólogas hacía unos días... Mila, la pediatra que volvía a Miami luego de 3 años.

En el par de segundos que siguió el silencio la ojiverde se preguntó específicamente qué hacía una pediatra en una consulta de cirugía plástica.

- Sólo 5 minutos, dile que pase. – Habló finalmente la cirujana bajo los ojos sorprendidos de Nathan.

- ¿Le conoces entonces? – Murmuró el cirujano mientras volvía a tomar asiento tras el escritorio.

- No, pero algo me mencionaron Kordei y Hansen.

Apoyó su cuerpo contra el respaldar mientras se encogía de hombros bajo la mirada del pelirrojo, luego oyeron llamar a la puerta para dejar entrar a una mujer no tan alta, delgada, de cabellos castaños oscuros que le llegaban hasta la cintura. Vestía una falda de tubo color azul oscuro y una blusa blanca que estaba algo holgada. Los ojos esmeraldas pudieron detallar el bronceado de la piel, las pestañas largas y los labios que dibujaban una hermosa sonrisa en el pacífico rostro de Mila.

Mi mejor medicina. (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora